Un 68% de los votantes ultraderechistas optaron por otros partidos pol¨ªticos
Los electores castigan a Haider por romper la anterior coalici¨®n gobernante
J?rg Haider ha pasado a la historia pol¨ªtica de Austria. Primero, por el desastre sin paliativos que encaj¨® ayer: un 68% de los votantes del l¨ªder ultraderechista huy¨® a otros partidos. Su capacidad de influencia est¨¢ liquidada. Pero los libros de historia tambi¨¦n le recordar¨¢n por una estrategia rayana en la neurosis, centrada en mangonear la coalici¨®n con el partido popular de Wolfgang Schussel, que hizo caer al Gobierno en septiembre, llev¨® a las elecciones anticipadas de ayer y, en ¨²ltima instancia, supuso su autodestrucci¨®n pol¨ªtica. La Uni¨®n Europea respir¨® aliviada.
El derrumbe de la ultraderecha es espectacular, y sin paliativos. A nivel nacional, su porcentaje se reduce del 27% que logr¨® en 1999, lo que le convirti¨® en el segundo partido del pa¨ªs, s¨®lo por debajo de una formaci¨®n hist¨®rica como el SP?, al 9,8% alcanzado ayer. Pero hay otros datos que muestran el grado de descomposici¨®n del FP?. Especialmente en Carintia, el feudo de los ultraderechistas. En este Estado federal, gobernado por J?rg Haider hasta ahora, los resultados son m¨¢s que ilustrativos: el FP? logra s¨®lo un 19,2%, 20 puntos menos que en los ¨²ltimos comicios nacionales.
Formalmente, Haider no era candidato a la canciller¨ªa en las elecciones de ayer. Pero un sondeo reciente mostraba que el 73% de los encuestados estaba convencido de que el l¨ªder derechista dirig¨ªa el partido sin contar con nadie y que el candidato, Herbert Haupt, es s¨®lo un hombre de paja. "Haider es el partido", afirma Hans Rauscher, analista pol¨ªtico en el diario de centroizquierda Der Standard.
Entre otras razones, los votantes han abandonado a Haider hartos de su incomprensible estrategia pol¨ªtica, que le llev¨® a retirar su confianza a los ministros ultras en el Gobierno de coalici¨®n. Una cosa es protestar, y otra dinamitar un Gobierno sin otra alternativa posible m¨¢s que el suicidio pol¨ªtico. "Haider se encuentra al l¨ªmite de la normalidad psicol¨®gica", afirma Rauscher. Tras conocerse los resultados, Haider no compareci¨®.
Incapaz de sostener una estrategia coherente, falto del aura antisistema y de la descalificaci¨®n permanente de pol¨ªticos de izquierda y derecha que hab¨ªa practicado, Haider se ha hundido. Sus antiguos votantes se han visto doblemente decepcionados: primero por los partidos tradicionales, y luego por Haider. "En realidad, el FP?, al llegar al poder, se ha convertido en un partido, digamos normal, que decepciona a sus electores", afirma Melanie Sully, de la Escuela Diplom¨¢tica de Viena. Anoche pag¨® el precio de esa normalidad. Un primer an¨¢lisis de los resultados muestra que la mayor¨ªa de sus votantes se ha desplazado al redil del canciller conservador Wolfgang Sch¨¹ssel. Por ello, el ?VP registr¨® ayer una subida porcentual de casi 16 puntos, la mayor de la historia pol¨ªtica austriaca.
Con todo, todav¨ªa hay quien recela de la capacidad de resurrecci¨®n del ultraderechista. "De momento est¨¢ liquidado", afirma Robert Misik, uno de los organizadores de las primeras protestas contra Haider, cuando la llegada de la ultraderecha al poder desat¨® una oleada de protestas dentro y fuera del pa¨ªs. "Pero hay un par de escenarios pol¨ªticos en los que me puedo imaginar que vuelva a resucitar".
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