Las dos varas de medir del comit¨¦
Los lamentables acontecimientos del pasado s¨¢bado en el Camp Nou durante el desarrollo del encuentro entre el Barcelona y el Madrid deben tener un castigo ejemplar, si el Comit¨¦ de Competici¨®n utiliza el mismo criterio que viene empleando ¨²ltimamente con otros equipos.
Al Betis, por un aficionado que lanz¨® unas bengalas, un cuarto de hora antes del inicio del encuentro, le cayeron dos partidos. Pese a que ni siquiera el ¨¢rbitro lo recogi¨® en acta, porque a¨²n no hab¨ªa saltado al terreno, s¨®lo fueron apreciadas por las im¨¢genes de televisi¨®n, archivadas, porque ni siquiera hab¨ªa conexi¨®n en directo en ese momento con el estadio. Y pese a que, posteriormente, un juez de Sevilla dej¨® libre, sin cargo alguno, al aficionado en cuesti¨®n, pues las pruebas periciales demostraron que las citadas bengalas no implicaban peligro alguno, pues carec¨ªan de cualquier clase de explosivo y eran tan inofensivas como las bengalas que nos ponen en un c¨®ctel.
Al Sevilla se le castiga con cuatro partidos porque un aficionado, antes del inicio del partido, se lanza al campo e intenta agredir a Prats, sin conseguirlo, porque adem¨¢s estaba totalmente borracho. Lo que ocurri¨® en las gradas con el guarda jurado y los muletazos que recibi¨® no influy¨® en la sanci¨®n, ya que, seg¨²n dijeron, eso no va por la v¨ªa de la justicia deportiva sino por la del orden p¨²blico.
Pues bien, si en estos dos casos, pese a que no hubo ni interrupci¨®n del juego ni siquiera da?o alguno, y esto no vali¨® al comit¨¦ para atenuar su rigor, ?qu¨¦ debe pasar con los acontecimientos del Camp Nou? All¨ª se suspendi¨® el partido m¨¢s de un cuarto de hora, el ¨¢rbitro oblig¨® a retirarse a los vestuarios a los 22 jugadores porque corr¨ªan verdadero peligro f¨ªsico. Es milagroso que ninguna de las botellas de cristal alcanzara a alguien, porque se podr¨ªa haber ocasionado una aut¨¦ntica tragedia.
Y resulta que, por toda disculpa, el presidente del Bar?a dice que la culpa es de Figo, porque se empe?¨®, como por otra parte es su obligaci¨®n, en tirar el c¨®rner.
Esperemos que la sanci¨®n sea ejemplar, no inferior a ocho partidos, como prev¨¦n las normas, y se obligue, por decreto de la Real Federaci¨®n, a jugarlos en el Campo del Castell¨®n, por ejemplo, como se hizo con el Betis en el campo del Recre, donde no cab¨ªan ni la mitad de sus socios.
Si esto no ocurre, va a llevar raz¨®n la letra de la seguiriya flamenca que dice: "Usa la justicia / dos varas pa' med¨ª; / una que sirve pa' los poderosos, / y la que me humilla a m¨ª".-
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