"El 11-S nos ha permitido comprender mejor a los que sufren el terrorismo"
Rudolph W. Giuliani, de 58 a?os, lleva escrita en el rostro la leyenda 11-S. Nacido y criado para luchar -de ni?o, su padre le obligaba a vestir el uniforme de los Yankees en el barrio en el que viv¨ªan, Brooklyn, territorio del equipo rival de los Dodgers; afortunadamente para ¨¦l, tambi¨¦n le ense?¨® a boxear- jam¨¢s se imagin¨® que iba a estar en el centro de los acontecimientos de aquel 11 de septiembre de 2001. Sus experiencias, forjadas a lo largo de una intensa actividad profesional, fueron la base de lo que Giuliani dijo ayer en la inauguraci¨®n, en Madrid, de la Conferencia Internacional sobre Medicina y Automoci¨®n, organizada por la Fundaci¨®n Eduardo Barreiros y el Sistema Mapfre.
"La gente que muri¨® en las Torres Gemelas era gente inocente; no eran militares"
"El 11-S me acompa?ar¨¢ el resto de mi vida. No es posible superar algo as¨ª"
"Debemos saber m¨¢s de la gente que va a EE UU: qui¨¦nes son, de d¨®nde vienen..."
Pregunta. El 11 de septiembre de 2001 est¨¢ dentro de usted y supongo que le transform¨®.
Respuesta. S¨ª; no hay forma de sac¨¢rtelo de la cabeza. Fue una experiencia terrible e intensa para mucha gente. No hay posibilidad de superar algo as¨ª. Lo entend¨ª casi al instante: esto me va a acompa?ar el resto de mi vida. Pero hay que intentarlo lo mejor que se pueda y extraer algo positivo: la forma en la que actu¨® la gente, las miles de vidas salvadas... Por eso, aunque hay recuerdos terribles, por lo que sigo estando de luto, con una gran sensaci¨®n de p¨¦rdida, intento extraer ense?anzas: c¨®mo puedo hacerme m¨¢s fuerte, mejor, m¨¢s capaz, y c¨®mo puedo ayudar a otra gente a hacer lo mismo.
P. ?Lo positivo y negativo al tiempo forma parte del proceso de cicatrizaci¨®n?
R. Es evidente que el 11 de septiembre de 2001 fue el d¨ªa m¨¢s contradictorio en la historia de Nueva York. Probablemente, en la historia de Am¨¦rica. Fue el d¨ªa del peor ataque en la historia de nuestro pa¨ªs y el d¨ªa de la respuesta m¨¢s valiente y heroica. Si se ponen juntas, el resultado es una contradicci¨®n. Y eso ayuda a explicar la reacci¨®n, que es sufrir el sentimiento de p¨¦rdida -no se puede olvidar lo ocurrido, para evitar que vuelva a pasar-, pero la vida sigue adelante y hay que vivir, y ser m¨¢s fuertes despu¨¦s de una cosa as¨ª.
P. La vida sigue, pero usted siente todav¨ªa rabia cuando piensa en aquello, cuando va a la zona cero , casi como cuando, tres d¨ªas despu¨¦s del 11 de septiembre, le pidi¨® al presidente George W. Bush poder ejecutar a Osama Bin Laden si se le atrapaba.
R. Cada vez que pienso en lo que pas¨®, cada vez que voy por all¨ª, siento una indignaci¨®n muy profunda. Siento a¨²n la misma ira que sent¨ª el primer d¨ªa: tanta gente muerta, tanta gente inocente, gente que estaba trabajando en sus ordenadores o llamando por tel¨¦fono a su casa... Y de repente, sin raz¨®n alguna, sus vidas interrumpidas... S¨ª, siento una gran indignaci¨®n... Pero, a partir de ese sentimiento, sigo adelante e intento buscar la forma de canalizarlo en algo positivo, en ayuda para las familias, en c¨®mo luchar contra el terrorismo y evitar cosas as¨ª.
P. En Europa, y tambi¨¦n entre muchos estadounidenses, no se acepta que haya que resignarse a sacrificar libertades en la lucha contra el terrorismo.
R. S¨ª; tiene que haber... Habr¨ªa que buscar... alg¨²n tipo de compromiso... No sobre la libertad, con la libertad no hay compromiso posible: con el derecho de voto, la elecci¨®n de los dirigentes, la libertad de expresi¨®n, de religi¨®n, de conciencia, la libertad para las mujeres... Todas aquellas cosas a las que se opone el terrorismo no deben resultar afectadas en absoluto. Lo que debemos pensar es c¨®mo tener m¨¢s seguridad: saber m¨¢s sobre la gente que entra en el pa¨ªs, c¨®mo se mueven, qu¨¦ pasados tienen, qui¨¦nes son... Am¨¦rica era antes m¨¢s abierta que Europa, quiz¨¢ porque nos sent¨ªamos invulnerables y no nos tom¨¢bamos en serio estas cosas. Pero ahora, creo que no es posible que haya gente que pueda moverse a sus anchas sin que se le pregunte nada, en el anonimato m¨¢s completo. Necesitamos m¨¢s seguridad; ahora bien, nada que afecte a lo que se consideran derechos y libertades fundamentales.
P. ?Entiende ahora mejor Estados Unidos los problemas de terrorismo que ha habido y hay en Espa?a o Irlanda del Norte?
R. Sin duda se entiende mucho mejor. Cuando la experiencia de un fen¨®meno se reduce a lecturas o conversaciones, se simpatiza poco con ello. Una vez que se experimenta, se da uno cuenta de lo terror¨ªfico que es en realidad. Durante a?os, los norteamericanos han estado leyendo sobre terrorismo en los lugares que acaba de mencionar o en Oriente Pr¨®ximo, pero no ten¨ªan la experiencia. Ahora que la tienen, la comprensi¨®n es m¨¢s profunda, pero eso s¨®lo ocurre cuando se ha pasado por algo as¨ª.
P. Usted rechaz¨® un donativo de 10 millones de d¨®lares para las v¨ªctimas del 11-S que le entreg¨® el pr¨ªncipe saud¨ª Al Walid Bin Talal. ?Por qu¨¦?
R. Quer¨ªa dejar claro que no debemos aceptar ning¨²n tipo de relativismo moral en cuanto al terrorismo. Cuando ¨¦l hizo la donaci¨®n, la acept¨¦; despu¨¦s, emiti¨® un comunicado en el que atacaba la pol¨ªtica exterior de Estados Unidos, creando la impresi¨®n de que esa pol¨ªtica era, de alguna forma, responsable del ataque. Pens¨¦ que ese relativismo cultural, en el que no se puede distinguir entre el bien y el mal, entre decencia y terror, encamina a crear el caldo de cultivo en la que se produjo el ataque. Hay muchas ambig¨¹edades en las relaciones humanas y en los asuntos internacionales, pero sobre esto no debe haber ninguna ambig¨¹edad: la gente que muri¨® en las Torres Gemelas era gente inocente; no eran militares, no estaban implicados en ninguna actividad hostil contra nadie... Fueron asesinados por el odio contra unas ideas que est¨¢n entre los fundamentos m¨¢s apreciados de nuestra sociedad: libertad, libertad de religi¨®n, libertad de oportunidades para las mujeres, algo por lo que nos odian... Me pareci¨® que no pod¨ªa aceptar un dinero que cuestionara todo esto, de forma que se lo devolv¨ª.
P. ?Qu¨¦ quiere hacer su empresa, Giuliani Partners, con World-Com, el gigante de las telecomunicaciones en bancarrota?
R. El papel que estamos jugando es el de asesorar sobre direcci¨®n empresarial. C¨®mo crear una empresa que debe salir de la quiebra y que debe asumir los criterios m¨¢s elevados de direcci¨®n: consejo de administraci¨®n independiente, independencia entre el presidente y el consejero delegado... Pero es pronto para saber qu¨¦ papel vamos a jugar nosotros en el futuro de la compa?¨ªa... En todo caso, tal y como escribo en mi libro , lo que hacemos all¨ª es algo en lo que somos especialistas: establecer criterios de buena direcci¨®n para ganar la confianza, especialmente la de los inversores, en organizar equipos de direcci¨®n...
P. ?Ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil gobernar la ciudad de Nueva York que gobernar el pa¨ªs desde la Casa Blanca? Porque no va a negar sus aspiraciones pol¨ªticas...
R. S¨¦ que, en alg¨²n momento, volver¨¦ a la pol¨ªtica directa. Sigo en ello, dedico un mont¨®n de tiempo a trabajar en favor de campa?as electorales de candidatos republicanos en todo el pa¨ªs... En octubre visit¨¦ 12 Estados en tres d¨ªas. Pero para mi vuelta personal a la pol¨ªtica hace falta que pasen algunos a?os. No tengo planes a¨²n, pero desde luego, no descarto nada.
P. En un plazo m¨¢s corto, ?est¨¢ haciendo algo para que los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012 se celebren en Nueva York?
R. Estamos trabajando intensamente. Hemos tenido un primer resultado, porque es ya la candidatura de EE UU. Ahora tenemos tres a?os para conseguir la candidatura. Nueva York ser¨ªa una magn¨ªfica sede para los Juegos Ol¨ªmpicos de 2012: es una ciudad internacional, es la ciudad de la diversidad... Todo el mundo se siente all¨ª como en casa. Apuesto a que usted conoce gente de Nueva York. ?Todo el mundo conoce a alguien que haya estado en Nueva York o que viva all¨ª!
P. Salvador de Nueva York el 11-S, pr¨ªncipe azul, seg¨²n The New York Times, del capitalismo corrompido por los abusos, la codicia y el fraude... ?No tiene usted defectos?
R. ?Que si tengo defectos?
P. S¨ª.
R. ?Tengo un mont¨®n!
P. D¨ªgame algunos.
R. Tengo todos los defectos de los seres humanos. Si hace una lista de todas las imperfecciones que hay en la humanidad, tengo todas. He sido un hombre muy afortunado. Tuve la suerte de un diagn¨®stico precoz de c¨¢ncer de pr¨®stata, de forma que pude actuar. He sido muy afortunado con la gente que me ha rodeado, tanto en mi enfermedad como a trav¨¦s de todo lo que ocurri¨® el 11 de septiembre. Por eso escrib¨ª que una de las claves del liderazgo es rodearse de gente buena... y, en gran medida, ¨¦sa es la clave de cualquier ¨¦xito que haya podido tener.
Alcalde de Am¨¦rica
Rudy Giuliani es para sus compatriotas el hombre de moda en Estados Unidos. En el peor momento de la vida de Nueva York, los atentados del 11 de septiembre de 2001, supo reaccionar como un l¨ªder: el ex alcalde -dej¨® su cargo despu¨¦s de ocho a?os el 31 de diciembre del pasado a?o- se puso al frente de los equipos de rescate desde los primeros instantes de la tragedia. Arriesg¨® su vida al dirigir las operaciones desde la zona de las Torres Gemelas y desarroll¨® una actividad incansable durante los meses siguientes para que los neoyorquinos pudieran superar el trauma. Antes de todo aquello hab¨ªa sido un alcalde popular y eficaz; un republicano en¨¦rgico que consigui¨®, en su reelecci¨®n, que cuatro de cada diez dem¨®cratas le dieran su voto en una ciudad que hab¨ªa sido un feudo del Partido Dem¨®crata hasta 1993.Giuliani se gan¨® las simpat¨ªas de los ¨¢speros habitantes de Nueva York combinando apuestas conservadoras -menos impuestos, menos burocracia, reforma de las ayudas sociales, tolerancia cero contra la criminalidad- con pol¨ªticas sociales progresistas, desde la lucha a favor del control de armas y del derecho al aborto y hasta las legislaciones que impuls¨® personalmente en favor de las parejas de hecho y de la protecci¨®n a los menores.Su lucha -exitosa, hasta ahora- contra el c¨¢ncer de pr¨®stata le hizo ganar a¨²n m¨¢s popularidad. Y en su nuevo papel de rescatador de empresas en crisis, se ha ganado la imagen de ser "uno de los pocos faros de luz en Wall Street", seg¨²n The New York Times. Su grupo, Giuliani Partners, asesora a grandes corporaciones, a pol¨ªticos y a ciudades que quieren aprovechar la experiencia de Nueva York bajo el mandato de Giuliani en la reducci¨®n de la criminalidad.
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