Una aventura silenciosa

Con la muerte de John Rawls, a los 81 a?os de edad, acaba la aventura intelectual del que seguramente fuera el m¨¢s grande de los fil¨®sofos morales y pol¨ªticos de la segunda mitad del siglo XX. Fue una aventura callada, siempre guiada por una modestia extrema y una dedicaci¨®n exclusiva al mundo acad¨¦mico, que tuvo la enorme fuerza de recomponer y rehabilitar la gran tradici¨®n del pensamiento moral y pol¨ªtico. De hecho, era ya un lugar com¨²n referirse a dicha tradici¨®n como la que va "de Plat¨®n a Rawls". La publicaci¨®n de su inmenso y complejo libro Una teor¨ªa de la justicia (1971), del que se han vendido ya m¨¢s de 220.000 ejemplares en lengua inglesa y ha sido traducido a todas las lenguas cultas del mundo, marca un hito en la discusi¨®n filos¨®fica sobre los problemas centrales de la pol¨ªtica contempor¨¢nea. Su disciplina y econom¨ªa conceptual, su "gram¨¢tica moral", enseguida comenz¨® a constituir el trasfondo obligado de cualquier argumentaci¨®n sobre cuestiones tales como el problema de la legitimidad del Estado, los criterios de la justicia distributiva, la personalidad moral, la fundamentaci¨®n de los derechos humanos, la dif¨ªcil relaci¨®n y delimitaci¨®n entre individualidad y comunidad, etc¨¦tera.

Adem¨¢s de arrogarse el privilegio de aportar la m¨¢s s¨®lida defensa filos¨®fica de un liberalismo igualitario, que se da la mano con los contenidos b¨¢sicos del proyecto socialdem¨®crata, dicha obra tuvo la inmensa virtud de hacerlo recomponiendo el inmenso puzzle de la filosof¨ªa moral en torno a una limitada serie de conceptos b¨¢sicos. Consigui¨® ofrecer un mapa en el que pudieron reconocerse las inquietudes te¨®ricas de fil¨®sofos morales, juristas, polit¨®logos y economistas; su obra tuvo siempre un marcado car¨¢cter interdisciplinar. Gracias a ese referente ya imprescindible es como cabe explicar el renacimiento de las propuestas neoliberales, comunitaristas y republicanas, y, en general, el gran auge de la filosof¨ªa pol¨ªtica durante las ¨²ltimas d¨¦cadas del pasado siglo. Sus ¨²ltimos trabajos, entre los que cabe destacar El liberalismo pol¨ªtico (1993), pueden leerse como un intento por ir refinando su teor¨ªa y contestar a las cr¨ªticas, as¨ª como por desarrollar algunos temas que consideraba insuficientemente tratados, como el concepto de "raz¨®n p¨²blica" o la integraci¨®n normativa en sociedades plurales y complejas.

Como reconoci¨® en la ¨²nica entrevista personal que concediera a lo largo de toda su vida, su obra intelectual hab¨ªa estado siempre marcada por un dram¨¢tico episodio biogr¨¢fico: la muerte de sus dos hermanos menores por sendas enfermedades que ¨¦l les hab¨ªa contagiado. Eso le hizo tomar conciencia del importante papel del azar en la vida de las personas y de la necesidad de que la loter¨ªa gen¨¦tica u otras contingencias no interfirieran en la igualdad intr¨ªnseca de los seres humanos. El intento por definir y eliminar las desigualdades estructurales que nos impiden acceder a una plena igualdad ciudadana y lesionan nuestra autoestima, se convirti¨® as¨ª en su proyecto vital. En la concepci¨®n kantiana de la personalidad moral y en la acci¨®n redistributiva de un Estado intervencionista encontr¨® las dos palancas sobre las que sustentar dicho proyecto, la m¨¢s potente teor¨ªa de la justicia aparecida en las ¨²ltimas d¨¦cadas.

Fernando Vallesp¨ªn es catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Aut¨®noma de Madrid