Garc¨ªa Berlanga afirma sentir una "irritaci¨®n indescriptible" por las cr¨ªticas al ciclo 'Esc¨¢ndalo'
Despunta una descarnada reflexi¨®n sobre el alcoholismo en una irregular secci¨®n oficial
Con la experiencia de haber sufrido en sus carnes la censura franquista, el realizador Luis Garc¨ªa Berlanga afirm¨® ayer sentir "una irritaci¨®n indescriptible" por las cr¨ªticas de sectores cat¨®licos en "este momento del siglo" a la proyecci¨®n de las pel¨ªculas que integran el ciclo Esc¨¢ndalo. En la secci¨®n oficial de la Mostra de Val¨¨ncia, por su parte, despunt¨® el desencantado retrato sobre el alcoholismo de Kruh in mleko, del esloveno Jan Cvitkovic, que alivi¨® ayer la proyecci¨®n de filmes de Grecia, Italia y Portugal, cuyo nivel cualitativo se antoja muy pobre para un festival cinematogr¨¢fico.
A la presentaci¨®n en sociedad del ciclo Esc¨¢ndalo, que tanta pol¨¦mica ha levantado en los sectores conservadores, asistieron, adem¨¢s de Garc¨ªa Berlanga, la actriz Maria Schneider, protagonista de El ¨²ltimo tango en Par¨ªs, que forma parte del ciclo, y el historiador cinematogr¨¢fico G¨¦rard Camy. El realizador de El verdugo dijo a prop¨®sito de esta en¨¦sima pol¨¦mica que pensaba al principio que se trataba de una "h¨¢bil maniobra de promoci¨®n de la Mostra", pero "desgraciadamente" se dio cuenta de que no era as¨ª. "No me pod¨ªa pasar por la cabeza, despu¨¦s de tantos a?os de lucha a consecuencia de la censura", que se pudieran realizar cr¨ªticas que calific¨® de "incre¨ªbles". Cr¨ªticas que s¨®lo pod¨ªan aparecer "en esta ciudad".
Berlanga revel¨® que ¨¦l fue "el director espa?ol m¨¢s censurado por el franquismo pese a no militar en ning¨²n partido", cont¨® que Luis Bu?uel, cuando vio en una sesi¨®n doble la cinta de Bertolucci y la suya Tama?o natural, qued¨® entusiasmado por la pel¨ªcula del director italiano, pero "se sali¨® a los 20 minutos de la m¨ªa porque le parec¨ªa excesiva".
Mar¨ªa Schneider reconoci¨® que El ¨²ltimo tango en Par¨ªs marc¨® su carrera, "pero habr¨ªa sido actriz igualmente aunque hubiera comenzado a hacer cine de otra manera". Y G¨¦rard Camy, mucho m¨¢s acad¨¦mico, record¨® que la intervenci¨®n de la censura no ha provocado necesariamente el esc¨¢ndalo en el cine. Y, para ilustrarlo, puso el ejemplo de Viridiana, de Luis Bu?uel. El filme del director aragon¨¦s fue premiado en el festival de Cannes y, a partir de los comentarios de la prensa francesa sobre su car¨¢cter transgresor, se origin¨® una respuesta de la Administraci¨®n espa?ola que prohibi¨® su exhibici¨®n en nuestro pa¨ªs.
Buena pel¨ªcula
Ya dentro de la secci¨®n oficial, Cvitkovic reconoci¨® en la rueda de prensa posterior a la primera proyecci¨®n de Kruh in mleko que la idea de su pel¨ªcula surgi¨® de la ¨¦poca en que trabajaba en el servicio de Correos de su pa¨ªs. "Un d¨ªa encontr¨¦ en la calle, tirado encima de un mont¨®n de basura y completamente borracho, a mi jefe en aquella dependencia", rememor¨® el director esloveno, y esa imagen, una de las m¨¢s impactantes de su filme, acab¨® por convertirse en una historia desencantada y cruda sobre la miseria existencial del ser humano. Rodada en un sombr¨ªo blanco y negro, la pel¨ªcula parece beber de las fuentes del cine independiente europeo, el primer Wenders, y de las obras m¨¢s singulares de Jim Jarmusch para contar, sin ninguna sospecha de f¨¢cil moralismo, el descenso a los infiernos de una familia atrapada por la sociedad en la que vive.
El filme esloveno es, hasta ahora, la sorpresa positiva de una secci¨®n oficial que s¨®lo ha ofrecido pel¨ªculas indignas de figurar en un festival internacional. Como por ejemplo la italiana Diario di Matilde Manzoni, de Lino Capolicchio, un pretendido relato de ¨¦poca ambientado en el romanticismo florentino que resulta ser una pl¨²mbea sucesi¨®n de desprop¨®sitos, tanto en su ritmo narrativo como en su desarrollo argumental.
En la misma l¨ªnea discurre la portuguesa Rasgan?o, de Raquel Freire, una pel¨ªcula que se transforma, sin que el espectador alcance a comprender la raz¨®n, en un thriller sobre un asesino en serie cuando sus inicios apuntaban a la comedia universitaria pasada por la batidora de la tradici¨®n cultural lusa. Y, en ese tr¨¢nsito, la cinta ratifica la sensaci¨®n de que lo que se est¨¢ viendo en pantalla responde m¨¢s a la necesidad de justificar un comienzo costumbrista con una sucesi¨®n de hechos pretendidamente atractivos para el gran p¨²blico.
Menos pretensiones y similares resultados tiene la griega To klama vyike apo ton paradisso, de Michalis Reppas y Thanassi Papathanossiou, una disparatada mezcla de g¨¦neros cinematogr¨¢ficos que abarca desde la comedia musical hasta el cine b¨¦lico, pasando por el melodrama, la cr¨®nica costumbrista o el c¨®mic. Todo eso, agitado por un ritmo narrativo ca¨®tico y presuntamente divertido, hace que, por poner una comparaci¨®n pr¨®xima, el filme pase de asemejarse a El otro lado de la cama, como parece apuntar su arranque, a convertirse un remedo hel¨¦nico de Crist¨®bal Col¨®n, de oficio descubridor.
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