A?o de elecciones, a?o de satisfacciones
Los Presupuestos Generales de la Generalitat para 2003 y el amplio paquete de medidas fiscales previstas en ambos proyectos de ley, que han sido publicados en el bolet¨ªn oficial del Parlament de Catalunya el 16 de noviembre, constituyen la primera manifestaci¨®n en el tiempo de las bondades del nuevo sistema de financiaci¨®n auton¨®mica aprobado por las Cortes Generales en diciembre de 2001.
Por una parte, dicha reforma ha significado un aumento considerable en la capacidad financiera de nuestra instituci¨®n auton¨®mica, como lo prueba que, con el m¨¢s estricto cumplimiento del "d¨¦ficit cero" -incluso se prev¨¦ un peque?o excedente-, la cuant¨ªa de los presupuestos aumenta el 8,4% en relaci¨®n con el ejercicio anterior (2002) y asciende a la cifra de 16.298 millones de euros. Al mismo tiempo se prev¨¦ un aumento en las inversiones p¨²blicas del 26%, en su conjunto consolidado, de la instituci¨®n auton¨®mica.
Conviene destacar el impulso atribuido a las dotaciones presupuestarias de car¨¢cter social. En efecto, la especial atenci¨®n presupuestaria a las necesidades ciudadanas en cuestiones tales como la vivienda, las pensiones de viudedad y la ayuda directa a todas las familias con hijos menores de tres a?os as¨ª lo atestigua. Estas actuaciones sociales concretas no s¨®lo se extienden a m¨¢s de 520.000 personas (pensiones y ni?os peque?os), sino que explican la expansi¨®n considerable que registran los recursos puestos a disposici¨®n del bienestar y la familia. Las restantes mejoras enunciadas son las propias de los sucesivos presupuestos, y en particular su acento en lo social responde a las exigencias de un presupuesto espec¨ªficamente dise?ado para un a?o electoral, cuya largu¨ªsima campa?a ya se ha inaugurado hace varios meses.
Cabe se?alar que la importancia trascendental que tiene la aprobaci¨®n del presupuesto en una democracia parlamentaria ha llevado a ajustar las posiciones pol¨ªticas entre CiU y el PP, atendiendo a las peticiones anteriores y v¨ªa enmienda que ha formulado el PP; en particular en los aspectos sociales (educaci¨®n, bienestar social y vivienda). Las cr¨ªticas hasta ahora formuladas por los partidos de la oposici¨®n que califican los presupuestos de "poco cre¨ªbles", "sometidos al PP" y "p¨¦rdida de recaudaci¨®n por el impuesto m¨ªnimo sobre el patrimonio" (?) se instalan en la tradici¨®n pol¨ªtica, pero no atienden al rigor y la firmeza de una cr¨ªtica adecuada sobre los aspectos de pol¨ªtica econ¨®mica, presupuestaria y fiscal.
Por otra parte, la Ley 21/2001, de 27 de diciembre, que ampliaba de forma decisiva la capacidad normativa tributaria de las comunidades aut¨®nomas de r¨¦gimen com¨²n, ha sido ampliamente utilizada -aunque con dispar fortuna- en la ley de acompa?amiento a la de presupuestos. En particular resulta loable el esfuerzo encaminado a incentivar fiscalmente la pol¨ªtica de vivienda de la Generalidad: con el realismo de actuar espec¨ªficamente en ayuda de la adquisici¨®n de la vivienda habitual, que es la modalidad consolidada y asumida como la opci¨®n mejor en la sociedad espa?ola, frente a pol¨ªticas poco realistas de abaratar los alquileres, muy minoritarias dado el n¨²mero de destinatarios. En concreto, a favor de j¨®venes menores de 32 a?os, familias numerosas, viudos y parados, con recursos econ¨®micos limitados, para quienes se prev¨¦ alternativamente una deducci¨®n a favor de la vivienda habitual en alquiler, incompatible con la deducci¨®n estatal. En particular resulta importante la deducci¨®n prevista aplicable al tramo auton¨®mico de la cuota del IRPF.
Tambi¨¦n se desprende de las modificaciones fiscales previstas una correcta preocupaci¨®n por los minusv¨¢lidos, al tiempo que una atenci¨®n encaminada a obtener mejoras t¨¦cnicas y de control en la eficiencia de la gesti¨®n tributaria, aunque la ampliaci¨®n indiscriminada de petici¨®n de informaci¨®n bancaria en relaci¨®n con las transmisiones mortis causa resulte exagerada, exageraci¨®n no predicable de la informaci¨®n trimestral que se exigir¨¢ en las subastas de toda laya, publicidad exigible de los distintos departamentos en relaci¨®n con las tasas que gestiona cada consejer¨ªa; modestas reducciones en los tipos de gravamen y en las reducciones familiares en el impuesto de sucesiones, no trasladadas al m¨ªnimo exento del impuesto sobre el patrimonio, y aumentos importantes en la fiscalidad de las m¨¢quinas recreativas B y C y en la cuota gradual aplicable a los documentos notariales (hipotecas). Resulta sorprendente que no se haya previsto una bonificaci¨®n del 99% de la cuota -en lugar de una del 80% - en las donaciones a los descendientes para ayudarles en la adquisici¨®n de la vivienda habitual. Con la modificaci¨®n prevista, la tributaci¨®n conjunta resulta un desincentivo. En particular cuando los requisitos exigibles son acertados, aunque la cuant¨ªa l¨ªmite para la donaci¨®n sea demasiado reducida (habr¨¢ que ampliarla en el futuro). Entre las reformas previstas cabe destacar la extensi¨®n del ¨¢mbito de actuaci¨®n del Instituto Catal¨¢n de Finanzas, al que se faculta para la constituci¨®n de una amplia gama de sociedades financieras especializadas, dependientes del ICF, y a participar en fondos de inversi¨®n de todo tipo (mobiliarios e inmobiliarios, de garant¨ªa y capital riesgo), desarrollos al servicio de cooperar en la financiaci¨®n empresarial.
Una ulterior consideraci¨®n: el cuadro macroecon¨®mico que se inserta en los presupuestos de la Generalitat para 2003 tal vez resulte exageradamente optimista en el crecimiento en t¨¦rminos reales previsto para el PIB, en la creaci¨®n de empleo y en el ritmo de aumento de los precios. En todo caso, en t¨¦rminos cuantitativos el optimismo es menor que el contenido en los presupuestos del Estado, quiz¨¢ porque su elaboraci¨®n y las estimaciones entonces efectuadas de la situaci¨®n econ¨®mica actual han empeorado considerablemente en los ¨²ltimos dos os tres meses.
Alejandro Pedr¨®s Abell¨® es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada (Hacienda P¨²blica) de la UB
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