De la celebraci¨®n y la muerte
La mayor parte de los cuentos de este libro la escribi¨® James Joyce (Dubl¨ªn, 1882-Z¨²rich, 1941) en su exilio de Trieste alrededor de 1905. La importancia que da Joyce al cuento como g¨¦nero literario aparece evidente cuando se dice que Ulises fue primero un cuento. Dubliners es su primer libro de ficci¨®n. Antes hab¨ªa publicado un libro de poemas, M¨²sica de c¨¢mara. Este Dublineses (1941) precede al autobiogr¨¢fico Retrato del artista adolescente, y en ambos Joyce describe lo que ¨¦l llama "la par¨¢lisis de la vida irlandesa". Tanto que Portrait of the artist as a young man pudiera llamarse Retrato del autista adolescente. Joyce mismo da una interpretaci¨®n cabal de su libro de cuentos:
"Mi intenci¨®n fue la de escribir un cap¨ªtulo de la historia moral de mi pa¨ªs, y escog¨ª Dubl¨ªn para su escenario porque la ciudad me parec¨ªa el centro de la par¨¢lisis".
La colecci¨®n consta de 15 cuentos y Joyce la enumera como dividida en "cuatro aspectos: ni?ez, adolescencia, madurez y vida p¨²blica", y declara "haberlos escrito en ese orden... en un estilo de escrupulosa parsimonia". En el primer cuento aparece la ni?ez, que se encuentra con la muerte de un cura poco apreciado. La ni?ez termina con un encuentro de dos colegiales furtivos con un pederasta m¨¢s t¨ªmido que temido. En Despu¨¦s de la carrera consigue el conjuro de la velocidad, mientras que Dos galanes presenta al lumpen dublin¨¦s como una pareja de c¨®micos de la legua. Efem¨¦rides en el comit¨¦ est¨¢ presidido por la figura de Parnell, el h¨¦roe ep¨®nimo de la pol¨ªtica nacionalista irlandesa y un fantasma que recorre Irlanda. Pero es en Los muertos donde Joyce muestra y demuestra su poder¨ªo narrativo en un cuento que es casi una novella. Presidido por la celebraci¨®n y luego la muerte, es un cuento que podr¨ªamos llamar rom¨¢ntico, en un final lleno de dolor y de una sabia apelaci¨®n a los sentimientos. Llevado al cine recientemente (y brillantemente por John Huston en su ¨²ltima pel¨ªcula), The Dead hace del luto activo por el recuerdo de la novia, mientras que el novio ve caer la nieve sobre los vivos y los muertos.
Los cuentos est¨¢n influidos por la est¨¦tica naturalista, es decir, m¨¢s cerca de Zola que de Flaubert. Pero la gran influencia, adem¨¢s del leve dejo de Ch¨¦jov, es la de Maupassant. Joyce, que en Ulises produjo la obra maestra de las obras maestras modernistas, en Dubliners no cultiva la paronomasia ni las parodias de su gran novela. Hay que aclarar que el modernismo es una est¨¦tica acogida con pasi¨®n por los escritores anglosajones y no tiene nada que ver con el modernismo que produjo a un Jos¨¦ Mart¨ª o un Rub¨¦n Dar¨ªo y que tiene su expresi¨®n pl¨¢stica mayor en la arquitectura de Gaud¨ª.
Pero en Dubliners (que he traducido por Dublineses y no Dublinenses, porque igual se llama berlineses a los nativos de Berl¨ªn) est¨¢ su gran cuento Los muertos, una de las cumbres de la cuent¨ªstica en ingl¨¦s. La traducci¨®n evita la posible comicidad de la frase "el muerto", ya que en ingl¨¦s los muertos y el muerto son la misma palabra. El cuento Los muertos est¨¢ definido por el sentido de la muerte cat¨®lica de los irlandeses.
Ahora que se habla de posibles traducciones, tengo que decir que todo el original de Joyce est¨¢ informado y formado por la desfachatez irlandesa tanto como la traducci¨®n recurre con abundancia a los cubanismos y al habla de los habaneros, ambos dialectos usan y abusan de la falta de respeto con todo y para todos, la constante burla y la parodia creativa. Es as¨ª que se puede leer Efem¨¦rides en el comit¨¦ como una veraz presencia (o presidencia) de la chacota en el duro oficio diario de la pol¨ªtica y las preocupaciones inmediatas de los "sargentos pol¨ªticos" con las conmemoraciones oficiales. El mismo t¨¦rmino "sargento pol¨ªtico" equivale a la visi¨®n de John Ford en una de sus pel¨ªculas menos favorecidas por la cr¨ªtica, El ¨²ltimo hurra. Que es lo que es este cuento, en que lo folcl¨®rico es un elemento de la concepci¨®n del mundo que tienen irlandeses -y cubanos- ante un idioma imperial. Odi et amo.
Babelia
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