El trasvase solapado
El ruido del Plan Hidrol¨®gico Nacional amortigua las inquietudes que despierta el canal J¨²car-Vinalop¨®
El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, lleg¨® el pasado 14 de noviembre a Cortes de Pall¨¢s y descubri¨® un monolito conmemorativo sobre el inicio de obras del trasvase J¨²car-Vinalop¨®. A continuaci¨®n, sin decir nada, se subi¨® a un helic¨®ptero y vol¨® hasta Villena, describiendo desde el cielo una estela que se corresponde con lo que han de ser las conducciones de este trasvase que transportar¨¢ los excedentes del J¨²car hasta las comarcas del sur de Alicante. Este gesto, saturado de solemnidad y simbolismo, se produc¨ªa un a?o despu¨¦s de que fueran licitadas las obras de la primera fase, y casi dos d¨¦cadas m¨¢s tarde de que la idea se pusiera en el mercado (desde que en 1985 el entonces ministro socialista de Obras P¨²blicas, Juli¨¢n Campo, adquiriese el compromiso de realizarlo ante una representaci¨®n de alcaldes del Valle del Vinalop¨®, el gobernador civil de Alicante, Octavio Cabezas, y algunos representantes de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car y de la Generalitat valenciana).
Los agricultores quieren que se respete la curva de garant¨ªa de reserva, ahora por debajo
Los ecologistas temen que se tome el acu¨ªfero del Caroig ante la falta de recursos del J¨²car
En todo ese tiempo, el trasvase s¨®lo ha hecho que crear expectativas, en la zona de recepci¨®n, e inquietud en las comarcas de La Ribera Alta y La Ribera Baixa, cuyo vigor econ¨®mico se ha venido moldeando con ese agua desde que el rey Jaume I, en el siglo XIII, cre¨® la Acequia Real, que entonces llegaba hasta Alzira, con el objetivo pol¨ªtico de irrigar el ¨¢rea comprendida entre Antella y Valencia, fijando as¨ª una poblaci¨®n sedentaria en una zona cuya frontera era el r¨ªo J¨²car. Despu¨¦s de diversos altibajos hist¨®ricos, y con reformas y ampliaciones, de esta infraestructura, que recorre 54 kil¨®metros y desagua en la acequia de Favara, hoy se riegan unas 20.000 hect¨¢reas, entre c¨ªtricos y arrozales, y se abastece a 21 poblaciones.
En la medida en que ha ido tomando cuerpo el proyecto se han desatado las protestas con mayor o menor intensidad, reproduciendo a menor escala el pulso que viven los vecindarios del Delta del Ebro y la cuenca del Segura. El pasado 1 de octubre diversos alcaldes y cargos p¨²blicos de La Ribera protagonizaron una protesta en Alzira contra el trasvase, impulsada por la Coordinadora Riu X¨²quer, que aglutina organizaciones ecologistas de La Ribera y la Canal de Navarr¨¦s. Los argumentos se resum¨ªan en dos: "La inexistencia de excedentes trasvasables" y "la desquiciada demanda h¨ªdrica de la costa alicantina". Con todo, Salvador P¨¦rez, portavoz de esta coordinadora, duda de que se llegue a hacer este trasvase porque cree que s¨®lo se trata de un gesto dirigido al consumo de la "clientela pol¨ªtica" del PP: "los que lo esperan y quienes han de construirlo". P¨¦rez vive permanentemente movilizado explicando las consecuencias que comportar¨ªa este trasvase por todos los pueblos que pueden resultar afectados.
Sin embargo, debido al envejecimiento de la poblaci¨®n agr¨ªcola, las adscripciones que recibe y la resistencia al proyecto no es lo vibrante que lo ser¨ªa con agricultores j¨®venes. Hoy los hijos de los agricultores est¨¢n casi todos en el sector terciario y esta realidad hace que los m¨¢s sensibilizados contra el trasvase no sean los agricultores, aunque no es ¨¦ste el caso de Salvador P¨¦rez. Desde su punto de vista, los agricultores de la zona del Vinalop¨® deber¨ªan asumir su presente y plantearse otro modo de resolver su vida antes que confiar en que le traigan el agua en el futuro. Para explicar los peligros que entra?a el trasvase, P¨¦rez recurre al ejemplo del Segura, "Quienes m¨¢s est¨¢n sufriendo las consecuencias de la degradaci¨®n del Segura, son los regantes tradicionales, porque quienes hicieron las transformaciones despu¨¦s, como expectativa a los 1.000 hect¨®metros c¨²bicos del trasvase Tajo-Segura, han tenido que perforar el subsuelo para asegurar la producci¨®n, ya que no llegaba el agua prometida, y han terminando salinizando las aguas subterr¨¢neas y arruinando el r¨ªo", argumenta.
Esta imagen, documentada con fotograf¨ªas, es la que m¨¢s conmueve a los agricultores de La Ribera, aunque reconoce que el esfuerzo contra "toda la propaganda de la televisi¨®n a favor del trasvase" debe ser tit¨¢nico. ?l considera que los aut¨¦nticos beneficiarios de esa operaci¨®n son los que tienen que hacer las obras, "a los que habr¨¢ que indemnizar si no se llega a hacer ese canal". Seg¨²n sus datos, desde la pantanada, en 1982, ya no ha habido excedentes en el J¨²car, y teme que este proyecto al final sirva para "echar mano" al acu¨ªfero del Caroig, que tiene una capacidad de recarga de 450 hect¨®metros, y que es de donde beben muchas fuentes de La Costera y La Ribera. "De lo ¨²nico que estoy convencido es de que este trasvase es de fondos p¨²blicos a bolsillos privados", denuncia.
El presidente de la Junta Local de Riego de Alzira, Antonio Costa, manifiesta no tener ning¨²n problema con que se haga este trasvase, "siempre que se respete la dotaci¨®n para cubrir los riegos hist¨®ricos", establecida en 392 hect¨®metros c¨²bicos anuales en el plan de cuenca del J¨²car. "Este a?o hemos necesitado menos, porque ha llovido bastante durante el verano, pero ha habido a?os de restricciones, en los que incluso llegamos a perforar once pozos", ilustra. Costa asegura que a los regantes de las 22.000 hanegadas de Alzira no les hace ninguna gracia que les quiten agua, pero se consuelan si se cumple lo pactado, porque adem¨¢s les han prometido la modernizaci¨®n de la Acequia Real para poder regar por goteo.
En la misma l¨ªnea de cautela se sit¨²a Jos¨¦ Pascual Fortea, presidente de la Comunidad de Regantes de Sueca. Fortea es un convencido del PHN, y considera que si se hace bien, los usuarios a los que representa no tienen ning¨²n problema en que se derive agua. Aunque advierte de que el J¨²car tiene "unos regad¨ªos de toda la vida que hay que respetar". "Somos solidarios siempre que se respeten los 725 hect¨®metros c¨²bicos que hay para los regantes del J¨²car", manifiesta, pero reconoce que ha habido varios a?os que han estado en 500. "Siempre que la curva de garant¨ªa del pantano de Alarc¨®n tenga una reserva de 267 hect¨®metros, como dice el plan de cuenca, estaremos de acuerdo con que se trasvasen aguas, aunque las ¨²ltimas noticias que tengo son que en Alarc¨®n s¨®lo hay una reserva de 158 hect¨®metros c¨²bicos. Es decir, estamos 7 hect¨®metros c¨²bicos por debajo del a?o pasado", alerta.
Fortea consolida su argumentario a?adiendo que los arrozales son los que est¨¢n "manteniendo viva L'Albufera, que necesita 100 hect¨®metros c¨²bicos anuales y no le est¨¢n llegando". L'Albufera, seg¨²n Salvador P¨¦rez, est¨¢ sufriendo las consecuencias de que este a?o se han desviado "19 hect¨®metros c¨²bicos del J¨²car a Alicante y otros 31 a La Mancha, adem¨¢s de los que se est¨¢n sacando de los pozos". Sin embargo, los pescadores del lago, que constatan con sus p¨¦rtigas la bajada del nivel de la l¨¢mina de agua, conf¨ªan en que el hecho de contar con la declaraci¨®n de parque natural garantice la supervivencia de L'Albufera ante cualquier eventualidad. As¨ª lo manifiesta el jurat de la Comunidad de Pescadores de El Palmar, Jos¨¦ Caballer. Ahora, para paliar la situaci¨®n, la Comunidad de Regantes de Sueca ha conseguido 3 hect¨®metros c¨²bicos para L'Albufera, que estos d¨ªas alegran el ritmo del J¨²car al rebasar el azud de Antella.
Pero en a?os de sequ¨ªa, como el 94 y el 96, los agricultores tuvieron que recurrir a los pozos para poder regar los arrozales. El agua obtenida no s¨®lo era salobre, sino que adem¨¢s disminu¨ªa el nivel de L'Albufera, como muchos de ellos llegaron a comprobar. Ante la posibilidad de que las carencias del J¨²car sean suplidas con aguas del Ebro, Fortea se muestra tajante: "No queremos agua del Ebro porque eso acabar¨ªa con los arrozales". "El plan hidrol¨®gico debe de hacerse, pero debe de vigilarse bien para que el agua del Ebro no llegue a mezclarse con la del J¨²car", previene, por su exceso de salinidad, ya que algunos compa?eros arroceros del Delta le han explicado que de donde se va a coger el agua para el trasvase "se est¨¢n pescando sepias".
De Cortes a Villena
En mayo de 1997 el trasvase J¨²car-Vinalop¨® recibi¨® el espaldarazo oficial al ser aprobado por real decreto, el Plan Hidrol¨®gico del J¨²car. El trasvase ya estaba incluido en el convenio hidrol¨®gico firmado en enero de 1997 por Eduardo Zaplana e Isabel Tocino, entonces presidente de la Generalitat y ministra de Medio Ambiente, en el que se inclu¨ªan obras en la Comunidad Valenciana por m¨¢s de 400 millones de euros. De acuerdo con los c¨¢lculos oficiales, la obra del trasvase costar¨¢ 204,3 millones de euros y la canalizaci¨®n llevar¨¢ 80 hect¨®metros desde el embalse de Cortes de Pall¨¢s hasta Villena. El trazado atraviesa la reserva nacional de caza de la Muela y discurre por las proximidades de los yacimientos arqueol¨®gicos de la Cueva de la Ara?a, en Bicorp, y los Abrigos del Buitre. Asimismo, pasa por el macizo del Caroig, cuyo acu¨ªfero cuenta con una capacidad de recarga de 450 hect¨®metros c¨²bicos y desata los recelos de los ecologistas. El trasvase J¨²car-Vinalop¨® se fundamenta en el caudal sobrante de 58,6 hect¨®metros c¨²bicos anuales, aunque desde la riada de 1982, en la que acab¨® cediendo la presa de Tous, los recursos, seg¨²n los agricultores y los ecologistas, no han cubierto las demandas.Sin embargo, con la modernizaci¨®n de la Acequia Real, seg¨²n los c¨¢lculos oficiales, se pueden optimizar los recursos del J¨²car por lo menos en 100 hect¨®metros c¨²bicos anuales. As¨ª se ha previsto en el convenio firmado entre el Ministerio de Medio Ambiente y la Unidad Sindical de Usuarios del J¨²car, en virtud del cual los propietarios del embalse de Alarc¨®n ceden su gesti¨®n al Estado quedando exonerados de sus gastos de explotaci¨®n y conservaci¨®n durante 60 a?os. Como contrapartida, se abr¨ªa la v¨ªa de utilizaci¨®n de las aguas de la cuenca a los nuevos usuarios reconocidos en el PHN: el abastecimiento de la ciudad de Albacete y su ¨¢rea de influencia, los regad¨ªos de la Mancha Occidental, la reserva para el abastecimiento y los regad¨ªos de inter¨¦s social de Cuenca y la dotaci¨®n de nuevos regad¨ªos en las zonas de El Picazo, el Canal de Albacete y La Manchuela.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.