Una bonita despedida

Manuel de Blas, que est¨¢ espl¨¦ndido en este montaje de absurdo t¨ªtulo en castellano (Jaque Loco en el original), se despide del teatro con esta obra, y dijo el d¨ªa de la presentaci¨®n que ya lo ten¨ªa todo hecho, aunque el espectador tiene la esperanza de que alg¨²n director de talento le ofrezca un Rey Lear, ya que el actor est¨¢ en momento espl¨¦ndido para culminar su carrera con un papel¨®n como ¨¦se.

Su juguete preferido, de Vittorio Franceschi, un autor del que no recuerdo haber visto ning¨²n montaje anterior, especialista al parecer en Samuel Beckett, plantea un asunto caro a las vanguardias, el peso del pasado en un presente m¨¢s o menos anodino, o m¨¢s concretamente de un hecho del pasado que se ha preferido olvidar pero que acaba gan¨¢ndole la batalla al tiempo y a la memoria, sugiriendo de paso que una misma persona es muchas personas a la vez y durante mucho tiempo.

Este material, que Antoni Tordera pone en escena con pulcritud, apoy¨¢ndose sobre todo en la enorme presencia esc¨¦nica de Manuel de Blas, se resuelve echando mano de una cierta insinuaci¨®n de las claves de humor negro en la primera parte, para decidirse resueltamente por el drama cuando la obra se dirige hacia su conclusi¨®n, y destaca una curiosa mezcla entre la propensi¨®n abstracta y la poetizaci¨®n del lenguaje hablado, siguiendo tal vez una fidelidad textual a una obra que podr¨ªa haber sido algo m¨¢s peinada para esta versi¨®n.