Brasil, bajo el peso del IPC

La econom¨ªa brasile?a afronta las ¨²ltimas semanas del a?o con luces y sombras. El FMI ya ha confirmado su confianza en los planes del presidente electo, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, y ha adelantado que el nuevo Gobierno contar¨¢ con el respaldo financiero de la instituci¨®n. Pero no todo est¨¢ tan claro: ahora el fantasma de la inflaci¨®n vuelve a ensombrecer el panorama.

Cuando faltan pocas semanas para que termine 2002, octavo y ¨²ltimo a?o de la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, un fantasma ronda la imagen del mandatario cuyo mayor logro ha sido estabilizar la moneda y las finanzas del pa¨ªs: las tasas de inflaci¨®n ya han superado las metas establecidas por su Gobierno, y tambi¨¦n las impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

En Brasil se emplean distintos ¨ªndices para medir la inflaci¨®n. El oficial es el IPCA (¨ªndice de precios al consumidor amplio), que en los 10 primeros meses de 2002 aument¨® un 7% y, en tasa interanual acumula una subida del 8,45%. La meta del Gobierno para el a?o era de 5,5%; la del FMI, el 6,5%. Otro indicador, el IGP (¨ªndice general de precios), es m¨¢s alarmante: del 2,34% en septiembre se pas¨® al 4,21% en octubre, acumulando un 16,3% en lo que va de a?o.

Como los efectos de la devaluaci¨®n del real todav¨ªa no se han reflejado totalmente sobre los precios al consumidor, todo indica que, de aqu¨ª al 31 de diciembre, esos niveles ser¨¢n f¨¢cilmente superados. De momento, el Banco Central decidi¨® elevar los tipos de inter¨¦s desde el 21% al 22% anual, una medida que, por lo menos, ha tranquilizado al mercado burs¨¢til.

El gran villano, dicen los t¨¦cnicos del Gobierno, es el d¨®lar. Desde junio, la moneda brasile?a perdi¨® m¨¢s del 40% frente a la norteamericana, y los reflejos de ese movimiento a¨²n est¨¢n en pleno curso. En octubre, la harina de trigo aument¨® un 15,28%, ya que la mayor parte es importada; los viajes a¨¦reos, un 12%; el arroz, un 9%... El Gobierno congel¨®, por razones electorales, el precio de los combustibles. Pasadas las elecciones, y con su candidato derrotado, los precios han sido liberados. Hubo un primer aumento del 12% y, hace unos d¨ªas, otro del 3%. Por donde quiera que se mire, los precios suben, desde las tarifas de los servicios p¨²blicos privatizados (como telefon¨ªa o luz) al aceite de soja.

Confianza del FMI

El equipo enviado por el FMI para examinar la situaci¨®n de la econom¨ªa y el cumplimiento de las metas que deben determinar la entrega de un nuevo tramo del pr¨¦stamo de 30.000 millones de d¨®lares concedido a Brasil el pasado mes de septiembre, trata de tranquilizar al mercado y asegura que no se han detectado "indicios de descontrol inflacionario este a?o o para 2003". El coordinador del equipo de transici¨®n del futuro Gobierno, Antonio Palocci, reitera que Lula da Silva, que asume la presidencia el 1 de enero, mantendr¨¢ una "lucha implacable" contra la inflaci¨®n, pero admite que no existen "medidas m¨¢gicas" para mantenerla bajo control.

Mientras la inflaci¨®n desborda las metas y expectativas, el crecimiento econ¨®mico se mide en n¨²meros cada vez menores. Hace dos meses, Gobierno, FMI y analistas se resignaron a admitir que dif¨ªcilmente el PIB brasile?o crecer¨ªa m¨¢s del 1,4% este a?o. Una vez m¨¢s, se equivocaron: las nuevas proyecciones se?alan que el crecimiento estar¨¢ entre un m¨ªnimo del 0,5% y un m¨¢ximo del 1%.

Pero no todo est¨¢ perdido. El presidente del Banco Central, Arminio Fraga, considera que el sistema financiero de Brasil ha superado con "nota 10" las tres crisis que ha sufrido en los ¨²ltimos a?os y que la actual turbulencia est¨¢ llegando a su fin.