La Alianza es el pasado
La OTAN existe para resolver problemas de seguridad. La Uni¨®n Europea premia a los pa¨ªses por resolver sus propios problemas. ?sa es una de las razones por las que tiene miembros tan diferentes. T¨®mese el caso de los Balcanes. La OTAN par¨® una guerra en Bosnia y empez¨® otra en Kosovo para detener la persecuci¨®n de los albanokosovares llevada a cabo por los serbios. Todav¨ªa mantiene soldados en los Balcanes, como pacificadores y disuasores de nuevos conflictos. La tarea de solucionar los problemas en los Balcanes es realizada por otros: Naciones Unidas, la OSCE (Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa), el Consejo de Europa, el Banco Europeo de Reconstrucci¨®n y Desarrollo, la UE y las organizaciones no gubernamentales.
La OTAN fue un ¨¦xito de la Europa de la posguerra; la UE es el futuro, pero su ¨¦xito est¨¢ por determinar
Los Estados balc¨¢nicos quieren unirse a la UE. El gran obst¨¢culo pol¨ªtico para ello es la inestable situaci¨®n de las comunidades albanesas de la regi¨®n. Existen importantes minor¨ªas albanesas en Macedonia y Montenegro, y el futuro de la mayor¨ªa ¨¦tnica albanesa de Kosovo est¨¢ sin resolver. Nadie en la UE aceptar¨¢ admitir a Serbia, Albania y sus vecinos hasta que este problema tenga una soluci¨®n permanente.
"La Gran Albania" es un concepto jam¨¢s mencionado en los c¨ªrculos pol¨ªticos educados dentro o fuera de la regi¨®n, aunque la idea ha estado rondando en el pasado reciente. Su fantasma se vislumbra en ocasiones, aunque s¨®lo sea en las pesadillas de los serbios de Kosovo.
Europa quiere una coexistencia ¨¦tnica pac¨ªfica dentro de las fronteras balc¨¢nicas existentes. ?sta es una condici¨®n esencial para las inversiones necesarias para remediar el desempleo y la pobreza. El objetivo es lograr un nivel de tolerancia y cooperaci¨®n ¨¦tnica que despejar¨ªa el camino para la integraci¨®n a la larga de todos estos Estados en la Uni¨®n Europea. Esta reconciliaci¨®n efectiva tiene que producirse en primer lugar entre los albaneses y los serbios de Kosovo. Nadie puede hacerlo por ellos.
La UE insiste en que tambi¨¦n tiene que haber una voluntad pol¨ªtica por parte de los kosovares y otros albaneses para abordar sus problemas de delincuencia y tr¨¢fico ilegal. La comunidad internacional ha establecido las cotas de referencia para el progreso. El statu quo es inaceptable. Tiene que haber una reconciliaci¨®n ¨¦tnica antes de negociar una nueva relaci¨®n con Europa. Despu¨¦s de eso, habr¨ªa grandes fondos de desarrollo y ayuda general para la modernizaci¨®n de las estructuras econ¨®micas y pol¨ªticas.
El papel de los grupos privados es importante. A mediados de noviembre, el Gobierno suizo financi¨® la tercera de una serie de conferencias sobre Albania y su futuro, dirigidas por una iniciativa privada estadounidense que cuenta con una experiencia de una d¨¦cada de ¨¦xitos en la promoci¨®n de la negociaci¨®n y el acuerdo inter¨¦tnicos, el Proyecto sobre Relaciones ?tnicas de Princeton (de cuya junta asesora forma parte este escritor).
En Lucerna, logr¨® abrir por primera vez conversaciones cara a cara entre funcionarios serbios y albanokosovares: el primer ministro de Kosovo, Bajram Rexhepi; el presidente de la Asamblea de Kosovo, Nexhat Daci; el ministro del Interior serbio, Dusan Mihailovic, y el viceprimer ministro serbio encargado de la coordinaci¨®n en Kosovo, Nebojsa Covic.
Tambi¨¦n tomaron parte en las discusiones el primer ministro de Albania, Fatos Nano, y funcionarios de Macedonia y Montenegro, as¨ª como miembros de las organizaciones internacionales que a efectos pr¨¢cticos dirigen Kosovo y se hallan implicados en la b¨²squeda de soluciones en Macedonia y otros lugares.
En la reciente cumbre de Praga, la OTAN decidi¨® admitir a siete antiguos pa¨ªses del Pacto de Varsovia, un regalo de seguridad para unas sociedades cuyos recuerdos nacionales dominantes son de inseguridad y sus terribles consecuencias.
Ello, a la larga podr¨ªa tener un coste para los actuales miembros de la Alianza. Extender la OTAN a las fronteras de Rusia, e incorporar tres Estados que hace poco m¨¢s de una d¨¦cada eran partes integrantes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, crea la posibilidad de una fricci¨®n futura entre la OTAN y una Rusia menos servicial con sus antiguos enemigos que la Rusia de Vlad¨ªmir Putin.
Bulgaria, Rumania, Eslovenia, Eslovaquia y los tres Estados b¨¢lticos aportan a la OTAN poco, salvo sus ansiedades y buena voluntad. La OTAN desear¨ªa que llenaran "nichos" en su programa militar, pero nadie necesita tomarse eso demasiado en serio, puesto que la OTAN no va a declarar la guerra a nadie. Estados Unidos hace ahora la guerra por su cuenta.
La OTAN en la actualidad es una caja de herramientas de la que se pueden coger piezas ¨²tiles para trabajos determinados: polic¨ªa militar para Kosovo, unidades de defensa qu¨ªmica para el Golfo, y as¨ª sucesivamente. En el futuro, Washington querr¨ªa que la OTAN proporcionara y financiara lo que equivaldr¨ªa a una legi¨®n extranjera al servicio del Pent¨¢gono, supuestamente para que los pa¨ªses que aportaran las tropas pudieran convertirse en "relevantes", como a Washington le gusta decir ahora.
La OTAN es una organizaci¨®n unidimensional. Ofrece solidaridad y promete seguridad militar. El mandato de la UE es la transformaci¨®n pol¨ªtica de la sociedad europea. Si tiene ¨¦xito, har¨¢ realidad una mutaci¨®n fundamental en la civilizaci¨®n pol¨ªtica europea. La OTAN fue el gran ¨¦xito de Occidente en la Europa de la posguerra. Es un ¨¦xito del pasado. La UE es el futuro, pero su ¨¦xito est¨¢ a¨²n por determinar.
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