El eslab¨®n d¨¦bil del sida
La transmisi¨®n heterosexual del VIH crece en Espa?a en perjuicio de la mujer, que es m¨¢s vulnerable
C. M. no pensaba que cumplir¨ªa los 30 a?os. Pero ya hace una d¨¦cada que pas¨® su fecha tope y ahora est¨¢ estudiando muy seriamente tener un hijo. Es una de las 125.000 personas seropositivas que el Ministerio de Sanidad calcula que hay en Espa?a, de las que un cuarto son mujeres. Su caso da la medida de c¨®mo est¨¢n cambiando su planteamiento de vida quienes conviven con el virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH). "Soy seropositiva desde hace 15 a?os. Siempre he querido tener un hijo, toda la vida he sido muy ni?era. No es que ahora quiera tenerlo por aburrimiento, pero es que antes eso era implanteable", relata.
Desde que en 1996 aparecieron los primeros medicamentos antirretrovirales -que detienen la actividad del virus y dificultan su reproducci¨®n-, ser seropositivo es equivalente a padecer una enfermedad cr¨®nica si uno puede acceder a ellos. Esto ha provocado un gran cambio mental entre los afectados. La gran mayor¨ªa se infect¨® siendo muy joven y ha vivido pr¨¢cticamente al d¨ªa. Pero en muy poco tiempo su planteamiento vital dio un giro radical. "Yo he tenido muchas p¨¦rdidas personales en mi vida. Mi marido, amigos... Cuando lo ves pasar, vives al m¨¢ximo. Pero de repente todo cambi¨®. Fue plantearse: tengo una vida, ?qu¨¦ hago con ella? Hasta entonces no hac¨ªas planes vitales, no eran importantes", relata C. M.
"Los sistemas de prevenci¨®n del virus est¨¢n en manos de los hombres"
La paradoja ha sido que la buena noticia de la supervivencia ha provocado el relajo en la prevenci¨®n, especialmente en la transmisi¨®n por relaciones heterosexuales. "Muchos seropositivos dicen: 'No tengo ni idea de por qu¨¦ me infect¨¦. No pertenezco a ning¨²n grupo de riesgo'. Pero no hay grupos, sino pr¨¢cticas de riesgo", asegura Silvia P¨¦rez, de 44 a?os, tambi¨¦n seropositiva. "Las conocemos todos, pero no asumimos nuestras responsabilidades. No se puede pensar que los dem¨¢s van a cuidarte. Tienes que hacerlo t¨²".
Lo muestran las cifras del Registro Nacional del Sida. Aunque los casos han disminuido desde que se produjo el primero en 1981 -hasta el pasado 30 de junio se hab¨ªa producido un descenso del 12% en nuevos casos diagnosticados-, en los ¨²ltimos a?os esa ca¨ªda se ha ralentizado. Y mientras que la incidencia general de la infecci¨®n va disminuyendo en casi todas las v¨ªas de transmisi¨®n, hay una tendencia creciente en la tasa de mujeres afectadas por la v¨ªa heterosexual: un 40%. En todo el mundo, los casos de mujeres ya igualan a los de hombres, seg¨²n anunci¨® Onusida esta semana.
Este dato es muy importante si se tiene en cuenta lo que llevan a?os apuntando los especialistas: que la mujer es doblemente vulnerable a la infecci¨®n de VIH. Por una cuesti¨®n biol¨®gica y por factores sociales. "Es m¨¢s f¨¢cil que, en las relaciones heterosexuales, el hombre contamine, porque el exudado vaginal es un medio m¨¢s inapropiado para el VIH", explica la ginec¨®loga de la Federaci¨®n de Planificaci¨®n Familiar de Espa?a (FPFE), Isabel Serrano. "Por la estructura de la vagina, que act¨²a de contenedor cuando recibe el semen y en la que se producen erosiones durante el coito, es m¨¢s f¨¢cil que se produzca la infecci¨®n". As¨ª, seg¨²n algunos estudios, la posibilidad de transmisi¨®n de un var¨®n infectado a una mujer se cifra en de 0,1 a 0,2 por 100 exposiciones; mientras que el riesgo de un var¨®n que tenga una relaci¨®n con una mujer infectada es de 0,033 a 0,1 por 100 exposiciones.
A ello se a?ade la vulnerabilidad social, porque la mujer no est¨¢ en un plano de igualdad, por su poder, el ejercicio de sus derechos o su funci¨®n social. "Los sistemas de prevenci¨®n no est¨¢n en manos de las mujeres", asegura Mar¨ªa Jos¨¦ V¨¢zquez, seropositiva y activista a trav¨¦s de la asociaci¨®n catalana Creaci¨®n Positiva. "Todos sabemos que hay que usar el preservativo para evitar la infecci¨®n, pero c¨®mo se negocia no es igual en hombres y mujeres. Eso las pone a ellas en una situaci¨®n de riesgo, porque si no lo puedes negociar, no lo puedes usar, aunque sepas que hay que hacerlo".
Por eso, apunta, es un problema que no se est¨¦n explorando sistemas de prevenci¨®n espec¨ªficos para las mujeres. Como el preservativo femenino, que apenas se ha investigado y sobre el que hay mucha desinformaci¨®n. La semana pasada, en una farmacia del centro de Madrid se aseguraba que se hab¨ªa dejado de fabricar, cuando lo que ocurre es que apenas se comercializa en Espa?a, porque est¨¢ en manos de la iniciativa privada.
Otra opci¨®n ser¨ªan los microbicidas, que apenas se han explorado. "Las instituciones no presionan a las farmac¨¦uticas para que los investiguen", apunta V¨¢zquez. "Cuando la cuesti¨®n vital es promocionar la situaci¨®n de la mujer, para que no tenga que esconderse en el cuidado de su salud". As¨ª, dejar que la prevenci¨®n se base en un ¨²nico sistema ha colocado en situaci¨®n de riesgo a las mujeres casadas o con pareja estable.
A todo ello se a?ade que la mujer sufre m¨¢s efectos colaterales con la infecci¨®n y que los tratamientos hasta ahora se han estudiado siguiendo un patr¨®n basado en modelos masculinos. "Los estudios se enfocaron en los hombres por falta de sujetos con VIH. En los ¨²ltimos a?os se ha incluido a las mujeres. Pero, por ejemplo, las directrices internacionales sobre cu¨¢ndo empezar un tratamiento no se han adaptado a ellas, a pesar de que est¨¢ demostrado que la mujer tiene menor carga viral que el hombre", asegura V¨¢zquez.
Adem¨¢s, el sistema inmunitario de la mujer tiene unas caracter¨ªsticas diferentes al del hombre por el hecho de la maternidad, que biol¨®gicamente la prepara de forma distinta. No se sabe muy bien por qu¨¦, pero la mujer con VIH padece problemas ginecol¨®gicos asociados a la infecci¨®n. "Hay m¨¢s posibilidades de patolog¨ªa cervical", sostiene la doctora Serrano. Son habituales la candidiasis cr¨®nica o la aparici¨®n de c¨¦lulas precancerosas. Por eso, las mujeres seropositivas deben hacerse citolog¨ªas cada seis meses, en lugar de cada a?o, para controlar estos problemas porque, al bajar las defensas, se puede acelerar su desarrollo.
Por todas estas cuestiones que afectan directamente a la mujer, est¨¢n surgiendo en Espa?a las primeras asociaciones que enfocan el cuidado de los seropositivos desde una perspectiva de g¨¦nero. Como Creaci¨®n Positiva, en Barcelona (creacionpositiva@eresmas.net, 934 314 548), o en Madrid, Ser Positivas (serpositivas@yahoo.es; 917 987 714). "Se ha avanzado mucho en los tratamientos, pero social y psicol¨®gicamente hay mucho por hacer", explica la presidenta de esta ¨²ltima. "Las mujeres seropositivas debemos tener una actuaci¨®n com¨²n, porque sola no puedes luchar contra el mundo".
Ser madre con VIH
Tener un hijo ha sido para C. M., seropositiva desde hace 15 a?os, un sue?o que se le ha devuelto con la certeza de que la muerte no est¨¢ a la vuelta de la esquina.
"Durante mucho tiempo intent¨¦ reprimir los deseos de tener un hijo, porque no quer¨ªa luchar por otra cosa. No, otra vez. Pero lo que pens¨¦ que s¨®lo me pasaba a m¨ª se lo cont¨¦ a mi doctora y me encontr¨¦ con que no me desanim¨®". Tampoco la anim¨®, pero le dijo que s¨®lo hab¨ªa un 1% de riesgo.
Antes trat¨® de adoptar. "Pero es imposible para una mujer sola. Hay una pol¨ªtica de disuasi¨®n muy fuerte. Ped¨ª una reuni¨®n informativa y me han citado para cuatro meses m¨¢s tarde. Bueno, es una opci¨®n que tengo abierta. Aunque me di cuenta de que si se dilata, en vez de madre voy a ser abuela".
C. M. quiere tener una maternidad lo m¨¢s responsable posible y ha consultado a especialistas en reproducci¨®n. "Lo que me preocupa es que el ni?o salga lo m¨¢s perfecto posible, como cualquier persona que quiere que su hijo nazca sano", dice. "Me han dicho que, cumpliendo unos requisitos de salud, es posible. Y los cumplo. No tengo necesidad de que mi hijo tenga mis genes". Por eso, entre las opciones que le dieron optar¨¢ por un embri¨®n donado.
Eso minimiza el riesgo, porque ser¨¢ de una mujer de unos veinte a?os, y tambi¨¦n el esperma lo dona un hombre joven, lo que evita los problemas de la edad. Adem¨¢s, el embarazo estar¨¢ mucho m¨¢s controlado de lo habitual: ser¨¢ un parto con ces¨¢rea para evitar el contacto de fluidos, y ella no podr¨¢ dar el pecho al beb¨¦.
"?sta es otra parte de lo que supone vivir intensamente. A¨²n no lo tengo decidido del todo. Me preocupan los efectos secundarios que las medicinas puedan tener sobre mi hijo. Es un riesgo que estoy valorando".
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