Un prelado se confiesa
Soy un prelado patriota, un lejano pariente m¨ªo tambi¨¦n lo fue. Era uno de los obispos que hizo el saludo fascista en la catedral de Burgos ante Franco, qu¨¦ foto m¨¢s conocida. Yo la vi de ni?o y no me pareci¨® ni bien, ni mal; no entend¨ª nada. Luego la volv¨ª a ver de seminarista y me indign¨¦ profundamente.
Entonces estaba interno en un vasto edificio donde estudi¨¢bamos la filosof¨ªa, la teolog¨ªa y tambi¨¦n la historia y la cultura de nuestro pueblo, sus nobles costumbres. Y fue all¨ª donde empec¨¦ a ser lo que soy, lo que tanto me satisface, dicho sea sin asomo de censurable deleite. ?Y qu¨¦ soy? Pues nada m¨¢s que un pastor de la iglesia, un hombre comprometido. Amo a mi pueblo, s¨¦ que mi pueblo existe, incluso m¨¢s que las personas que lo integran, qu¨¦ curioso, y me gusta so?ar que si fuese necesaria otra venida al mundo de Jes¨²s de Nazaret, mi tierra ser¨ªa uno de los lugares m¨¢s adecuados junto con Irlanda del Norte, Breta?a, C¨®rcega, Escocia e incluso la admirable Catalu?a interior, que tanto contrasta con la pecaminosa y mestiza Barcelona. Soy un hombre de bien, vivo con un sueldo modesto, amo a mi madre viuda que est¨¢ all¨¢ en la aldea; entrego lo poco que me sobra a los pobres y aprecio a todos mis feligreses, incluso a quienes tuvieron la desdicha de nacer en tierras ajenas a la nuestra. Tierras de las que nunca debieron salir para bien de ellos, de sus cuerpos y almas, y para bien de nosotros, que tan dignamente vivimos solos durante siglos y siglos, sin delitos ni mezclas y sin esos acentos que tanto distorsionan la severa dicci¨®n que es propia de nuestra etnia, incluso cuando habla, y m¨¢s de lo que debiera, en esa lengua extra?a nacida en los montes de Cantabria. Soy obispo de mi pueblo y por mi pueblo estoy dispuesto a predicar y a morir, o, cuando menos, a dialogar con los que disparan. Soy obispo pegado a la tierra y me gusta serlo, y hasta ya casi creo que me importa m¨¢s mi pueblo que mi ministerio, y ahora no s¨¦ si esto que digo es una tentaci¨®n del diablo que yo reproduzco mec¨¢nicamente, desde el fondo de mi cerebro asaltado por Sat¨¢n; o si es, en puridad, lo que siento.
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