Inmigraci¨®n

La cuesti¨®n de la inmigraci¨®n es un tema dif¨ªcil de enfocar y, como ha quedado demostrado, complicado de tratar. Los Gobiernos europeos se encuentran con un hecho que no es nuevo, pero que empieza a desbordarles. Un punto fundamental a tener en cuenta en este debate es la tolerancia, que a pesar de ser una palabra que infunde respeto no es nada f¨¢cil determinar sus l¨ªmites. ?Hasta d¨®nde debe o puede llegar la tolerancia frente a la inmigraci¨®n? En principio uno responder¨ªa que ilimitada, argumentando que s¨®lo est¨¢n aqu¨ª para mejorar su calidad de vida y so?ar con lo que en sus pa¨ªses les era imposible evocar. Pero ?c¨®mo tratar a los inmigrantes cuando su comportamiento no responde a unas pautas que nosotros considerar¨ªamos l¨®gicas o racionales?

Aqu¨ª tratar¨ªamos otro asunto, ?qu¨¦ fue primero, el huevo o la gallina? Es decir, ?la tolerancia tiene que partir de una ley o del ciudadano para convertirse luego en ley? Si la inmensa mayor¨ªa de un pa¨ªs no est¨¢ dispuesta a aceptar a un inmigrante, ¨¦ste seguir¨¢ siendo un marginado por mucha ley que un Gobierno apruebe, y viceversa.

Ante todo, no deber¨ªamos olvidar que nosotros, los espa?oles, fuimos emigrantes no hace mucho. Mi hermano fue inmigrante en Alemania durante dos a?os, un sin papeles que trabajaba para vivir. Ahora me pregunto qu¨¦ hubiese sido de ¨¦l si en Alemania se hubiese tratado el tema de la inmigraci¨®n como un asunto de seguridad nacional.