Un grupo de presos de Guant¨¢namo demanda al Gobierno de EE UU

Un grupo de prisioneros en Guant¨¢namo est¨¢ desafiando al Gobierno de EE UU pidi¨¦ndole que les acusen de algo para as¨ª poder defenderse. Son 12 kuwat¨ªes, dos australianos y dos brit¨¢nicos que, al igual que otros 600 "combatientes ilegales" detenidos en esa base, permanecen incomunicados desde enero. Un tribunal federal de apelaciones comenz¨® ayer a estudiar su recurso, pero, seg¨²n los juristas, hay escasas probabilidades de que fallen a su favor.

Los detenidos tienen en su contra una sentencia previa que ratificaba el argumento del Departamento de Justicia, seg¨²n el cual al no estar en territorio de EE UU no les amparan las garant¨ªas recogidas en la Constituci¨®n y, adem¨¢s, al haber sido clasificados como "combatientes ilegales", tampoco pueden invocar la Convenci¨®n de Ginebra. En otras palabras, est¨¢n en un callej¨®n sin salida, al que la juez Colleen Kollar-Kotelly a?adi¨® otro obst¨¢culo en agosto reconociendo el derecho del Pent¨¢gono en tiempos de guerra a detenerles indefinidamente sin la asistencia de un abogado.

"Seg¨²n el Gobierno, no existe un tribunal en el mundo al que puedan apelar mis clientes. Est¨¢n condenados en Guant¨¢namo, el ¨²nico lugar de la tierra donde EE UU ejerce total jurisdicci¨®n y control, un lugar al margen de la ley", afirma Joe Margulies, uno de los abogados contratados por las familias de los detenidos. Thomas Wilner, el otro defensor, subraya que su petici¨®n es muy modesta. "EE UU ha estado involucrado en muchas guerras, pero es la primera vez que se sacrifica la ley", a?adi¨®.

El fallo de la juez Kollar-Kotelly se fundaba en una decisi¨®n del Tribunal Supremo de 1950 que deneg¨® el h¨¢beas corpus a un grupo de alemanes capturados por EE UU en China y condenados en un tribunal militar por delitos cometidos en la II Guerra Mundial. Aunque la juez y el Departamento de Justicia equiparan la situaci¨®n de los alemanes a la de los detenidos en Guant¨¢namo, los abogados de ¨¦stos resaltan una diferencia crucial: los alemanes fueron acusados y pudieron defenderse en un juicio; los detenidos en la guerra contra el terrorismo, no.

Ninguno de los cerca de 600 detenidos (el Pent¨¢gono ya no revela la cifra exacta) ha sido acusado. El secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, admite que la prioridad es interrogarles, no tanto para sacarles nueva informaci¨®n sobre los planes de Al Qaeda como para corroborar la que dan otros detenidos en Pakist¨¢n o Afganist¨¢n.

La desesperaci¨®n en la que se encuentran ha hecho que muchos intenten suicidarse en los ¨²ltimos meses, aunque ninguno lo ha logrado. A la incertidumbre sobre su futuro se suma la situaci¨®n de aislamiento en las celdas individuales. S¨®lo se pueden comunicar por carta con sus familiares. A trav¨¦s de esa v¨ªa los 16 que ahora apelan a los tribunales pidieron a sus familias que contrataran abogados.

El Gobierno s¨®lo ha liberado a tres afganos y a un paquistan¨ª de Guant¨¢namo. De los 1.200 detenidos dentro de EE UU tras el 11-S, s¨®lo quedan recluidos "cerca de 20", seg¨²n confirm¨® ayer un portavoz del Departamento de Justicia, Jorge Mart¨ªnez.