El cura desobediente y la derecha desestabilizadora
Cuando el dinero habla, la verdad calla. Este proverbio chino ejemplifica la pol¨¦mica que rodea a Cajasur desde que el Partido Popular, con la complicidad del presidente de la entidad, el cura Miguel Castillejo, vio en ella una nueva oportunidad para intentar dinamitar la solvencia y el prestigio del sistema financiero andaluz. El esc¨¢ndalo en que ha metido a Cajasur ya es insoportable. Todo lo dem¨¢s son cortinas de humo y la defensa desesperada de privilegios y prebendas. Don Miguel, aut¨¦ntico poder f¨¢ctico en C¨®rdoba, disfraza de ataques contra la Iglesia de Roma lo que simplemente es la respuesta democr¨¢tica a una gesti¨®n personalista de dudosa moralidad; ante una evidencia que provoca bochorno y sonrojo a la inmensa mayor¨ªa de los cristianos, Castillejo se descuelga por la pendiente del victimismo por la reacci¨®n de los mecanismos que el Estado de Derecho proporciona para hacer frente a una conductas reprobable. Es un desprop¨®sito enmascarar de agresi¨®n contra la fe cat¨®lica el deber estatutario de la Junta de Andaluc¨ªa de legislar y tutelar el sistema financiero.
La historia reciente pone a cada uno en su sitio. El Gobierno auton¨®mico ha dado buena muestra de su colaboraci¨®n con la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica: el convenio de cesi¨®n del Palacio de San Telmo como sede de la Presidencia, la restauraci¨®n del patrimonio hist¨®rico eclesi¨¢stico, los conciertos educativos con centros regentados por ¨®rdenes cristianas, la fusi¨®n de las dos cajas cordobesas, la propia Ley de Cajas andaluza que reconoc¨ªa la singularidad de Cajasur... Las relaciones entre la Iglesia y la Junta son tan satisfactorias que en la escuela diplom¨¢tica vaticana se ponen como ejemplo, como paradigma de lealtad y de buena convivencia. La deslealtad con que se mueve Castillejo entra en franca contradicci¨®n con los logros de a?os de colaboraci¨®n armoniosa y fruct¨ªfera entre la autoridad religiosa y las instituciones auton¨®micas.
Ni la Junta, ni el PSOE de Andaluc¨ªa, ni un sector cada vez m¨¢s mayoritario de la ciudadan¨ªa cordobesa y andaluza est¨¢n en contra de la Iglesia, s¨®lo quieren que se ponga freno al comportamiento c¨ªnico e impropio de un sacerdote metido a magnate de las finanzas. Don Miguel es un pro-blema, un lastre para la estabilidad de la caja. La Conferencia Episcopal no puede dar la espalda al clamor de la sociedad andaluza. Resulta elocuente c¨®mo ha calado en la opini¨®n p¨²blica la impudicia de la multimillonaria pensi¨®n de Castillejo. Este sustancioso retiro es una inmoralidad, un insulto para la inteligencia, pero sobre todo es una burla de los preceptos sobre los que reposa la doctrina cristiana. En la manifestaci¨®n del pasado domingo por la restituci¨®n del Plan de Empleo Rural (PER) y el subsidio agrario, los responsables de los sindicatos no pasaron por alto la ofensa para los trabajadores del campo que supone la cuantiosa p¨®liza de jubilaci¨®n.
Por si fuera poca provocaci¨®n, Castillejo ha lanzado un nuevo desaf¨ªo a la jerarqu¨ªa cat¨®lica. La decisi¨®n del consejo de administraci¨®n de Cajasur de acogerse a la Ley Financiera promovida con urgencia, nocturnidad y alevos¨ªa por el Gobierno del PP es una doble traici¨®n. Traici¨®n a Andaluc¨ªa porque esta normativa atenta contra el Estatuto de Autonom¨ªa, ya que hurta a la comunidad una competencia que tanto cost¨® conseguir en la lucha por la autonom¨ªa plena. Tambi¨¦n traici¨®n al pacto entre el Arzobispado y la Diputaci¨®n Provincial para la fusi¨®n de las dos entidades cordobesas, que situ¨® a Cajasur como segunda entidad financiera regional. Movido por intereses inconfesables, Don Miguel act¨²a conforme a una estrategia pol¨ªtica dise?ada conjuntamente con el PP, partido que contin¨²a con su pol¨ªtica de hostigamiento al sistema financiero andaluz tras su sonoro fracaso en la renovaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno de las cajas con sede en Sevilla.
El obispo de C¨®rdoba ha entrado oportunamente en la pol¨¦mica, ha puesto el dedo en la llaga. Primero, recordando a Castillejo el voto de pobreza que debe presidir la vida de todo cl¨¦rigo por muy alta representaci¨®n que desempe?e; segundo, apelando al di¨¢logo como v¨ªa id¨®nea para alcanzar soluciones pactadas al conflicto y, por ¨²timo, plante¨¢ndole que no procediera a la reforma de los estatutos. Sus advertencias, no obstante, han ca¨ªdo en saco roto. Don Miguel y sus can¨®nigos de c¨¢mara han ejecutado sin temblarles el pulso al cambio de las normas que rigen Cajasur. En una nueva muestra de ostentaci¨®n de su poder, el consejo de administraci¨®n ha consumado la expropiaci¨®n de la entidad a la sociedad cordobesa y andaluza por razones ciertamente espurias. ?Qu¨¦ pas¨® con el voto de obediencia, de obligado cumplimiento para un sacerdote?
La operaci¨®n de Cajasur es id¨¦ntica la dise?ada por el PP en El Monte y en Caja San Fernando, con diferentes actores y una estrella invitada m¨¢s: el Gobierno de la naci¨®n, que ha dado carta de naturaleza, rayando la prevaricaci¨®n, en la Ley Financiera a los prop¨®sitos del PP y don Miguel. El gui¨®n es mim¨¦tico al del conflicto de las cajas sevillanas: un presidente de entidad con intereses personales que defender y un partido conjurado en reventar el sistema financiera andaluz. Castillejo no es m¨¢s que el representante en Cajasur de la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica, a la que debe obediencia por sus votos sacerdotales y por sentido com¨²n, al igual que los defenestrados presidentes de las cajas sevillanas fueron elegidos por perteneder a un partido y se deb¨ªan a su disciplina.
Entre todos tenemos que evitar el expolio de CajaSur. Castillejo y el PP est¨¢n dando los primeros pasos para llevarse de C¨®rdoba a la entidad, despu¨¦s vendr¨¢ la privatizaci¨®n y venta al mejor postor bancario de un patrimonio de todos los cordobeses y cordobesas. Este "saqueo", impulsado por Don Miguel en connivencia con el Gobierno de la naci¨®n, no puede dejar a nadie indiferente. O se est¨¢ con el secuestro de la caja o, por el contrario, se est¨¢ con el compromiso con Andaluc¨ªa y la permanencia de Cajasur en C¨®rdoba. La verdad tiene que imponerse finalmente al dinero.
Luis Pizarro Medina es secretario de Organizaci¨®n del PSOE de Andaluc¨ªa
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