Voluntarios
Sosten¨ªa V¨ªctor Hugo que el verdadero ser humano es aquel que hay detr¨¢s del propio ser humano. Y ¨¦ste no puede ser otro que la conciencia. La conciencia de ser miembro de la humanidad y firmar con ella un contrato de solidaridad.
La solidaridad es una conciencia amasada a trav¨¦s de la historia, una de cuyas realidades m¨¢s actuales es el voluntariado. Pero a¨²n as¨ª hoy es f¨¢cil hacerse preguntas como las siguientes: ?El voluntariado es un movimiento pol¨ªtico, una conciencia o un complemento de la acci¨®n pol¨ªtica? ?Qui¨¦n maneja los hilos del voluntariado? Es dif¨ªcil plantear una respuesta un¨ªvoca ante estas cuestiones, pues participa por igual de las tres posibilidades. Es un movimiento pol¨ªtico en cuanto participa de la mejora de las relaciones entre los seres humanos; es una conciencia por nacer de la necesidad del ser humano por alcanzar la justicia, y, a su vez, se desarrolla como complemento de la acci¨®n pol¨ªtica a partir del momento en que su voluntariedad parte del contrato personal ante la sociedad y por tanto puede ser temporal, transitorio e incluso coyuntural. El compromiso es de la persona con su conciencia y con la sociedad, un compromiso que se desenvuelve en el inmenso campo de batalla que es el ser humano: el campo de la solidaridad.
En este sentido, el voluntariado es la suma de seres humanos conscientes de "sus" derechos y de que esos mismos derechos no son "suyos" en exclusiva, sino compartidos e interdependientes de los de los dem¨¢s seres humanos.
El voluntariado tiene en este aspecto una funci¨®n reivindicativa, y, por tanto, pol¨ªtica, desde el momento en que se implica en la defensa de los derechos humanos, trabaja por el desarrollo sostenible, procura la igualdad de oportunidades, reclama la supresi¨®n de barreras f¨ªsicas o culturales. Y todo ello, por encima de ideolog¨ªas pol¨ªticas y creencias religiosas, muchas veces diferentes, e incluso contrapuestas, aqu¨ª y en todos los lugares del planeta.
Adem¨¢s, hay otros aspectos del voluntariado, m¨¢s bien vinculados a la sensibilidad, la generosidad, la paciencia, la compasi¨®n, el gusto por el tiempo compartido, actitudes personales que se suman a la idea de justicia social para completar los motivos que impulsan a las personas a convertirse en voluntarios y en voluntarias.
Por todo ello, las m¨¢s de seiscientas mil personas vinculadas al voluntariado en nuestra Comunidad tienen en com¨²n una misma ambici¨®n, ayudar a los dem¨¢s. Ambici¨®n que se concreta de muchas forman, tantas como las m¨¢s de mil seiscientas entidades en torno a las cuales se agrupan.
La solidaridad y el voluntariado, causa y efecto de este importante fen¨®meno de acci¨®n colectiva, adquieren por tanto especial importancia como "flotador" para sus individuos en una sociedad caracterizada, entre otras variables, por la prioridad de lo econ¨®mico, la p¨¦rdida de valor de los valores, la sobreabundancia de informaci¨®n, etc¨¦tera, que nos genera un sentimiento de impotencia, soledad y vulnerabilidad, frente a una realidad que nos desborda y con la que muchas veces nos conformamos.
Hoy, D¨ªa Internacional del Voluntariado, nos sirve para hacer una llamada de atenci¨®n y reconocer la labor de este quince por ciento de poblaci¨®n inconformista que ha tomado conciencia de su capacidad de acci¨®n para mejorar la sociedad en la que vive. Y que no s¨®lo ha optado por la soluci¨®n a los problemas que perciben en la medida de sus posibilidades, sino que se ha convertido en la conciencia de los gobiernos y de los mercados ejerciendo una presi¨®n que parte de una necesidad humana.
Y en ese punto radica la fuerza del voluntariado como movimiento social. En su capacidad para hacer de la mejora de la humanidad el centro de su actuaci¨®n. Una tarea ardua que representa el compromiso del ser humano con su ¨¦poca, con sus cong¨¦neres y con el medio que le rodea. En esa apuesta com¨²n todos salimos fortalecidos, y por ello las instituciones, las organizaciones y los voluntarios compartimos un mismo principio de participaci¨®n para la mejora de las condiciones de vida de la Humanidad.
Rafael Blasco es consejero de Bienestar Social.
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