Kert¨¦sz anuncia en Estocolmo que acabar¨¢ su nueva novela en seis meses
El escritor h¨²ngaro recibir¨¢ el pr¨®ximo martes en la capital sueca el Nobel de Literatura
Imre Kert¨¦sz (Budapest, 1929) lleg¨® ayer por la tarde a Estocolmo relajado y sonriente, con la misma tranquilidad con la que el pasado octubre recibi¨® la noticia de que hab¨ªa ganado el Nobel de Literatura. "Es el premio de los premios, la cumbre, el Himalaya, m¨¢s alto no se puede llegar", afirm¨®. Pero en cuanto acabe estos d¨ªas de intensa actividad y ajetreo, que culminar¨¢n el pr¨®ximo martes con la entrega del galard¨®n, se encerrar¨¢ a escribir. El escritor h¨²ngaro asegur¨® que tiene casi acabada su nueva novela y que estar¨¢ lista en seis meses.
En el aeropuerto de Arlanda, adonde lleg¨® acompa?ado por su esposa Magda, y donde le esperaba el secretario permanente de la Academia Sueca, Horace Engdahl, fue asaltado por los representantes de los medios de comunicaci¨®n, con los que charl¨® brevemente. El Nobel no se le ha subido a la cabeza y tiene muy claro lo que va a hacer en un futuro pr¨®ximo. "Ahora se trata de bajar a la tierra y encerrarse en un cuarto y seguir escribiendo", asegur¨®.
El escritor anunci¨® que tiene su nueva novela casi terminada y que espera tenerla completamente concluida en seis meses. Su t¨ªtulo provisional en h¨²ngaro es Felsz¨¢mol¨¢s, que podr¨ªa traducirse al castellano como La liquidaci¨®n o La soluci¨®n y la publicar¨¢ en espa?ol Alfaguara.
Kert¨¦sz -que fue deportado al campo de concentraci¨®n de Auschwitz cuando ten¨ªa 15 a?os y que vivi¨® un exilio interior de casi 30 a?os bajo el r¨¦gimen estalinista- afirm¨® ayer que la literatura no le permite desprenderse de sus sombr¨ªos recuerdos, aunque "escribir es una alegr¨ªa". "Me siento feliz cuando la gente me dice que hay algo de liberador en mis novelas pese a mis personajes un tanto desesperanzados: creo que siempre existe la posibilidad de una salida".
Sin destino, publicada por El Acantilado, coloc¨® a Kert¨¦sz entre los m¨¢s importantes escritores europeos. La cr¨ªtica internacional considera que ha sabido conservar la memoria del horror y que ha tenido el coraje y el talento de contarlo con iron¨ªa y humor, sin demagogias ni estridencias.
De Kert¨¦sz se han publicado tambi¨¦n en Espa?a otros libros contundentes: Kaddish por el hijo no nacido y Yo, otro: cr¨®nica del cambio, ambas editadas por El Acantilado y Un instante de silencio en el pared¨®n: el holocausto como cultura (Herder).
El escritor h¨²ngaro ha contado estos d¨ªas que recibi¨® la noticia del Nobel en Berl¨ªn, donde ha instalado su residencia, cuando estaba entregado de lleno a la redacci¨®n de su pr¨®ximo libro. La llamada de la Academia Sueca le pill¨® totalmente por sorpresa, declar¨® en una extensa entrevista publicada por el diario sueco Dagens Nyheterle. "Algunos cr¨ªticos literarios hab¨ªan mencionado mi nombre entre los favoritos, pero yo no hab¨ªa considerado en serio esta posibilidad", afirm¨®.
La Academia Sueca condens¨®, el pasado mes de octubre, en apenas una docena de palabras los motivos que impulsaron a sus miembros a concederle el Nobel de Literatura: "Por una obra que reivindica la fr¨¢gil experiencia del individuo contra la barbarie arbitraria de la historia".
No es casual que la obra y los personajes de Kert¨¦sz se interroguen de forma casi permanente sobre si es posible que la vida y el pensamiento individuales puedan ser compatibles con una ¨¦poca en que los individuos est¨¢n casi totalmente subordinados al poder pol¨ªtico y otros poderes a¨²n m¨¢s determinantes.
La experiencia de esa indefensi¨®n del individuo frente a la barbarie han marcado su vida y sus novelas. Vivi¨® la terrible experiencia de los los campos de concentraci¨®n de Auschwitz y Buchenwald. En 1945 pudo regresar a Hungr¨ªa, donde ejerci¨® como periodista hasta 1951 en que fue represaliado y despedido del diario en que trabajaba, perteneciente al Partido Comunista h¨²ngaro. A partir de 1953 vivi¨® como escritor independiente: empez¨® escribiendo piezas de teatro y musicales y luego tradujo a autores como Nietzsche, Freud, Canetti, Wittgenstein, Schnitzler o Joseph Roth.
Para Kert¨¦sz, Auschwitz o Buchenwald no constituyen un caso excepcional, ajeno a la historia del mundo occidental, sino que son m¨¢s bien el testimonio que ilustra la degradaci¨®n del hombre en la vida moderna. A pesar de esa visi¨®n esc¨¦ptica de la condici¨®n humana, Kert¨¦sz es un hombre alegre y afable, que no olvida, pero que no permite que el infierno del pasado determine su presente y su futuro. Coincidiendo con Albert Camus, un autor al que admira, Kertesz cree que "todas las personas tienen el deber de ser felices. El escritor tiene que plasmar su experiencia a trav¨¦s de las palabras. Y cada persona debe tiener la capacidad de construir su propia humanidad".
La hora de la verdad
Ma?ana en la sede de la Academia Sueca, Imre Kert¨¦sz, afrontar¨¢ uno de los momentos m¨¢s importantes de su estancia en Suecia: la lectura de su discurso, en el que es de rutina que los escritores premiados con el Nobel agradezcan la distinci¨®n de que han sido objeto ante un selecto p¨²blico invitado. Esto suele ser apenas un pre¨¢mbulo para la exposici¨®n de sus puntos de vista sobre el oficio de escritor, su vida, sus convicciones en diferentes planos, incluido la pol¨ªtica. En la historia de estos premios destacan discursos famosos por la belleza de su contenido, como el de Garc¨ªa M¨¢rquez, o, por su forma completamente inusual de presentarlo, el de Dario Fo.Una vez le¨ªdo el discurso vendr¨¢n las conferencias, la fiesta, en la que actuar¨¢ el bailar¨ªn espa?ol Joaqu¨ªn Cort¨¦s, las entrevistas, el coro de muchachas que despertar¨¢n a hora temprana al premiado, entonando la canci¨®n de Santa Luc¨ªa. El conjunto de todos estos actos pondr¨¢ una peque?a nota de alegr¨ªa en las sombras del invierno sueco.
Babelia
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