Las instituciones a sus pies

La manipulaci¨®n burda de la encuesta del CIS, conocida por los ciudadanos que la pagamos dos meses m¨¢s tarde, y cuyos resultados anunciaran dirigentes del PP con premeditaci¨®n y alevos¨ªa, s¨®lo es un episodio m¨¢s en este desesperado final de etapa del PP en el Pa¨ªs Valenciano. La incautaci¨®n de los organismos p¨²blicos en funci¨®n de los intereses partidarios viene poniendo en cuesti¨®n el propio desarrollo de la democracia entre nosotros. Siendo grave la utilizaci¨®n de un instituto p¨²blico arrodillado al servicio del poder pol¨ªtico, m¨¢s lo es, si cabe, la puesta al servicio del PP de todas las instituciones.

Durante esta legislatura, dominada por la mayor¨ªa absoluta conservadora, el Parlamento ha pasado a ser un instrumento m¨¢s de la instrucci¨®n sectaria del gobierno. Se han violentado de manera permanente usos, costumbres y esencias del parlamentarismo en funci¨®n de la agenda medi¨¢tica del presidente; se han rechazado iniciativas de la oposici¨®n susceptibles de incomodar al gobierno; se ha anestesiado el papel central del debate pol¨ªtico de los valencianos reducido, limitado y siempre subyugado a los intereses del gobierno.

El papel de comparsa de Les Corts en la ascensi¨®n frustrada de Zaplana al CDR, es digno argumento de vodevil. Hemos pasado de convocar con urgencia inusitada el pleno para aplaudir el evento, a quedarnos sin representante leg¨ªtimo en la asamblea regional europea en un desprecio intolerable de Zaplana -suma y sigue- al actual mandatario y, por ende, al conjunto de los valencianos.

Esta arrogancia en el manejo de las instituciones ha significado la desaparici¨®n de fronteras en muchas ocasiones entre Administraci¨®n y Gobierno. Se ha puesto -y se pone cada d¨ªa- a disposici¨®n de la pol¨ªtica partidaria, cuando no de la persecuci¨®n de ciudadanos tratados como disidentes, recursos humanos y econ¨®micos de la Administraci¨®n.

En este contexto reiterado, la huida de Zaplana, las expectativas de cambio, la propia situaci¨®n de la pesada hipoteca y el desgobierno de la tricefalia, han acelerado el paso desesperado en diferentes frentes. El primero, sin duda, el negocio. Y as¨ª, en plena precampa?a electoral con un presidente en precario, se anuncia -siempre sin debate en el parlamento- la privatizaci¨®n de la RTVV, la concesi¨®n de nuevas ¨¢reas de negocio sanitario o la operaci¨®n museo del f¨²tbol. ?Es leg¨ªtimo proceder sin el m¨¢s m¨ªnimo consenso al blindaje de la futura acci¨®n p¨²blica?

Nos encontramos ante un gobierno que va a gobernar despu¨¦s de muerto. M¨¢s all¨¢ de haber endeudado al pa¨ªs situ¨¢ndolo en la cifra m¨¢xima por ciudadano de todas las autonom¨ªas, ahora es tiempo de componendas para repartir los bonos de la herencia. Con nocturnidad y entre manteles de gran post¨ªn se ha ido cociendo el regalo de la televisi¨®n. Bajo la atenta direcci¨®n de la madrile?a calle G¨¦nova se ha dise?ado el reparto del pastel medi¨¢tico que necesita de la conjunci¨®n estelar de m¨²ltiples intereses para que la degustaci¨®n no traiga efectos colaterales a los distintos cocineros/comensales. ?C¨®mo alguien dotado con un m¨ªnimo de sensatez puede justificar el abuso totalitario de quien en plena campa?a electoral desprende a los valencianos de su ¨²nico medio de comunicaci¨®n p¨²blico?

Aunque, la verdad de lo que se pretende es una nueva versi¨®n de la privatizaci¨®n ya hace tiempo consolidada en una parrilla a golpe de productora casi siempre ajena al principio de desarrollo del sector audiovisual propio. La gesti¨®n desastrosa del PP en la RTVV -casi imposible sino a conciencia- no tiene parang¨®n y obtendr¨¢ en el futuro la justicia merecida. Es insostenible que una televisi¨®n p¨²blica tenga que sufragar los 114.000 euros que cuesta cada entrega de T¨®mbola (casi 20 millones de pesetas). No debemos olvidar que RTVV, s¨®lo en los programas privatizados que siguen a¨²n hoy en parrilla, lleva gastados m¨¢s de 79 millones de euros (13.000 millones de pesetas).

?C¨®mo permanecer impasibles ante el negocio de la nueva privatizaci¨®n sanitaria en Torrevieja o el remate de la operaci¨®n La Ribera, mientras relegan d¨ªa a d¨ªa la inversi¨®n en el servicio p¨²blico de salud? S¨®lo en el caso de Alzira, estamos hablando de un negocio de c¨®mo m¨ªnimo 1.950 millones de euros (324.000 millones de pesetas). Miles de millones en loter¨ªas con destinatario fijo.

Siempre a la b¨²squeda del blindaje, la ley que acompa?a los presupuestos y cambia a su antojo coyuntural la legislaci¨®n vigente, este a?o hace desaparecer la incompatibilidad en la Sindicatura de Comptes para que el controlador se autocontrole. Y todo al son del mundo feliz que bailan anuncios, spots y cu?as en campa?as multimillorias a golpe de talonario p¨²blico mientras no hay dinero para las lancetas de los diab¨¦ticos o las escuelas infantiles.

Menos democracia, m¨¢s pobres.

Joaquim Puig es portavoz socialista en las Cortes.