Mucho arte

Siempre comprometidos con cualquier causa justa que precise un defensor para cantar su alegato, los M¨¢rtires del Comp¨¢s gozaron e hicieron gozar en el bonito reencuentro que tuvieron en directo con su p¨²blico madrile?o. ?ste correspondi¨® dando palmas, cantando y bailando a los sones de Chico Oca?a y los suyos en la hora y media que dur¨® la actuaci¨®n.

Ganando en calidad de sonido a medida que avanzaba el concierto, los sevillanos desplegaron parte de su vasto repertorio -los entendidos afirman que tienen listas para tocar en cualquier momento nada menos que 57 canciones-, haciendo un exhaustivo repaso a sus cinco elep¨¦s hasta la fecha y haciendo hincapi¨¦ en el ¨²ltimo y definitivo Empaquetados al vac¨ªo.

Mil mares

Con un solista en vena al que la garganta le suena a aguardiente del sur, los M¨¢rtires navegaron por los mil mares musicales con los que cruzan el flamenco que va con ellos y organizaron una traca de canciones que tuvo algunos de sus mejores momentos en las interpretaciones de Una hora vicentina u Oremus, entre las viejas composiciones, y, en cuanto a las m¨¢s recientes New York y la extraordinaria Escombros, plet¨®rica de ingenio y oportunidad. Bossa, blues, rap, sevillanas, fandangos, reggae, rock, sonidos africanos y tremendo arte es siempre el espect¨¢culo de Oca?a y sus M¨¢rtires, quienes tuvieron en esta ocasi¨®n las palabras m¨¢s bonitas de la noche para la esquina ahora m¨¢s ennegrecida de Espa?a: "?Galiza calidade, ahora y siempre!". Causas como Palestina, las pateras, los emigrantes y la suerte de los despose¨ªdos encontraron eco tambi¨¦n en la voz de un personaje destinado a recoger lo mejor de la herencia de Veneno, combin¨¢ndolo con una suerte de evoluci¨®n del flamenco destinada a crear escuela.