Turbulencias en Varig
La mayor l¨ªnea a¨¦rea de Am¨¦rica Latina vive la peor crisis de su historia
La brasile?a Varig, principal compa?¨ªa a¨¦rea de Am¨¦rica Latina y que en la d¨¦cada de los ochenta lleg¨® a ser una de las 20 mayores del mundo, vive la peor turbulencia de sus 75 a?os de existencia. A menos que se adopten medidas de absoluta emergencia, todo indica que pronto Varig terminar¨¢ sus d¨ªas como uno de los m¨¢s espectaculares desastres de la historia de la aviaci¨®n comercial.
Volando entre 70 ciudades brasile?as y con 24 destinos en el exterior, los 115 aviones de la compa?¨ªa han transportado 11 millones de pasajeros en los ¨²ltimos 12 meses, manteniendo, entre enero y octubre, un promedio del 59% de plazas ocupadas. Son datos positivos, en momentos en que las empresas de transporte a¨¦reo viven una profunda crisis. Aun as¨ª, los resultados sorprenden: p¨¦rdidas acumuladas de 300 millones de euros en el primer semestre de 2002, y proyecci¨®n de n¨²meros todav¨ªa peores en el segundo.
El Gobierno dice que si los controladores no aceptan una profunda reestructuraci¨®n, no tiene sentido volver a poner dinero p¨²blico
La deuda total de Varig asciende a 900 millones de euros, y el patrimonio neto se sit¨²a en -500 millones
Para empeorar la situaci¨®n, la crisis no es ninguna novedad para Varig o sus 18.000 funcionarios. En octubre de 1992, el entonces presidente de la empresa, Rubel Thomas, se dec¨ªa optimista, afirmando que a partir de enero del a?o siguiente Varig volver¨ªa a operar en positivo, despu¨¦s de acumular pesadas p¨¦rdidas. En aquella ¨¦poca, la empresa funcionaba de manera casi monopolista en la explotaci¨®n de las rutas al exterior, y trataba de recuperar la situaci¨®n que hab¨ªa alcanzado a mediados de los a?os ochenta, cuando volaba hacia 111 destinos en todo el mundo y sus oficinas eran casi sucursales de las embajadas brasile?as.
Lejanos ecos
Todo eso suena, a estas alturas, como ecos nost¨¢lgicos de un pasado definitivamente lejano: la deuda total de Varig asciende a 900 millones de euros, y el patrimonio neto est¨¢ negativo en 500 millones, lo que significa que, aunque logre vender todo lo que tiene y cobrar lo que le deben, la empresa seguir¨ªa debiendo medio mill¨®n de euros. Informes realizados por bancos privados y empresas de consultor¨ªa, y que han sido entregados al Gobierno brasile?o, arrojan n¨²meros que asustan m¨¢s: deudas por 3.000 millones de euros y un patrimonio neto negativo de 1.300 millones.
En medio de semejante tempestad, un conflicto interno caus¨® la renuncia, el pasado 24 de noviembre, del tercer presidente de la empresa en los ¨²ltimos dos a?os, y de la mayor parte de los integrantes del Consejo de Administraci¨®n. El ¨²ltimo responsable de Varig, Armin Lore, ocup¨® el puesto durante unos escasos tres meses. El nuevo, Manuel Guedes, asumi¨® el cargo insistiendo en agregar un interino al t¨ªtulo de presidente. Una vez suspendidas las negociaciones entre acreedores y la empresa, la estatal de petr¨®leo Petrobras, y el sistema de administraci¨®n de aeropuertos de Brasil, Infraero -igualmente estatal- aceptan discutir d¨¦bitos anteriores de la empresa. Pero a partir del ¨²ltimo d¨ªa de noviembre, Varig est¨¢ obligada a pagar al contado el combustible de sus aviones, y a pagar d¨ªa a d¨ªa por la utilizaci¨®n de los aeropuertos brasile?os en que opera.
Lo m¨¢s inquietante de la situaci¨®n es que, en v¨ªsperas de abandonar el puesto afirmando no soportar las presiones de la Fundaci¨®n Rub¨¦n Berta, formada por los funcionarios de Varig y controladora de la compa?¨ªa, Lore hab¨ªa logrado llegar a un acuerdo que salvar¨ªa -al menos de momento- la empresa de la quiebra. Guedes asumi¨® el tim¨®n de la l¨ªnea a¨¦rea con la obligaci¨®n de hacer un milagro: lograr, de inmediato, un acuerdo con los acreedores, especialmente Boeing, General Electric, Infraero y el sistema brasile?o de seguridad social.
El esfuerzo de ¨²ltima hora consiste en obtener recursos del Gobierno. Dos de los m¨¢s importantes asesores del elegido presidente Lula da Silva, Jos¨¦ Dirceu y Antonio Palocci, han sido muy cautos al comentar la situaci¨®n de la empresa. Ya el equipo econ¨®mico del actual presidente manifest¨®, a trav¨¦s de distintos funcionarios, su irritaci¨®n con la insistencia de la Fundaci¨®n Rub¨¦n Berta en rechazar todas las propuestas que le fueron presentadas. Al menos en un punto, actual y pr¨®ximo gobiernos coinciden: si los controladores de Varig no aceptan una profunda reestructuraci¨®n, con la eventual transferencia del control a nuevos socios, no tiene sentido volver a poner dinero p¨²blico en ella.
Y en ese punto estriba el nudo del problema: la fundaci¨®n est¨¢ integrada por todo el personal de la empresa, que tiene el peor ¨ªndice de relaci¨®n funcionario / asientos disponibles entre las compa?¨ªas a¨¦reas privadas del mundo. Todos los planes de reestructuraci¨®n presentados a la fundaci¨®n a lo largo de los ¨²ltimos a?os incluyeron la dimisi¨®n de un n¨²mero significativo de funcionarios y la p¨¦rdida de una amplia serie de privilegios. Fueron rechazados.
En una especie de desaf¨ªo lanzado al viento, los directivos de Varig parecen dudar de que alguien se atreva a cerrar una empresa que es la principal cliente de Boeing en Am¨¦rica Latina, y la mayor compradora de combustible a¨¦reo de Petrobras. Hay, sin embargo, analistas que creen que esa bravata puede costarle demasiado caro a Varig. El actual Gobierno ya anticip¨® que tiene un plan de emergencia en caso de que Varig deje de volar de un momento a otro, y portavoces del pr¨®ximo gobierno dicen con todas las letras que no creen que sea viable conceder recursos solamente para superar una situaci¨®n de crisis, y que es necesario analizar todo el sector. Es decir, promocionar fusiones cuando sea necesario en lugar de seguir cubriendo agujeros que no tienen fin.
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