Cuenta atr¨¢s en Irak
Irak ha puesto en marcha el reloj de la verdad presentando, un d¨ªa antes de plazo, el informe exigido por el Consejo de Seguridad sobre la totalidad de sus programas de armamento biol¨®gico, qu¨ªmico, de coheter¨ªa y nuclear. En sus casi 12.000 p¨¢ginas, y como se esperaba, el r¨¦gimen de Bagdad concluye que carece de armas de destrucci¨®n masiva y se coloca as¨ª en rumbo de colisi¨®n con Estados Unidos, cuyos m¨¢ximos responsables no han cesado de repetir esta semana en tono intimidatorio que tienen pruebas de los arsenales ocultos y prohibidos de Sadam Husein.
Pasar¨¢ tiempo antes de que el voluminoso dosier sea descifrado en todo su significado por los expertos. Mucho depende de un informe cuyas omisiones o declaraciones falsas, seg¨²n la resoluci¨®n un¨¢nime 1.441 del Consejo de Seguridad, supondr¨ªan una violaci¨®n de las reglas que conducir¨ªa al uso de la fuerza contra el r¨¦gimen de Bagdad. El propio Bush se?al¨® ayer que se tomar¨¢ el suyo para valorar cuidadosamente si la declaraci¨®n cumple con los requisitos de desarme de la ONU.
Pero Washington prepara ya el terreno para marchar contra Sadam, como resulta evidente tras las declaraciones en el sentido de que es f¨¢cil ocultar armas prohibidas en un pa¨ªs del tama?o de Irak, incluso a los mejores sabuesos. La tesis de EE UU es que los inspectores no deben buscar por todos los rincones, una labor de a?os, sino que Bagdad debe dar pelos y se?ales para que los expertos de la ONU puedan verificar esos datos. Si Bush puede probar mediante su espionaje que el dictador iraqu¨ª ha mentido, se revestir¨¢ de legitimidad para actuar. Pero acreditarlo exigir¨¢ pruebas irrefutables y de magnitud suficiente como para justificar una nueva guerra en una regi¨®n convulsa y de importancia econ¨®mica y estrat¨¦gica decisivas. En un gesto tragic¨®mico, Sadam pidi¨® perd¨®n anoche a los kuwait¨ªes por su invasi¨®n de 1990 y les inst¨® a rebelarse contra sus dirigentes "infieles" y defender a Irak de cualquier ataque exterior.
En los ¨²ltimos tiempos, EE UU ha doblado su presencia militar en la regi¨®n con alrededor de 50.000 hombres. A finales de la pr¨®xima semana, pr¨¢cticamente la mitad de sus 12 portaaviones estar¨¢n situados en torno al Golfo y ser¨¢ operativo un centro de mando construido en Qatar, tras la negativa saud¨ª a permitir la eventual utilizaci¨®n de las instalaciones pr¨®ximas a Riad. El n¨²mero dos del Pent¨¢gono, Paul Wolfowitz, ha pedido esta semana a la OTAN contribuci¨®n armada a una campa?a en Irak, una estrategia que se aparta de la proclamada recientemente en Praga y que llevar¨ªa a la Alianza mucho m¨¢s all¨¢ de su zona de operaciones.
La escalada del dram¨¢tico pulso en curso tiene un frente diplom¨¢tico menos complaciente para Washington. Una reciente encuesta de ¨¢mbito mundial muestra c¨®mo se ha deteriorado la imagen de EE UU en los dos ¨²ltimos a?os, b¨¢sicamente coincidiendo con la presidencia de Bush y el modo en que ¨¦ste utiliza su hegemon¨ªa absoluta. El antiamericanismo, especialmente intenso en los paises isl¨¢micos, llega tambi¨¦n a los aliados tradicionales, opuestos todos en Europa, salvo brit¨¢nicos, a la guerra contra Bagdad. Bush debe escuchar antes de decidir apretar el gatillo.
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