Mateo D¨ªez vuelve a visitar a los cofrades de 'La fuente de la edad'
Alfaguara reedita la novela m¨¢s le¨ªda y premiada del autor leon¨¦s
Parece que los cofrades inventados hace 16 a?os por Luis Mateo D¨ªez (Villablino, Le¨®n, 1942) han cumplido su sue?o. Entonces buscaban los secretos de la juventud eterna, empe?ados en una empresa quijotesca, y siguen vivos, j¨®venes y vigentes en una obra que ya es cl¨¢sica, como La fuente de la edad. Ahora, Alfaguara reedita esta novela, que ha sido la m¨¢s le¨ªda y premiada del autor y que ¨¦l mismo define as¨ª: "Es la historia de unos personajes que viven en la muerte y buscan la vida".
Habla y rehabla Luis Mateo D¨ªez; se relame en las palabras y en el lenguaje con un misterioso y pausado placer este autor que ha revisado su obra con la alegr¨ªa del que recibe al hijo pr¨®digo. "La he encontrado francamente bien", dice, como si se alegrara de la salud de los viejos amigos, sobre una obra que obtuvo en 1986 el Premio Nacional de Literatura y el de la Cr¨ªtica.
Pero ¨¦l no es el mismo, seg¨²n confiesa el escritor de rostro largo, aire de cl¨¢sico y sencilla barba blanca. "La fuente de la edad es una novela muy barroca, yo he cambiado mucho. He limpiado el texto, lo he cristalizado y se mantiene bien", afirma.
Ah¨ª siguen los cofrades, como siempre, trabajando por un ideal. "Buscan la juventud eterna y su libertad, el triunfo de la imaginaci¨®n sobre la realidad", afirma. Ellos lo resumen todo muy bien, dice Mateo D¨ªez, con una frase: "Se sobrevive inventando lo que nos merecemos".
Normal, porque ellos aguantan una vida gris, en la penuria y la corta distancia de una ciudad de provincias en los a?os cincuenta, siempre inventada, imaginada, pero reconocida en la literatura llena de vida y calor del leon¨¦s que perge?¨® el territorio de Celama. "Es una novela heredera de la tradici¨®n cervantina, asume y homenajea la tradici¨®n novelesca espa?ola de las b¨²squedas quim¨¦ricas que acaban en locura", dice. Tambi¨¦n del humor: "Bebe del dada¨ªsmo, el surrealismo y el esperpento de Valle, tiene un humor libertino y anarcoide, lleno de chantas crueles pero afectivas y citas ap¨®crifas".
As¨ª entreteji¨® esta historia poblada de personajes surrealistas y voluntariosos. "Es una novela que se hace a trav¨¦s de la amistad, que vive en la quimera y en el disparate y que nace de mi convencimiento de que la edad no es el tiempo, sino la conciencia que tenemos del mismo".
Ahora est¨¢ inmerso en otro territorio del fr¨ªo. Prepara una nueva obra. "Se titular¨¢ Fantasmas del invierno y se desarrolla en un lugar que ya he inventado en alguno de mis cuentos, en Cordial". Tambi¨¦n revuelve Mateo D¨ªez en la posguerra. "Se desarrolla en medio de una realidad fantasmag¨®rica, en un ambiente de misterio y con un componente legendario, pero de leyenda oscura, terrible; en una ciudad hundida en la nieve, asediada por los lobos, con sus gentes que no pueden dormir, que son unos personajes con bastante inquietud espiritual, la que da el remordimiento. Espero que me salga bastante rusa", dice.
En ella, como en casi toda su obra, con t¨ªtulos como Memorial de hierbas, Las estaciones provinciales, El expediente del n¨¢ufrago, Camino de perdici¨®n o La mirada del alma, habr¨¢ una defensa de la rutina y el secreto como ejemplo de los h¨¦roes callados: "Soy un defensor de aquellos hombres que practican la ¨¦pica de la supervivencia y soy partidario de dejarles con sus secretos; creo que todos tenemos derecho a guardar secretos y que las grandes novelas se hacen con la materia de lo misterioso".
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