Aniversario de los Derechos Humanos
Un a?o m¨¢s se conmemora el aniversario de la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, proclamada en 1948. Hoy, 54 a?os despu¨¦s, m¨¢s de 1.200 millones de personas en el mundo -las dos terceras partes de ellas mujeres- viven en condiciones de pobreza extrema.
Al mismo tiempo, la capacidad de nuestro planeta para abastecerse es cada vez menor. La degradaci¨®n de los ecosistemas y la creciente vulnerabilidad social y ecol¨®gica afectan a todos, pero los pobres sufren sus consecuencias en mayor grado que los dem¨¢s.
Para hacer frente con ¨¦xito a
los enormes retos de un mundo en el que 1.700 millones de personas no tienen agua potable, debemos valernos mucho m¨¢s sistem¨¢tica y coherentemente del dinamismo de las pol¨ªticas y estrategias comunitarias, as¨ª como del conocimiento y la competencia t¨¦cnica de otros grupos asociados de la sociedad civil.
La soluci¨®n de estos problemas es una obligaci¨®n moral que toda persona decente debe sentir como prioritaria e irrenunciable.
No debemos olvidar que los principales retos con los que se enfrentan los pa¨ªses en desarrollo es el de proporcionar acceso a alimentos, agua potable, servicios de saneamiento, educaci¨®n y atenci¨®n sanitaria b¨¢sicas a poblaciones en crecimiento, especialmente a los pobres, al tiempo que proteger su medio ambiente.
En la Cumbre de las Naciones Unidas del a?o pasado, 191 pa¨ªses (un n¨²mero sin precedentes) se comprometieron a reducir la pobreza a la mitad hacia el a?o 2015 y a alcanzar las metas relacionadas con el desarrollo, bosquejadas en la Declaraci¨®n del Milenio. Esa meta relativa a la pobreza se puede alcanzar, pero no sin un esfuerzo considerable, concertado e intensivo.
Ser¨¢ necesario que pongamos todos los recursos de que disponemos al servicio del cumplimiento de esas metas internacionales de desarrollo no s¨®lo con el fin de hacer m¨¢s para reducir la pobreza, sino adem¨¢s para aumentar la eficacia y el alcance de los actuales planes nacionales de desarrollo, las estrategias de reducci¨®n de la pobreza y la cooperaci¨®n para el desarrollo.
Los Objetivos de Desarrollo del Milenio no son simples aspiraciones idealistas. Son algo nuevo y diferente: metas claras, con plazos determinados, para mejorar en forma r¨¢pida y mensurable la calidad de vida de los ciudadanos m¨¢s pobres del mundo, con medidas que van desde la escolarizaci¨®n de los ni?os hasta la lucha contra enfermedades letales como el VIH/sida y el paludismo, la promoci¨®n de los derechos de la mujer y la erradicaci¨®n del hambre.
Es igualmente importante destacar que los Objetivos de Desarrollo del Milenio gozan de un apoyo pol¨ªtico sin precedentes: fueron acordados por 189 pa¨ªses en la Cumbre del Milenio celebrada en Nueva York, y establecieron que la lucha contra la pobreza es una responsabilidad colectiva que debe ser asumida por el mundo entero. Estos esfuerzos s¨®lo podr¨¢n tener, en el mejor de los casos, un ¨¦xito parcial si descuidamos la segunda mitad de ese "gran pacto": un compromiso claro y sin ambig¨¹edades de los pa¨ªses ricos de respaldar esos esfuerzos de buena fe, eliminando las barreras al comercio, acelerando el alivio de la deuda y ayudando a los pa¨ªses m¨¢s pobres a obtener los recursos internos y la inversi¨®n privada que tanto necesitan.
Si en los pr¨®ximos 10 a?os no se da soluci¨®n al problema de la inmigraci¨®n y al conflicto entre religiones, son impredecibles las consecuencias, en sus versiones terroristas o violentas entre partidarios de distintos cultos religiosos.
Debemos dar cumplimiento exacto a la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos, como meta irrenunciable del ser humano.
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