Un paraje de ancianos monumentales

En Castell¨®n. En el Alt Maestrat. En el t¨¦rmino municipal de Ares, se encuentra el Barranc dels Horts, un espacio en el que crece el mayor bosque de ¨¢rboles monumentales de la Comunidad Valenciana, con ejemplares, en su mayor¨ªa, de varios cientos de a?os. Son cerca de setecientas hect¨¢reas cubiertas de pinos, carrascas y quejigos que se entremezclan con almendros y avellanos, un ¨¢rbol que ha sido s¨ªmbolo de la sabidur¨ªa, la fertilidad y la magia blanca, conceptos, todos ellos, apropiados para el espacio en el que habitan. Pero hay otra parte viva m¨¢s dif¨ªcil de ver, menos monumental pero, quiz¨¢, no menos importante. Hongos y algas. Aves, como el oriol, la abubilla. O, bajo el suelo o las piedras, el cienpi¨¦s. Y otras, menos "cercanas", como la cabra hisp¨¢nica, que habita en lo m¨¢s abrupto del barranco o los halcones peregrinos.

La Fundaci¨®n Caixa Castell¨®n adquiri¨®, en 1993, este espacio, con el fin de proteger y conservar sus valores ecol¨®gicos. All¨ª se desarrolla un proyecto de gesti¨®n que incluye la restauraci¨®n paisaj¨ªstica, una labor que se aplica al arbolado monumental. "Es un bosque viejo", afirma la bi¨®loga Isabel Queral. Tan viejo como los quinientos a?os que tienen algunos de sus ¨¢rboles, a la vez, tan majestuosos. Una naturaleza, la de la flora, tambi¨¦n fr¨¢gil que provoca oquedades en los troncos de los m¨¢s ancianos, lo que les causa problemas de resistencia. "Les cuesta mantenerse en pie", afirma Queral. As¨ª, se realiza un estudio de cada ¨¢rbol, se analiza su consistencia, su capacidad de resistencia y los peligros que su propio peso le pueden causar. Entonces comienza el trabajo de restauraci¨®n que consiste en la reducci¨®n de su copa. Cuidadosamente, como requiere el tratamiento del anciano, hasta mantener aquello que ¨¦l mismo puede soportar.

"Ha sido un barranco muy explotado", indica la bi¨®loga, para la consecuci¨®n de carb¨®n vegetal. Por ello, dada la debilidad de las encinas, que al reproducirse se atacan entre s¨ª para lograr la supervivencia, se escogen los pies m¨¢s vigorosos, que facilitan el desarrollo de ¨¦stas como ¨¢rboles y no como los simples arbustos que crecen en otros lugares.

Ahora, Isabel Queral ha escrito un libro en el que describe un paseo, tranquilo y minucioso, por el barranco. El texto explica tambi¨¦n la relaci¨®n entre todos los elementos del bosque, los visibles y los "ocultos" que son los que, finalmente, proporcionan la existencia de tan espectacular paisaje. Un libro que pretende despertar y dirigir la curiosidad del m¨¢s minucioso y descubrir este para¨ªso.

El Barranc dels Horts tiene un habitante de excepci¨®n: el Roure gros, un ejemplar de veinte metros de altura, seis metros de per¨ªmetro de tronco y una edad estimada de entre 550 y 600 a?os. Un majestuoso y monumental anciano que vive rodeado de la piedras desprendidas de elevados cortados. Con entrelazadas ramas y m¨¢gicas formas.

"Quedan pocos enclaves como ¨¦ste", asegura la bi¨®loga. "Es labor de todos ayudar a preservarlo al tiempo que podemos disfrutarlo, con actitud de respeto y dej¨¢ndonos llevar por la sensaci¨®n de paz que provoca el acercamiento a una naturaleza de la que nos queda mucho por aprender".