El AVE al aeropuerto: historia de cien desencuentros
Piqu¨¦ siembra el desconcierto al presentar en 15 d¨ªas dos propuestas contradictorias para llevar el AVE al aeropuerto
Hasta hace apenas dos meses hab¨ªa un proyecto de trazado de la l¨ªnea de alta velocidad que era el resultado de dos pactos firmados entre el Ministerio de Fomento y el presidente del Gobierno catal¨¢n, Jordi Pujol, por una parte, y el mismo ministerio y los ayuntamientos afectados, por otra. El primer documento, fechado en febrero de 2001, preve¨ªa la construcci¨®n de un tramo del AVE desde la l¨ªnea principal hasta el aeropuerto (el llamado bucle). El segundo, firmado en octubre de 2001, defin¨ªa el espacio por donde pasar¨ªa el tren entre Martorell y Barcelona. Hab¨ªa un plan, pero la verdad es que no satisfac¨ªa a nadie.
No gustaba al ministerio, que prefer¨ªa un trazado m¨¢s directo y r¨¢pido: por Cornell¨¤ y L'Hospitalet hasta llegar a Sants. En este esquema, el aeropuerto no cuenta a efectos de alta velocidad. Al aeropuerto se va en taxi, en tren de Cercan¨ªas o en metro. Desde Barcelona, por supuesto.
Hace 15 d¨ªas hab¨ªa un plan que no gustaba a nadie para que el AVE llegara al aeropuerto
Tampoco gustaba al Gobierno aut¨®nomo ni a los municipios. El primero quer¨ªa una estaci¨®n en la terminal nueva. De ah¨ª que el bucle incluyera la parada en esa terminal precisamente. Los alcaldes la quer¨ªan en la terminal actual. Buscaban que la estaci¨®n del aeropuerto tuviera una doble funci¨®n: aeroportuaria y territorial, de la comarca.
Para acabar de minar el asunto, el pacto entre Pujol y Francisco ?lvarez-Cascos hizo agua por todas partes. La necesidad de construir un t¨²nel soterrado en zona de humedales dispar¨® los costes. Las ¨²ltimas cifras barajadas multiplican por 20 las que dio el presidente Pujol en el momento de la firma del acuerdo. El Gobierno catal¨¢n, abocado a la evidencia de que se iba a endeudar (su tesorer¨ªa est¨¢ peor que bajo m¨ªnimos) en un proyecto que no era el suyo, present¨® un proyecto diferente. Los ayuntamientos le animaron y comprometieron su apoyo al comprobar que el nuevo plan coincid¨ªa casi milim¨¦tricamente con el que ellos siempre hab¨ªan defendido. Felip Puig se fue a Fomento con los planos bajo el brazo y los alcaldes a su lado como guardia de corps. No le hicieron ni caso. M¨¢s a¨²n, Fomento vio la nueva propuesta como excusa perfecta para dar por cancelados los pactos suscritos y anunci¨® que su verdadero proyecto no era otro que el "m¨¢s racional": la v¨ªa directa por Cornell¨¤ y olvidarse del aeropuerto.
El resultado fue una especie de movimiento de Fronda de la sociedad catalana. Tras las instituciones (Gobierno catal¨¢n y municipios) se alinearon sindicatos, asociaciones vecinales, partidos pol¨ªticos (salvo ERC) y organizaciones c¨ªvicas y empresariales (con la excepci¨®n de la patronal Fomento del Trabajo, que se ha mantenido en silencio para estar a bien con todos y ha logrado quedar mal con todo el mundo).
La situaci¨®n impuls¨® al Gobierno central y al catal¨¢n a buscar una soluci¨®n. Los alcaldes creen que han llegado ya a un acuerdo, tras el encuentro celebrado el s¨¢bado de la semana pasada entre Piqu¨¦ y ?lvarez-Cascos, por una parte, y Pujol y Felip Puig, por otra. Si es as¨ª, disimulan con gran maestr¨ªa, porque la propuesta presentada esta semana por el propio Piqu¨¦ se halla en las ant¨ªpodas de lo que esperaban las administraciones catalanas y tambi¨¦n de la presentada por ¨¦l mismo hace 18 d¨ªas.
Buen dominador del lenguaje, Piqu¨¦ argument¨® con cifras el nuevo trazado: de Atocha a Sants, 2 horas y 23 minutos. La soluci¨®n propuesta por el Gobierno catal¨¢n supone que este mismo recorrido se haga en 15 minutos m¨¢s. Una barbaridad porque, dijo, s¨®lo el 1% de los pasajeros tendr¨¢ como destino el aeropuerto. Y como ejemplo, el Charles de Gaulle, donde el AVE s¨®lo supone el 3,5% de la demanda, aunque, reconoci¨®, puede llegar al 10%. Piqu¨¦ no sigui¨® con los n¨²meros. En el caso de El Prat, esto equivaldr¨ªa a cuatro millones de pasajeros. El total estimado para el AVE entre Madrid y Barcelona es de 15 millones.
La l¨ªnea del horizonte es ferroviaria
El Gobierno central no ve interesante que el aeropuerto disponga de conexi¨®n directa con la alta velocidad. Las administraciones catalanas (aut¨®nomas y locales) lo creen indispensable. Una primera aproximaci¨®n puede hacer suponer que la discrepancia es econ¨®mica: el trazado por el aeropuerto es m¨¢s largo y tambi¨¦n m¨¢s caro. Pero ¨¦sa no es la ¨²nica ni siquiera la principal de las discrepancias.
Detr¨¢s de cada propuesta hay un modelo diferente de organizaci¨®n territorial.
La ¨²ltima propuesta presentada por Josep Piqu¨¦ explica a la perfecci¨®n c¨®mo concibe el territorio el Partido Popular. El espacio se divide en dos partes: el centro y las periferias. Y si se miran las periferias, se observa que tambi¨¦n constan de centros y de periferias propias. Madrid es centro y Barcelona es periferia. El tren va de Barcelona a Madrid. A su vez, Barcelona es centro y el resto de Catalu?a es periferia. El AVE, por tanto, va de Sants (Barcelona) a El Prat, que es periferia de Barcelona.
Las administraciones catalanas, tanto las nacionalistas como las de izquierdas (que gobiernan toda la comarca del Baix Llobregat), tienen una visi¨®n diferente. Para empezar, rechazan la organizaci¨®n radial de los transportes. De ah¨ª que piensen que el aeropuerto de Barcelona no es un sat¨¦lite subordinado al de Madrid y que la l¨ªnea de alta velocidad no une Madrid con Barcelona, sino Barcelona con Madrid y con Valencia y con la Europa situada m¨¢s all¨¢ de los Pirineos.
Y lo mismo ocurre en el interior de Catalu?a: Barcelona, la ciudad, es un centro de una ciudad metropolitana polic¨¦ntrica. No se crece s¨®lo en torno a la plaza de Catalunya, tambi¨¦n hay desarrollos que tienen como centro Sabadell, Terrassa, Granollers, Matar¨® y la densa masa residencial e industrial del Baix Llobregat.
El aeropuerto no es de Barcelona, es de Catalu?a y forma un conjunto con el puerto (incluso f¨ªsicamente, tras el desv¨ªo del Llobregat y la ampliaci¨®n portuaria). Y se conecta con el resto del mundo por tierra a trav¨¦s de una red de carreteras y v¨ªas de tren. No se conecta s¨®lo con Barcelona, como lo har¨ªa de llevarse a cabo la propuesta ¨²ltima presentada por Piqu¨¦ en nombre del Gobierno central.
El Gobierno central (el Partido Popular) ve un mapa de Espa?a donde s¨®lo destacan las capitales de provincia. Las fuerzas catalanas creen que m¨¢s all¨¢ tambi¨¦n hay vida.
No es ni mucho menos casual que las administraciones catalanas vinculen siempre la estaci¨®n del aeropuerto a la intermodalidad. Se trata de una estaci¨®n donde tambi¨¦n paran, sin ir m¨¢s lejos, los trenes regionales y los de largo recorrido del corredor mediterr¨¢neo.
Saben que es el principal corredor econ¨®mico espa?ol. No en balde fue donde se construy¨® la primera autopista (de peaje), en tiempos en los que el tren no gozaba de gran predicamento. Hoy, en cambio, la l¨ªnea del horizonte es claramente ferroviaria.
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