Inflaci¨®n y aproximaci¨®n a Europa
El diferencial de precios con la UME debe ir acompa?ado de ganancias de productividad y calidad
En los a?os posteriores al acuerdo de Maastricht, la inflaci¨®n espa?ola fue convergiendo hacia la europea (v¨¦ase gr¨¢fico en p¨¢gina 14) y en 1998 la tasa anual media en Espa?a fue del 1,8% frente al 1,1% en el conjunto de los pa¨ªses que pertenecen actualmente a la UME. Desde entonces se viene manteniendo sistem¨¢ticamente un diferencial de inflaci¨®n de m¨¢s de un punto porcentual. En concreto para diciembre de este a?o prevemos una tasa anual del 3,7% en Espa?a frente a una tasa del 2,3% para la UME y para el 2003 y 2004 se prev¨¦ que la tasa anual media espa?ola supere ligeramente el 3% y que la de la zona euro se sit¨²e en el 1,9%-2%.
La inflaci¨®n es un fen¨®meno econ¨®mico que se determina conjuntamente con otros fen¨®menos como los salarios, productividad, empleo, crecimiento econ¨®mico, etc¨¦tera y adem¨¢s como se comenta a continuaci¨®n, actualmente la inflaci¨®n no es un problema coyuntural sino b¨¢sicamente un problema estructural, que est¨¢ muy relacionado con la nueva situaci¨®n y los nuevos retos que plantea la integraci¨®n de la econom¨ªa espa?ola en la UME.
Lo importante no es el d¨¦ficit cero, sino la deuda p¨²blica en porcentaje sobre el PIB que es compatible con un crecimiento estable
El presupuesto debe planificarse a medio plazo con un dise?o de gasto p¨²blico en infraestructuras y educaci¨®n
En esta ¨¢rea econ¨®mica con una pol¨ªtica monetaria com¨²n y con tipos de cambio fijos, las desviaciones al alza en la paridad del poder adquisitivo en Espa?a respecto a la media de la UME -es decir, que con una cantidad dada en euros se pueda adquirir una cantidad mayor de una cesta de bienes y servicios en Espa?a que en la media de la UME- pueden estar provocando diferenciales positivos de inflaci¨®n como mecanismos de ajuste para alcanzar una convergencia en precios. Tal evoluci¨®n podr¨ªa ser un proceso hacia una situaci¨®n de equilibrio en la que se alcanzar¨ªa la paridad de poder adquisitivo. Pero ello requiere determinadas condiciones que se comentan a continuaci¨®n.
El argumento de la paridad del poder adquisitivo en este proceso de convergencia de precios exige que se trate de una cesta de bienes y servicios que sean id¨¦nticos en ambas zonas geogr¨¢ficas. En concreto, los productos deben tener la misma calidad en ambos lugares. Si se acepta que la condici¨®n de partida era de bienes y servicios de menor calidad media en Espa?a que en la UME, se tiene que para que el diferencial de inflaci¨®n positivo propicie una convergencia de equilibrio en precios, aqu¨¦l deber¨¢ ir acompa?ado de un diferencial de calidad tambi¨¦n positivo. Es decir, que la incorporaci¨®n de calidad en bienes y servicios en Espa?a sea superior a la incorporaci¨®n de calidad que se hace en la media de la UME. Esto es as¨ª porque la parte de la inflaci¨®n observada que corresponde a aumentos de precios motivados por aumentos de calidad no es realmente inflaci¨®n. Si los salarios se indician con unas tasas de inflaci¨®n que incorporan subidas de precios debidos a aumentos de calidad se est¨¢ obteniendo una subida de salario real.
Para que esta din¨¢mica conduzca a una situaci¨®n de equilibrio, es decir, una situaci¨®n de crecimiento estable, es necesario que se produzcan ganancias de productividad, ya que con unas condiciones fijas producir bienes de mayor calidad es m¨¢s caro. Obs¨¦rvese tambi¨¦n que en un proceso de ganancias de productividad ser¨¢ necesario reorientar la producci¨®n nacional hacia bienes y servicios en los que se incorpora mayor valor a?adido o para los que se tengan ventajas comparativas, como puede ser el turismo. Esto implica reorientar producciones basadas en subvenciones o en emigraci¨®n ilegal -que es una subvenci¨®n encubierta- hacia producciones realmente competitivas.
El problema planteado con la situaci¨®n inflacionista actual de la econom¨ªa espa?ola radica en asegurar que los diferenciales de la inflaci¨®n con Europa van acompa?ados de un proceso s¨®lido de ganancias de productividad. En consecuencia las medidas necesarias son aquellas que garanticen tales incrementos en la productividad. Esto ciertamente requiere fomentar la competencia de forma real e incorporar cierta consideraci¨®n de las condiciones de la empresa individual en los convenios colectivos sectoriales.
Pero hay medidas tan importantes o m¨¢s que las anteriores que son objeto de menor atenci¨®n en los medios de comunicaci¨®n. Entre estas medidas hay que destacar la necesidad de mayor inversi¨®n en infraestructuras, como forma de reducir los costes de la actividad econ¨®mica espa?ola. Mayor inversi¨®n en las empresas privadas para incorporar nuevas tecnolog¨ªas, que generen importantes aumentos de productividad. Mayor inversi¨®n en educaci¨®n e investigaci¨®n para poder asegurar que: (1) se dispone de mano de obra capacitada para producir con las nuevas tecnolog¨ªas y (2) para llevar a cabo las reconversiones necesarias hacia producciones con mayor valor a?adido.
En pol¨ªtica fiscal lo importante no es el d¨¦ficit cero, sino la cantidad de deuda p¨²blica en porcentaje sobre el PIB que es compatible con un crecimiento estable. Esto requiere generar expectativas en los inversores de que un determinado plan a medio plazo en la deuda p¨²blica se va a cumplir. Para poder garantizar eso se necesita una planificaci¨®n presupuestaria a medio plazo. Esto incluye un reajuste m¨¢s eficiente del gasto y un dise?o de gasto p¨²blico en infraestructuras y educaci¨®n que puedan generar mayor crecimiento y, por ende, mayor recaudaci¨®n impositiva para poder reducir la deuda p¨²blica de modo que su ratio sobre el PIB pueda ser estable.
En conclusi¨®n la lucha que debe plantearse frente a la inflaci¨®n es profunda y compleja pero ciertamente factible, aunque requiere una voluntad pol¨ªtica de iniciar reformas estructurales y planificaciones cuyos frutos puedan aparecer m¨¢s all¨¢ del periodo de cuatro a?os existente entre elecciones generales.
*Departamento de Estad¨ªstica y Econometr¨ªa de la Universidad Carlos III de Madrid
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