Me abruma tanta responsabilidad

Primero empezamos teniendo la obligaci¨®n de echarnos nosotros mismos la gasolina en el coche, luego tuvimos que llevar en bolsitas al efecto nuestros residuos, cuando papel, cuando cristal, cuando latas (residuos que la Administraci¨®n local no se encarga de recoger a tiempo y qui¨¦n sabe si realmente los destina al reciclaje).

Tuvimos tambi¨¦n que aprender a hacer la declaraci¨®n de la renta, tuvimos que responder a las primeras llamadas de las ONG (que aunque al principio nos parecieron estupendas y util¨ªsimas, ahora nadamos en un mar de siglas sin saber cu¨¢l de ellas destina realmente los fondos recaudados a los fines previstos, ni c¨®mo se eligen a sus directivillos, ni en fin, tantas y tantas cosas) y ahora... ?el Prestige!

?Pero qu¨¦ pasa con el Ministerio de Medio Ambiente, con las consejer¨ªas de Medio Ambiente, Pesca, Sanidad, o como vaina se llamen en cada comunidad aut¨®noma, con estos pol¨ªticos que lo ¨²nico que les importa es... reunirse?

Reconozco que no puedo m¨¢s con tanta responsabilidad, porque yo adem¨¢s de madre, esposa, y dem¨¢s relaciones familiares, tambi¨¦n soy directiva de una empresa y si verdaderamente de lo que se trata es de trasladar al ciudadano no s¨®lo la culpabilidad de los hechos, sino hasta la responsabilidad de la ejecuci¨®n, yo lo que quiero es que el Ej¨¦rcito venga a mi casa a hacerme la comida, que la ministra de Sanidad vaya a las reuniones con la se?orita de mi hijo y, por ejemplo, que Mariano Rajoy acuda a las juntas de la comunidad de vecinos de mi casa, porque si de lo que se trata es de que entendamos de una vez por todas que el Estado como tal no existe, yo ya lo estoy empezando a entender y por tanto, ya que a estos se?ores se les paga un sueldecito, pues... habr¨¢ que usarlos, digo yo.