Trufas para el desarrollo rural
Municipios y productores de Valdorba impulsan un proyecto de aprovechamiento ecol¨®gico
La trufa es el oro vegetal. Una hect¨¢rea repoblada con ¨¢rboles micorrizados con este hongo subterr¨¢neo puede producir veinte kilogramos de producto al a?o. En otras palabras, unos 6.000 euros de beneficio anuales para el productor, puesto que en el mercado el kilo puede cotizar a 600 euros.
En la Valdorba, un valle apenas poblado del este de Navarra hay plantadas s¨®lo nueve hect¨¢reas truferas. Pero sus habitantes han constituido una asociaci¨®n para convertir la trufa en el buque insignia de un desarrollo socioecon¨®mico global. El proyecto, denominado Microvaldorba, ha merecido el apoyo financiero del programa Life de la Uni¨®n Europea, dedicado a subvencionar iniciativas de desarrollo sostenible, que lo analiz¨® junto a otros 200 llegados de toda Espa?a.
Su aportaci¨®n, unida a otras subvenciones p¨²blicas, suman 392.425 euros, que Life Microvaldorba emplear¨¢ hasta 2004 para convertir Valdorba, un ¨¢rea potencialmente id¨®nea para la truficultura, en un referente destacado del manejo sostenible de sus hongos, comprometi¨¦ndose a desarrollar una normativa de protecci¨®n de del fruto y sus ecosistemas. La idea es sencilla: se trata de crear un mercado interno que fomente el cultivo como alternativa rentable y ecol¨®gica, y que vincule a la poblaci¨®n local con el entorno integrando a todos los sectores (poblaci¨®n rural, industria procesadora, turismo y sector forestal).
La trufa ha sido una fiesta este fin de semana en Valdorba. Cientos de personas han participado en la localidad de Or¨ªsoain en los actos de exaltaci¨®n de este hongo junto a cocineros de prestigio.
Demostraciones de recogida de trufas con perro, degustaciones gastron¨®micas de huevos trufados, recorridos natural¨ªsticos, men¨²s micol¨®gicos y una exposici¨®n han sido los ingredientes de la feria de este fin de semana en el valle navarro. Y a trav¨¦s de ella se ha presentado en sociedad el novedoso proyecto de desarrollo rural sostenible.
En la Valdorba la caza es ya un atractivo tur¨ªstico y econ¨®mico de primer orden. Sus cotos y restaurantes especializados atraen a aficionados de varias comunidades aut¨®nomas, especialmente del Pa¨ªs Vasco. En uno de sus pueblos, Ol¨®riz, se elabora cava artesanal. En otros varios (Leoz, Gar¨ªnoain, Pueyo, Iracheta, Olleta o Artariain), crecen las especies de hongos m¨¢s recogidas, las ilarrakas, los rovellones, los champi?ones, las setas de cardo, de pino o las setas de primavera o perretxikos. Hasta ahora se obten¨ªan en temporada en sus 4.000 hect¨¢reas de bosques de haya, carrasca, robles, pinos o quejigos, y casi siempre con destino al consumo familiar.
Pero eso puede cambiar. Establecido el diagn¨®stico sobre la situaci¨®n del valle, t¨¦cnicos especializados har¨¢n un inventario de los bosques productores, controlar¨¢n las cosechas y recolecciones, crear¨¢n mapas inform¨¢ticos seg¨²n especies y producci¨®n y gestionar¨¢n la informaci¨®n obtenida para ordenar y promocionar el sector. Las estimaciones iniciales realizadas por t¨¦cnicos del departamento de Medio Ambiente del Gobierno foral en uno de los pueblos, Leoz, hablan, por ejemplo de una producci¨®n de 520 kilos de setas comestibles al a?o en sus robledales, 6.300 kilos en los pinares silvestres, 39.960 kilos/a?o en los de pino laricio, 19.922 kilos en el quejigal y 11.704 kilos en los encinares.
La creaci¨®n de un mercado de la trufa, compatible con el desarrollo de plantaciones arom¨¢ticas y la producci¨®n de miel, significa, no obstante, plantar ¨¢rboles micorrizados con este apreciado hongo subterr¨¢neo y generar riquezas en las zonas rurales m¨¢s desfavorecidas. Los ¨¢rboles madre de la trufa (encinas y robles) est¨¢n ecol¨®gicamente en la cima de bosques bien conservados.
La feria celebrada este fin de semana lo ha tenido en cuenta y en ella se han podido adquirir ¨¢rboles con la semilla de la trufa ya implantada a seis euros el ejemplar. Son de especies que tardan de diez a quince a?os en producir el fruto. Pero en Valdorba, que cultiva desde 1991, la paciencia es un hecho. La Sociedad Cooperativa de Truficultores de Navarra (40 socios, 60 hect¨¢reas) apoya el proyecto.
Pero no s¨®lo se pretende aumentar la producci¨®n, crear una imagen de marca que atraiga al turismo e incentivar la presencia del producto en la restauraci¨®n de la zona, sino realizar una gu¨ªa Life para el correcto manejo de los bosques productores de setas y trufas y consolidar modelos de aprovechamiento respetuosos con los ecosistemas naturales. Eso significa impulsar normativas, promocionar la industria rural, sentar las bases de una certificaci¨®n ecol¨®gica para los hongos recolectados y desarrollar un turismo especializado y sostenible vinculado a los hongos.
La trufa negra (tuber melanosporum) es la variedad m¨¢s valorada y se utiliza en cocina como aromatizador y como especia de gran rendimiento. Son suficientes veinte gramos de trufa fresca para aromatizar toda una comida. Se pueden trufar aceites, licores, huevos, arroz, quesos, y una sola trufa de 20 gramos puede prestar su aroma a 200 huevos antes de agotarse. Otras variedades son la borde (tuber brumale) o la trufa de verano (tuber aestivum).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.