Ciudad hongo
La muy noble y leal oposici¨®n socialdem¨®crata y castellonense, por ver si se han producido irregularidades delictivas en la adjudicaci¨®n de los terrenos de la antigua estaci¨®n de Renfe en la capital de la Plana, ha presentado una querella judicial ante los tribunales que determinar¨¢ si los mun¨ªcipes principales del gobierno de la derecha, con Jose Luis Gimeno a la cabeza, han incurrido en los delitos de prevaricaci¨®n, tr¨¢fico de influencias y falsedad de documento p¨²blico. Algo absolutamente normal en democracia, y algo absolutamente normal cuando se est¨¢ en la oposici¨®n y se han de controlar las actuaciones del gobierno municipal. Si esas irregularidades que entran en el ¨¢mbito de lo penal se cometieron, la personal y modosa figura del alcalde Gimeno seguir¨¢ en la hornacina beat¨ªfica en la que lo quieren sus correligionarios, adl¨¢teres y una parte nada desde?able del electorado. Si, por el contrario, las pruebas y recibos, que ha presentado la necesaria oposici¨®n junto a su denuncia, no tienen la consistencia suficiente para que un juez dictamine que en esas actuaciones municipales hubo prevaricaci¨®n y lo dem¨¢s, esa oposici¨®n se habr¨¢ equivocado, pero habr¨¢ cumplido con sus obligaciones con respecto al control del gobierno. Y el modoso y equilibrado Ignacio Sub¨ªas seguir¨¢ siendo el equilibrado y modoso cabeza de la oposici¨®n municipal que cumpli¨® con su deber. Y parece como mentira que una argumentaci¨®n tan b¨¢sica en democracia se deba formular una vez m¨¢s ante la avalancha de desprop¨®sitos que envuelven el caso.
Desprop¨®sito, ya se sabe, es lo dicho o hecho fuera de raz¨®n, sentido o de conveniencia. Desprop¨®sito es asegurar como asegura el otro Jose Luis, segund¨®n circunstancialmente al frente de la Generalitat Valenciana, que la querella de la oposici¨®n no prosperar¨¢ porque la actuaci¨®n del alcalde Gimeno al frente de los intereses municipales es "intachable". Sin juzgar la actuaci¨®n del alcalde, cabr¨ªa indicarle a Jos¨¦ Luis Olivas que infalible s¨®lo lo es el sumo pont¨ªfice de Roma entre los creyentes cat¨®licos, y que la infalibilidad de quien no puede enga?ar ni equivocarse en los pont¨ªfices, fue proclamada dogma en circunstancias hist¨®ricas y pol¨ªticas especiales: cuando a los papas les acababan de arrebatar el gobierno terrenal de los estados pontificios.
Desprop¨®sito del provincianista Carlos Fabra acusando a la oposici¨®n de buscar l¨ªo y crear bulla p¨²blica; adem¨¢s de desviar la atenci¨®n hacia los t¨¦cnicos y funcionarios en la cuesti¨®n, como si los cargos pol¨ªticos fueran ajenos, en cuanto a responsabilidad se refiere, a la actuaci¨®n de funcionarios y t¨¦cnicos. Comparar a los miembros de la oposici¨®n con ministros hitlerianos o acusarlos de la p¨¦rdida de la ¨¦tica pol¨ªtica, como hace Fabra, es como tropezar con sus propias declaraciones. Porque da la impresi¨®n de que, por donde el partido de Fabra, se ha perdido el sentido com¨²n ante una iniciativa normal en democracia, cuando se tienen indicios, o quiz¨¢s pruebas, de que se ha cometido una irregularidad y se presenta una querella.
Desprop¨®sito, tambi¨¦n, del portavoz del PSOE Jordi Sevilla, que aprovecha la querella para generalizar y acusar a los de derechas, y de forma indiscriminada, de impunes y tramposos en su actuaci¨®n p¨²blica. Aunque querellarnos y de forma lastimera deber¨ªamos hacerlo los ciudadanos de la calle por la desastrosa morfolog¨ªa urbana de Castell¨®n, por tener esta ciudad hongo de urbanismo vertical, sembrado de especulaci¨®n y revalorizaciones. Ah¨ª est¨¢ el ejemplo de los terrenos de la Renfe, motivo de la querella.
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