Bush da permiso por escrito a la CIA para asesinar a 24 miembros de Al Qaeda
El presidente de EE UU considera "combatientes enemigos" a los terroristas
La Casa Blanca actualiza constantemente una lista que contiene los nombres de al menos dos docenas de presuntos terroristas a quienes la CIA puede asesinar sin autorizaci¨®n previa del Gobierno. El presidente, George W. Bush, ha entregado a la agencia un permiso escrito que le autoriza a matar sin avisar. Estados Unidos considera a los terroristas "combatientes enemigos" y entiende que esa calificaci¨®n evita las constricciones legales que proh¨ªben a la CIA cometer asesinatos. El asesinato de seis supuestos terroristas en Yemen fue la primera acci¨®n de este tipo.
Tras los atentados de 2001, Bush proporcion¨® a la CIA un marco legal que permite a los agentes capturar o matar a terroristas de Al Qaeda sin tener que buscar autorizaciones al m¨¢ximo nivel administrativo. Al comparar a los terroristas con combatientes de un Ej¨¦rcito enemigo, la CIA puede ejecutar a quienes considere miembros de esa tropa.
Seg¨²n The New York Times, la Casa Blanca no s¨®lo ha proporcionado el amparo legal que requiere esta licencia, sino que facilita la lista de objetivos preferentes, formada por m¨¢s de una veintena de presuntos miembros de Al Qaeda y actualizada cada vez que alguno de ellos es eliminado.
En la lista estaba Qaed Salim Sinan al-Harethi, presunto l¨ªder de Al Qaeda en Yemen y estratega del ataque al buque militar Cole en 2000. Un misil Hellfire acab¨® con su vida y con la de cinco personas que viajaban con ¨¦l, de las que apenas se sabe nada salvo que uno de ellos era un supuesto miembro de la organizaci¨®n terrorista con nacionalidad estadounidense. El misil fue disparado desde un avi¨®n Predator no tripulado, guiado por agentes de la CIA.
Fuentes de los servicios secretos apuntan que el permiso no se limita s¨®lo a los 22 ¨® 24 nombres que figuran en la lista de la Casa Blanca, que son s¨®lo los candidatos favoritos a ser ejecutados; en la pr¨¢ctica, la CIA puede asesinar a cualquier sospechoso de formar parte de la organizaci¨®n Al Qaeda. Seg¨²n un alto cargo citado por el diario, la lista contiene "lo peor de lo peor". La normativa permite el asesinato del sospechoso "si la captura resulta poco pr¨¢ctica" y si la ejecuci¨®n "permite minimizar las bajas civiles".
En los a?os setenta, la CIA se hab¨ªa acostumbrado a llevar a cabo lo que John Le Carr¨¦ defin¨ªa en sus novelas como "asesinatos de calidad": ejecuciones limpias, sin rastros ni testigos. Tal era la permisividad que la CIA lleg¨® a dise?ar m¨²ltiples operaciones para matar a Fidel Castro, algunas muy estramb¨®ticas.
Despu¨¦s de varios fiascos en Centroam¨¦rica y ante el riesgo de que los agentes se metieran en aut¨¦nticas guerras sucias, el presidente Gerald Ford firm¨® en 1976 una orden ejecutiva que proh¨ªbe a los servicios secretos no s¨®lo cometer asesinatos en el extranjero sino incluso implicarse marginalmente en ellos. La prohibici¨®n hac¨ªa referencia s¨®lo a los "asesinatos pol¨ªticos", pero Jimmy Carter y Ronald Reagan la extendieron a cualquier tipo de homicidio y la ampliaron al suelo de EE UU.
La doctrina de Bush no es nueva. Hace cuatro a?os, un equipo de abogados contratado por el Gobierno de Bill Clinton lleg¨® a la conclusi¨®n de que EE UU pod¨ªa asesinar a Osama Bin Laden sin incumplir esa prohibici¨®n vigente ni quebrantar las leyes internacionales. Los juristas -algunos de los mayores expertos del pa¨ªs- determinaron que el asesinato de Bin Laden era justificable como acto de defensa nacional leg¨ªtimo ante las leyes internacionales y estadounidenses. Varios equipos de la CIA se infiltraron en Afganist¨¢n para intentar localizar a Bin Laden.
Bush ha llegado a la misma conclusi¨®n que Clinton por la v¨ªa militar en vez de la legal, pero ninguno de los dos ha tocado la ley de Ford. Un ex alto cargo de la Casa Blanca ha recordado un hecho que casi pasa inadvertido: Bush sol¨ªa criticar, d¨¦bilmente, a Israel por el asesinato de palestinos. Esas cr¨ªticas han desaparecido por completo.
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