La p¨¦rdida de hielos en los polos y los oc¨¦anos est¨¢ ensanchando el planeta
La forma achatada de la Tierra se acent¨²a y los cient¨ªficos lo relacionan con el calentamiento
E l globo terrestre no es una bola perfecta, sino "achatada por los polos", como dicen los libros de texto. Pero los cient¨ªficos saben que esa forma var¨ªa con el tiempo, y desde hac¨ªa 25 a?os ve¨ªan que se estaba contrayendo liger¨ªsimamente el ecuador y que la Tierra iba adquiriendo una forma cada vez m¨¢s redondeada. Sin embargo, en 1998, los geof¨ªsicos constataron que esta tendencia se hab¨ªa invertido s¨²bitamente y que el globo estaba adquiriendo una forma de calabaza un poquito m¨¢s pronunciada. ?Por qu¨¦? El derretimiento de los glaciares subpolares y la transferencia de agua hacia el ecuador desde los oc¨¦anos ?ndico, Pac¨ªfico y Austral parece ser la causa, seg¨²n investigadores de EE UU y de B¨¦lgica, que han analizado datos recientes de oc¨¦anos, glaciares, atm¨®sfera y sistemas h¨ªdricos.
El ecuador terrestre es ligeramente mayor que los meridianos; la diferencia es del 0,3%
En 1998 se registr¨® la temperatura superficial oce¨¢nica media m¨¢s alta jam¨¢s medida
Todo parece apuntar hacia un efecto m¨¢s del cambio clim¨¢tico, pero Jean O'Dickey, del Jet Propulsion Laboratory (JPL, de la NASA) y sus colegas, que presentan sus conclusiones en la revista Science, recalcan: "Queda por aclarar la relaci¨®n entre estos cambios de masas relativamente r¨¢pidos y las actuales anomal¨ªas clim¨¢ticas".
Que la Tierra tiene una forma ligeramente oblonga, de manera que el ecuador es mayor que cualquiera de los meridianos, se sabe desde hace 250 a?os, cuando una doble expedici¨®n francesa envi¨® a dos grupos a Laponia y al Ecuador para medir la forma del planeta por triangulaci¨®n. El objetivo era acabar con la la pol¨¦mica entre quienes defend¨ªan que la Tierra ten¨ªa forma de mel¨®n y los que se inclinaban por la de sand¨ªa o calabaza. Por cierto, en la expedici¨®n a Ecuador desempe?aron papeles destacados los espa?oles Jorge Juan y Antonio de Ulloa.
La diferencia entre el ecuador y los meridianos es min¨²scula, aproximadamente un 0,3%, y esta forma achatada en los polos se debe al efecto de la rotaci¨®n del globo sobre su eje y a los fen¨®menos de convecci¨®n del manto a gran escala. Si el ensanchamiento del ecuador disminuye, tiene que producirse una redistribuci¨®n de masas desde las regiones ecuatoriales hacia las altas latitudes. Eso estaba pasando desde los a?os setenta, cuando se pudieron hacer medidas precisas con equipos l¨¢ser embarcados en sat¨¦lites, recordaban Anny Cazenave y Steven Nerem en Science hace poco.
El efecto pod¨ªa explicarse por el rebote el¨¢stico posglacial del planeta, a ra¨ªz del deshielo de los casquetes polares desde finales de la ¨²ltima glaciaci¨®n, hace 18.000 a?os. Las zonas polares estaban cubiertas de grandes cantidades de hielo, deformando la corteza terrestre, que es ligeramente el¨¢stica; al fundirse los glaciares, la corteza intenta recuperar su forma anterior ascendiendo, como un colch¨®n de muelles.
Tambi¨¦n se sabe que la forma oblonga de la Tierra var¨ªa estacionalmente un poquito debido a la redistribuci¨®n del aire y de la masa de agua entre la atm¨®sfera, los oc¨¦anos y los dep¨®sitos h¨ªdricos continentales. Asimismo, influyen diariamente las mareas luni-solares.
La sorpresa surgi¨® hace pocos meses, cuando dos investigadores -Christopher M.Cox y Benjamin F. Chao- analizaron extensas series de datos tomados desde sat¨¦lites durante a?os y se dieron cuenta de que a principios de 1998 se hab¨ªa producido un cambio de tendencia y la Tierra estaba engordando por el ecuador en lugar de adelgazando. "La din¨¢mica de abombamiento de la Tierra ha venido disminuyendo, seg¨²n observaciones geod¨¦sicas desde el espacio en los ¨²ltimos 25 a?os, hasta aproximadamente 1998, cuando cambi¨® de repente hacia una tendencia de aumento que contin¨²a hasta ahora", escrib¨ªan estos investigadores en Science (2 agosto de 2002). Las causas de este efecto "son inciertas", advert¨ªan, tras descartar algunas explicaciones posibles.
Pod¨ªa estar en juego el transporte de agua desde tierra hacia los oc¨¦anos, pero este efecto, teniendo en cuenta el volumen de hielo derretido en Groenlandia y en la Ant¨¢rtida, no era suficiente para explicar el cambio en la tendencia de la forma del globo registrado en 1998, argumentaban Cox y Chao.
Por ejemplo, la p¨¦rdida anual media de los glaciares subpolares hace a?os era de cien kil¨®metros c¨²bicos por a?o; aunque ha aumentado el deshielo, no se llega a los 700 kil¨®metros c¨²bicos requeridos para que el planeta empezara a engordar por el ecuador en lugar de seguir adelgazando, indicaban.
Estos investigadores tambi¨¦n exploraron el efecto del derretimiento de los glaciares alpinos y del hielo del oc¨¦ano ?rtico. Incluso buscaron una respuesta en la atm¨®sfera y consideraron el efecto del fen¨®meno oce¨¢nico el Ni?o, que en 1997-1998 alcanzaba un m¨¢ximo. Ellos se inclinaban por dos causas posibles: una redistribuci¨®n de masas en la capa fluida del n¨²cleo de la Tierra y una redistribuci¨®n oce¨¢nica a gran escala. De todas formas, se?alaban que har¨ªan falta datos m¨¢s recientes de los glaciares para descartar definitivamente el efecto de las masas heladas.
Ahora, Dickey y sus colegas (del JPL y del Real Observatorio de B¨¦lgica) aceptan el reto. Tras analizar a fondo datos recientes de sat¨¦lites y utilizando modelos para explorar los efectos de los hielos derretidos, las masas oce¨¢nicas y la atm¨®sfera, concluyen: "Nuestros hallazgos demuestran que la inversi¨®n de la tendencia [de la forma oblonga de la Tierra] observada en 1997-1998 fue el resultado de cambios radicales en la distribuci¨®n de masas glaciales y oce¨¢nicas registradas entonces". En su art¨ªculo recogen datos sobre el derretimiento de los hielos subpolares, que se aceler¨® en los a?os noventa, pasando de 100 kil¨®metros c¨²bicos por a?o en la d¨¦cada anterior a 320 kil¨®metros c¨²bicos en 1997, y 540 en 1998.
El desplazamiento de masas oce¨¢nicas hacia el ecuador puede dar cuenta de gran parte del efecto de engordamiento del planeta registrado en 1998. Adem¨¢s, a?aden los cient¨ªficos, ese a?o la temperatura superficial oce¨¢nica media fue la m¨¢s alta que se ha medido, y el efecto concomitante del derretimiento de glaciares puede explicar el resto del efecto observado.
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