Trabajo y familia
Se habla mucho en nuestros d¨ªas de trabajo y familia, dos de los asuntos que m¨¢s importan a los espa?oles -y a cualquier hijo de vecino, pues es lo que ocupa nuestra vida-. Tanto el Gobierno -sea del color que sea- como los partidos en la oposici¨®n -sean tambi¨¦n del color que sean- se deshacen en promesas: uno, de que todo va a mejor, y los otros, de que todo va muy mal pero ellos lo van a arreglar. Y, sin embargo, las cosas van peor de lo que se nos cuenta.
Existe hoy en muchas empresas un tipo de esclavitud que convierte a los trabajadores en m¨¢quinas que se incorporan a su puesto de trabajo al alba y no se sabe cu¨¢ndo lo van a abandonar. Se trabajan infinidad de horas (?risa me dan esas 40 horas semanales, y m¨¢s a¨²n las 35 que algunos pretenden!), y por un sueldo que llamarlo precario es poco.
Con ello los empresarios sacan adelante sus negocios, a costa de aut¨®matas que s¨®lo viven para trabajar. Algo que no s¨®lo atenta contra la dignidad del trabajador, sino que imposibilita por completo el formar una familia.
?Cu¨¢ndo, si se dedica la vida entera a trabajar? Y no hablo de o¨ªdas, no. Ni exagero, ni mucho menos.
Yo tengo 30 a?os y la suerte de tener un trabajo que me permite tener vida propia. Pero mi hermano acaba de conseguir su primer empleo, y la mayor¨ªa de los d¨ªas sale de trabajar a las 12 de la noche. Y no, no es que tenga horario de tarde o de noche: ?entra a trabajar a las nueve de la ma?ana! Y ?saben cu¨¢nto cobra? La m¨ªsera cantidad de 510 euros (85.000 pesetas de las de antes). ?Ah, se me olvidaba! Muchos fines de semana tambi¨¦n tiene que trabajar.
Y todo esto nuestros Gobiernos -sean del signo que sean- lo consienten. Eso s¨ª, luego prometan ustedes ayudas al tercer hijo y cosas parecidas. Pero ?qu¨¦ tercer hijo, si as¨ª es imposible tener uno solo? Yo les cuento el caso de mi hermano, que lo tengo cerca. Pero como ¨¦l hay cientos, miles.
?Alguien tomar¨¢ cartas en el asunto? Lo dudo. Lo importante es que Espa?a va bien.
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