'Modelo Barcelona' evolucionado
El urbanismo m¨¢s emblem¨¢tico que se aplica ahora en Barcelona, sobre todo en el ¨¢rea del F¨°rum 2004 y en la plaza de las Gl¨°ries, es cada vez m¨¢s fragmentario, basado en una suma de objetos aut¨®nomos y no en estrategias sobre la trama urbana. Cada pieza se justifica por razones infraestructurales y simb¨®licas que no constituyen por s¨ª solas un proyecto urbano.
En 1987, el Plan de las ?reas de Nueva Centralidad planteado por Joan Busquets era transparente, unitario y coherente, un documento de disciplina urban¨ªstica claramente delimitado para interpretar y gestionar la ciudad. A mediados de los noventa, en la ¨¦poca de Borja Carreras y la denominada segunda renovaci¨®n, el proyecto urbano era una especie de fotomontaje o ciudad collage que se iba actualizando. Hoy, en el planeamiento liderado por Barcelona Regional y el arquitecto jefe, Jos¨¦ Antonio Acebillo, predominan los productos urbanos aislados, conectados a ejes infraestructurales y rodeados de una nueva topograf¨ªa de dedos verdes. Es el resultado de un planeamiento que no se negocia abiertamente, que no sale a la luz p¨²blica hasta que todo est¨¢ decidido, y si se presenta, no es a la sociedad abierta, sino en encuentros internacionales o en ferias inmobiliarias. Se atiende s¨®lo a los problemas de gran escala y a las operaciones de un engranaje de estrategia financiera, por lo tanto, es un urbanismo de grandes operaciones para los grandes operadores p¨²blicos y privados.
Se elude al interlocutor local, alej¨¢ndose de los problemas de los ciudadanos y de las reivindicaciones sociales. No es extra?o que la calificaci¨®n que dan los barceloneses a la gesti¨®n municipal haya empeorado en los ¨²ltimos tres a?os, que las cr¨ªticas en La Veu del Carrer, ¨®rgano de expresi¨®n de la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Barcelona, aumenten, y que el principal proyecto barcelon¨¦s, el F¨°rum, haya despertado poco inter¨¦s entre la ciudadan¨ªa.
Los ciudadanos cada vez tienen m¨¢s claro que el F¨°rum 2004 es una operaci¨®n inmobiliaria en pugna por el prestigio pol¨ªtico y una suma de fiestas, sin nada que ver con contenidos culturales y ciudadanos. A la ciudadan¨ªa lo que le interesa es la calidad de vida y el medio ambiente, poder ser parte de la ciudad y que ¨¦sta no se gentrifique, lo cual tiene que ver con acceso asequible a la vivienda, seguridad, integraci¨®n de los inmigrantes, uso de los espacios p¨²blicos, nuevas bibliotecas y correcto funcionamiento del transporte colectivo.
En los ¨²ltimos 20 a?os se ha pasado de la trama urbana a los hitos del espect¨¢culo; se ha evolucionado de la acupuntura beneficiosa de la primera etapa progresista, tal como lo defini¨® Bohigas en su Reconstrucci¨® de Barcelona (1985), pasando por la astuta reestructuraci¨®n de la ciudad a partir de las ¨¢reas y nudos de nueva centralidad, hasta llegar a la actual condici¨®n de las pr¨®tesis, que apuesta por objetos aut¨®nomos de grandes firmas arquitect¨®nicas, en el contexto global de la hegemon¨ªa del sector inmobiliario.
Desde la recuperaci¨®n de los gobiernos democr¨¢ticos en las ciudades espa?olas hasta la celebraci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos, el urbanismo barcelon¨¦s se hab¨ªa convertido en modelo que tener en cuenta para ciudades similares, un modelo en el que dominaba la adecuaci¨®n de la discusi¨®n urban¨ªstica del momento a una realidad local, la voluntad de reequilibrio territorial y la calidad de los nuevos espacios y edificios p¨²blicos dentro de la trama. Contrariamente, el modelo actual ya no se puede considerar un modelo Barcelona, sino que es un modelo de importaci¨®n y en cierta manera de imposici¨®n.
Se empiezan a mostrar las huellas de la globalizaci¨®n en Barcelona: la nueva alianza entre el cinismo de las grandes inmobiliarias, internacionales y locales, y el egocentrismo de los arquitectos estrella, en un contexto en el que discursos pol¨ªticamente correctos de espacio p¨²blico y sostenibilidad se utilizan como excusa para eludir cualquier discusi¨®n. Van tomando cuerpo los productos urbanos esenciales de la ciudad global: los barrios residenciales cerrados, como Diagonal Mar; los grandes centros comerciales, como La Maquinista y Diagonal Mar; los centros terciarios, como la plaza de las Gl¨°ries, y las infraestructuras de comunicaci¨®n r¨¢pida, autopistas, trenes de alta velocidad y aeropuertos. Ello es el resultado de que Barcelona haya dejado de aprender y reinventarse a partir de su propia tradici¨®n y realidad y de otras culturas urbanas pr¨®ximas y haya empezado a importar modelos del urbanismo norteamericano disperso, ya puestos en crisis por la teor¨ªa urbana contempor¨¢nea, incluso en los mismos Estados Unidos: desde la visi¨®n nost¨¢lgica del New Urbanism hasta las cr¨ªticas del urbanismo radical de Mike Davis, Norman M. Klein y Leonie Sandercock, pasando por los movimientos de urbanismo participativo en Nueva York.
Una visi¨®n en el tiempo demuestra que Barcelona ha iniciado una gradual disoluci¨®n de la estructura urbana. Pasando por la Villa Ol¨ªmpica y llegando a las torres de Diagonal Mar, se ha seguido un proceso paulatino de eliminar la relaci¨®n entre la tipolog¨ªa residencial y la morfolog¨ªa de la calle tradicional, independizando el objeto edificio y tendiendo a privatizar el espacio p¨²blico; en definitiva, debilitando la fuerza de la trama de la ciudad. Se seleccionan los tejidos que sanear o los emplazamientos privilegiados y se colocan objetos desconectados del entorno. Por esto Diagonal Mar y el ¨¢rea del F¨°rum 2004 responden al mismo patr¨®n urbano.
Con el tiempo, la ¨¦poca de control haussmaniano del prefecto Acebillo se ir¨¢ desvelando como un urbanismo prepotente y tecnocr¨¢tico que, en el fragor de la competencia entre ciudades y de la pretendida urgencia de las grandes obras infraestructurales, ha olvidado los valores de su propia cultura y las aspiraciones de su propia ciudadan¨ªa. Entre la aceptaci¨®n de la ciudad gen¨¦rica, desarticulada e individualista y el retorno al urbanismo tradicional queda la exploraci¨®n de las inmensas posibilidades de la cultura, la cr¨ªtica y el proyecto.
Josep Maria Montaner es arquitecto y catedr¨¢tico de Composici¨®n Arquitect¨®nica en la Escuela de Arquitectura de Barcelona.
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