Un reformista partidario del di¨¢logo con el Norte gana las elecciones en Corea del Sur
Roh Moo-hyun, de 56 a?os, promete tender una rama de olivo al vecino estalinista
El reformista Roh Moo-hyun gan¨® ayer las elecciones presidenciales en Corea del Sur por un estrecho margen frente a su principal rival, Lee Hoi-chang, l¨ªder del Gran Partido Conservador. Roh, de 56 a?os, representa la renovaci¨®n generacional frente al saliente Kim Dae-jung, de 77 a?os, al tiempo que se ha comprometido a seguir la l¨ªnea de Kim, un anciano disidente surcoreano, en cuanto a la pol¨ªtica de di¨¢logo y de rama de olivo hacia el r¨¦gimen estalinista de Pyongyang, con el objetivo de que renuncie a fabricar armas at¨®micas.
"Intentar¨¦ ser presidente no s¨®lo de quienes me han votado, sino tambi¨¦n de quienes se han opuesto a m¨ª en estas elecciones", dijo Roh visiblemente emocionado a sus seguidores, que agitaban globos en medio de una desbordante alegr¨ªa.
"Tratar¨¦ de abrir una nueva era de di¨¢logo y armon¨ªa", continu¨® el firmante al principio de la d¨¦cada de los noventa de un manifiesto que ped¨ªa la retirada de los 37.000 militares norteamericanos asentados en Corea del Sur.
Roh defiende una pol¨ªtica equilibrada frente a Washington, que pasar¨ªa por constre?ir a las tropas estadounideses a la legislaci¨®n surcoreana. Ello evitar¨ªa incidentes tan graves como la sentencia del tribunal militar estadoniudense que en septiembre puso en libertad a los dos soldados norteamericanos que en mayo mataron, en un accidente de coche, a dos j¨®venes surcoreanas.
Roh, l¨ªder del gobernante Partido Democr¨¢tico del Milenio, ha ganado las elecciones sin el apoyo de Kim Dae-jung, que en el ¨²ltimo periodo de su mandato se ha visto salpicado por esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que han llevado a la c¨¢cel a dos de sus tres hijos y por una dimisi¨®n en cadena de sus colaboradores.
"La victoria de Roh significa que Corea de Sur va a tratar de estar m¨¢s presente y va a reclamar un papel significativo como mediador entre Estados Unidos y Corea del Norte", dijo el analista del Instituto Sejong, Lee Jong-seok.
"Acepto humildemente la elecci¨®n del pueblo. Felicito por su victoria al presidente electo, Roh. He fallado una vez m¨¢s en conseguir el apoyo de nuestro pueblo", declar¨® anoche con l¨¢grimas en los ojos Lee, de 67 a?os, que ve definitivamente frustradas sus ambiciones de convertirse en presidente de Corea del Sur. Los comicios de ayer arrojaron el mayor ¨ªndice de abstenci¨®n de la historia surcorana. Tan s¨®lo acudieron a las urnas entre el 71% y el 73% de los 35 millones de ciudadanos con derecho a voto.
La estrecha victoria de Roh sobre el candidato conservador -no llegaba a dos puntos cuando se hab¨ªa escrutado m¨¢s del 96% del censo- debe llevar al antiguo defensor de los derechos humanos a mostrar una postura firme frente a Washington, de manera que Pyongyang comprenda claramente cu¨¢l es la postura que defiende Se¨²l.
Roh, un hombre hecho a s¨ª mismo, procedente de una familia pobre, ha conseguido seducir a las nuevas generaciones surcoreanas, especialmente a las nacidas despu¨¦s de la guerra (1950-1953) que confirm¨® la divisi¨®n de la pen¨ªnsula, con un mensaje sencillo, directo y expresado de forma moderna, que se inclina por no seguir ciegamente la pol¨ªtica de EE UU, aunque este pa¨ªs se erija en libertador de la patria surcoreana.
"Cuando vi el horror en sus ojos y las u?as de sus pies arrancadas, fue el fin de mi confortable vida de abogado", declar¨® Roh al recordar por qu¨¦ decidi¨® en la d¨¦cada de los ochenta, en plena dictadura de Chun Doo-hwan, dedicarse a la pol¨ªtica. Como decenas de miles de surcoreanos, Roh particip¨® en las grandes manifestaciones de 1987 que forzaron la llegada de la democracia a Corea del Sur y, al igual que el actual presidente y ex disidente Kim Dae-jung, ha experimentado en propia carne el horror de las c¨¢rceles surcoreanas, aunque en su caso s¨®lo permaneci¨® unos meses.
En un pa¨ªs donde la corrupci¨®n es rampante y salpica a las esferas m¨¢s altas del poder, Roh llega con un importante bagaje de lucha, cuyo celo le vali¨® ser considerado uno de los tres mosqueterosos de la comisi¨®n de asuntos sociales encargada de la lucha contra la corrupci¨®n.
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