El pacto de Barcelona sobre inmigraci¨®n
Siempre es alentador que la clase pol¨ªtica decida no hacer electoralismo ni demagogia en temas tan sensibles y complejos como el de la inmigraci¨®n. Por ello esperemos que fructifiquen las propuestas del acuerdo alcanzado por todos los grupos pol¨ªticos del consistorio barcelon¨¦s para trabajar unidos con vistas a fomentar la integraci¨®n de los inmigrantes. Un acuerdo que aporta propuestas como la petici¨®n para que se conceda permiso de trabajo temporal a los inmigrantes sin papeles contra quienes se dictaron ¨®rdenes de expulsi¨®n que luego el Gobierno no ejecut¨® en el plazo previsto, a los que, seg¨²n la ley, jam¨¢s se podr¨ªa regularizar pese a permanecieran para siempre en Espa?a. ?ste es el caso de miles de subsaharianos que deambulan por el territorio espa?ol, a los que, al tener esa orden de expulsi¨®n inaplicable, la ley actual convierte en parias jur¨ªdicos, siendo las organizaciones humanitarias y asistenciales, as¨ª como los servicios sociales de los ayuntamientos y las comunidades aut¨®nomas, los encargados de prestarles ayuda en su agon¨ªa indefinida.
Pero leyendo en EL PA?S las declaraciones que realizaron los diferentes portavoces pol¨ªticos municipales en la rueda de prensa conjunta del pasado d¨ªa 18, surgen muchas dudas sobre la eficacia del acuerdo. As¨ª, por ejemplo, seg¨²n el concejal de CiU Joan Puigdollers, el acuerdo demostraba que se hab¨ªa pasado de pedir papeles para todos a exigir el cumplimiento de la legalidad vigente. Pues bien, la propuesta antes comentada, asumida por todos los grupos municipales, de dar papeles de trabajo a aquellos contra quienes se dict¨® una orden de expulsi¨®n que jam¨¢s se ejecut¨® significa ni m¨¢s ni menos que pedir que se cambie o que se vulnere la ley. Y es que el problema principal de la actual Ley de Extranjer¨ªa es que resulta inaplicable. Si consultamos las estad¨ªsticas de la Comisar¨ªa General de Extranjer¨ªa y Documentaci¨®n, vemos que en 2001 se abrieron en Espa?a 23.487 expedientes de expulsi¨®n, de los que 12.976 acabaron en orden de expulsi¨®n. Pero de estas ¨®rdenes s¨®lo se ejecutaron 3.817.
La ley que dice perseguir la inmigraci¨®n ilegal ha fracasado, ya que obliga a los que llegan a ser ilegales al no admitir maneras legales de entrar. La pol¨ªtica de cupos este a?o ha fracasado estrepitosamente, apenas se recurre a la posibilidad de regularizar por motivos humanitarios o de arraigo y lo que se llamaba "r¨¦gimen general", por el que se regularizaba a quienes cumpl¨ªan requisitos como tener trabajo, ya no se aplica. Por ello no ha de extra?ar a nadie que la bolsa de irregulares crezca m¨¢s y m¨¢s, como se puede deducir de las mismas estad¨ªsticas del Ministerio del Interior.
As¨ª, en 2001 entraron en Espa?a 154.383 colombianos, pero s¨®lo salieron 6.858. Si cotejamos este dato con el de los residentes, 48.710 colombianos, muchos de los cuales llevan bastante tiempo en Espa?a, ?d¨®nde est¨¢n los que faltan? Lo mismo ocurre con los ecuatorianos: entraron 97.791, pero s¨®lo salieron 1.091.
La Ley de Extranjer¨ªa genera poblaci¨®n vulnerable que queda fuera de la ley, y corresponde a los ayuntamientos y a la Generalitat intentar resolver muchos de los problemas asistenciales, sanitarios y educativos que se derivan. Pero si lo que se desea es evitar que se rompa la cohesi¨®n social en los barrios que reciben m¨¢s inmigrantes, eso no lo resuelve ni Barcelona, ni Matar¨®, ni L'Hospitalet con ning¨²n pacto pol¨ªtico o ciudadano. Eso, simplemente, exige que se cambie la ley, para que se conviertan en ciudadanos con derechos, sin los cuales jam¨¢s se integrar¨¢n.
Xavier Rius-Sant es periodista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.