La Generalitat y France Telecom aseguran la viabilidad de al-pi con 70 millones de euros
Uni2 asegura que cumplir¨¢ "la mayor parte" de sus compromisos
Con caras de sue?o, pero sonrientes, tras 48 horas de negociaciones contrarreloj, el Gobierno catal¨¢n y France Telecom fumaron anoche la pipa de la paz. La supervivencia de la empresa catalana de telecomunicaciones al-pi, fruto de la mayor privatizaci¨®n realizada por la Generalitat y asfixiada hoy por 89 millones de euros de deuda, ha quedado asegurada. Los dos propietarios de la peque?a compa?¨ªa, la filial espa?ola de France Telecom, Uni2, y el Gobierno catal¨¢n, pondr¨¢n 70 millones de euros para evitar la quiebra de al-pi, que hubiera sido un fracaso empresarial y pol¨ªtico estrepitoso.
"Estamos muy satisfechos", aseguraron al un¨ªsono en una improvisada rueda de prensa Herv¨¦ Kauffmann, presidente de Uni2, y Jordi Alviny¨¤, secretario de la Sociedad de la Informaci¨®n y Telecomunicaciones de la Generalitat. Ambos subrayaron que al-pi sale reforzada y con el futuro garantizado en una sala con un pu?ado de botellas de cava y pastelillos. Les flanqueaba el director general del operador catal¨¢n, Aim¨¦ Brial, quien lleg¨® a elevar las ambiciones de al-pi a casi lo m¨¢s alto: "Ser la primera alternativa a Telef¨®nica en Catalu?a" en el mercado de empresas.
El acuerdo sellado ayer prev¨¦ que de los 70 millones que se inyectar¨¢n en el capital (52,5 millones los aportar¨¢ Uni2 y 17,5 millones la Generalitat), 16 millones ser¨¢n en efectivo y se destinar¨¢n a financiar el plan de negocio de al-pi. Los 54 millones restantes permitir¨¢n reducir deuda, la obsesi¨®n, sobre todo, de Uni2. La Generalitat limpia la totalidad de la deuda que le corresponde (13 millones de euros).
El Ejecutivo catal¨¢n no pudo materializar, por falta de acuerdo en el precio, la primera de sus alternativas, que consist¨ªa en recomprarle a su socio franc¨¦s el 75% de al-pi. Aunque Alviny¨¤ hizo hincapi¨¦ en "la voluntad de permanencia" de ambos accionistas en la empresa y la importancia de garantizar el futuro de ¨¦sta, la recompra era la opci¨®n que m¨¢s deseaba en voz baja. Y es que en los ¨²ltimos meses las relaciones con el accionista mayoritario se han ido envenenando hasta rozar el divorcio. Un divorcio de consecuencias potenciales poco civilizadas, porque la Generalitat es el primer cliente de al-pi (acapara, aunque cada vez menos proporcionalmente, el 30% de su negocio) y tambi¨¦n un cliente relevante para el grupo Uni2.
Pese a que la ampliaci¨®n de capital por valor de 70 millones no es tan voluminosa como la deseada por la Generalitat (82 millones), lo importante es que el acuerdo ha evitado la quiebra de al-pi, no deseada por ninguna de ambas partes. Inicialmente, la ampliaci¨®n de capital planteada por France Telecom se elevaba a 52 millones; pero, a juicio del Gobierno catal¨¢n, hubiera dejado las arcas de al-pi vac¨ªas porque con estos fondos los franceses daban prioridad a capitalizar la deuda de ambos accionistas.
La caja de la Generalitat no est¨¢ para grandes desembolsos en negocios marcados por la crisis como es el de las telecomunicaciones. France Telecom, que arrastra una deuda de 70.000 millones de euros y necesita reposicionarse en Europa, menos todav¨ªa.
El hecho de que al-pi, marca con la que opera Catalana de Telecomunicacions, sea fruto de una privatizaci¨®n obligaba a la Generalitat, propietaria del 25% de la empresa, a tomar la iniciativa para evitar el patinazo pol¨ªtico. Alviny¨¤ ten¨ªa instrucciones de evitar la disoluci¨®n de al-pi como fuera. Kauffman quer¨ªa asegurarse de que la mayor parte de la deuda que al-pi representa para el operador franc¨¦s pudiera aligerarse.
Ambos accionistas dispon¨ªan de armas para amedrentar al otro. Uni2, con un control mayoritario de la compa?¨ªa, pod¨ªa forzar la disoluci¨®n de la empresa, porque por ley debe hacerse en el caso de que las p¨¦rdidas superen los recursos propios.
Adem¨¢s, el sistema de financiaci¨®n de al-pi (un pr¨¦stamo de Uni2 que se renueva diariamente) es poco problem¨¢tico en a?os de vacas gordas, pero hac¨ªa temblar a los 250 empleados de la compa?¨ªa. Muchos de ellos dejaron empleos de lujo porque creyeron en el proyecto de un operador de telecomunicaciones fuerte con sede en Barcelona volcado en el mercado empresarial catal¨¢n.
Entre las armas de la Generalitat, figuran los avales de 28,85 millones de euros con los que France Telecom asumi¨® una serie de compromisos escalonados en 10 a?os en materia de empleo (540 personas), inversi¨®n (288,49 millones) y servicios. En 2001 se cumplieron por los pelos, y la Generalitat ha levantado ya avales por unos 16 millones. En 2002, a 20 de diciembre, Kauffmann asegur¨®: " todav¨ªa no se ha contemplado", pero opin¨®: "En un mercado dif¨ªcil creo que s¨ª se han cumplido la mayor¨ªa de los compromisos". Los presupuestos de la empresa no los alcanzaban. Uni2 ha invertido hasta ahora poco m¨¢s de 100 millones de euros.
De hecho, en su primera visita a Barcelona tras asumir el cargo, el presidente de Uni2 dijo que la inversi¨®n se modular¨ªa en funci¨®n de la evoluci¨®n del negocio, no de los compromisos. Un aspecto que tambi¨¦n complic¨® la relaci¨®n entre socios -miles de los clientes que Uni2 deb¨ªa traspasar a al-pi no lo fueron- ya se ha resuelto. Pero s¨®lo este a?o, el tercero de vida de al-pi, que se cerrar¨¢ con unos ingresos de 46 millones de euros, frente a 27 millones de 2001.
El resultado operativo (Ebitda)contin¨²a siendo negativo en seis millones de euros, frente a los 15 millones en rojo del a?o pasado. En el primer trimestre de 2003 se prev¨¦ alcanzar Ebitda positivo.
El Gobierno catal¨¢n era hasta hace menos de un a?o un accionista poco molesto frente a los desacuerdos, mientras su pol¨ªtica de telecomunicaciones daba algunos bandazos. No le ha ayudado el hecho de que, a resultas de los cambios accionariales de Uni2, hayan pasado por al-pi cuatro directores generales en tres a?os. A un a?o de las elecciones, al-pi se convirti¨® en una aut¨¦ntica bomba que pod¨ªa estallarle en las manos. Ayer, la bomba se desactiv¨®.
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