Nadie puede con el Pamesa
El conjunto de Olmos arrolla al Barcelona y ya es l¨ªder en solitario
Abran paso al Pamesa. Los muchachos de Paco Olmos arrollaron ayer al Barcelona y ya son l¨ªderes en solitario de la Liga. Nadie puede ahora con el equipo valenciano, sobresaliente en todas las facetas del juego de principio a fin del partido y que por momentos dio una gran apariencia de superioridad. Su victoria de ayer tuvo algo de cambio de poderes, de relevo generacional del viejo rey del torneo. Por muchos encuentros que queden todav¨ªa, por mucho que el partido de ayer no decidiera nada, el choque destilaba la sensaci¨®n de que en la pista se jugaba la hegemon¨ªa en la ACB, m¨¢s una cuesti¨®n de orgullo que la victoria en s¨ª.
Con la corona de l¨ªder en juego, el partido se disput¨® con una tremenda intensidad, y en esa faceta, cuando hay que arremangarse y meterse en el fango, nadie sabe sufrir m¨¢s que el Pamesa.
PAMESA 87 - BARCELONA 74
Pamesa: Rodilla (10), Abbio (9), Kammerichs (2), Oberto (15), Tomasevic (15) -equipo inicial-; Montecchia (5), Luengo (8), Para¨ªso (17), Hopkins (6) y Asier Garc¨ªa. Barcelona: Jasikevicius (10), Navarro (14), Bodiroga (13), Fucka (12), Due?as (4) -equipo inicial-; Rodr¨ªguez (5), De la Fuente (2), Alzamora (4) y Femmerling (3). ?rbitros: Sancha, Requena y Gonz¨¢lez D¨ªaz. Lleno en el Pabell¨®n de la Font de Sant Llu¨ªs. Unos 9.000 espectadores.
Oberto y Tomasevic no suelen tener rival bajo los aros, pero ayer se toparon en la zona con los gigantes del Bar?a. Sobre todo con Due?as, un coloso intimidador al que los p¨ªvots del Pamesa sufrieron para defender. El Bar?a, eso s¨ª, reparti¨® los puntos entre la botella y el per¨ªmetro, zona en que se posiciona siempre su corte de artilleros. El Pamesa, por el contrario, recurri¨® casi siempre a los balones interiores, principalmente a la mano de Tomasevic, que se jugaba la canasta o sacaba a pasear su inagotable manual de asistencias.
El conjunto valenciano fue muy exigido en la zona, con lo que sus p¨ªvots se cargaron pronto de faltas, y descuid¨® algo el lanzamiento exterior. No se aprovech¨® de ello Bodiroga, muy bien defendido en la primera parte primero por Kammerichs y luego por Para¨ªso, y sustituido a los seis minutos sin casi tocar la pelota. Ausente el yugoslavo, el tim¨®n en el Bar?a lo tom¨® de inicio Navarro, un jugador rapid¨ªsimo capaz de sacar de la chistera canastas impensables. Y es que mientras el equipo de Pesic logra puntos por la fantas¨ªa de sus estrellas, al Pamesa no le queda m¨¢s remedio que coger el pico y la pala. Ah¨ª, sin embargo, a trabajo y defensa, no le gana nadie. No brillan grandes nombres, pero peones como Luengo y Para¨ªso (dos suplentes) son toda una garant¨ªa para ser campeones. Ambos salieron desde el banquillo, y dinamitaron el partido en la segunda parte.
Empatado el choque al descanso, el Pamesa se puso a correr en el tercer cuarto y el Bar?a acab¨® mareado de tal forma que concedi¨® una ventaja insalvable en el marcador y se le apagaron todas las luces en ataque. El Bar?a viaj¨® a arreones durante todo el encuentro, y el Pamesa fue un rodillo. Paco Olmos, en su debut en la ACB, ha armado un grupo al que dirige con una personalidad y una confianza inusuales para su escaso curr¨ªculum, y que, jugadas ya 12 jornadas, es un l¨ªder s¨®lido.
Hoy por hoy, nadie puede con el Pamesa, cuyos jugadores acabaron el encuentro crecidos, conscientes de que el partido, y la victoria, ten¨ªan m¨¢s valor simb¨®lico que real.
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