Unas 80.000 personas piden en Buenos Aires que "se vayan todos"
Los l¨ªderes sociales rechazan la oferta de colaboraci¨®n hecha por el presidente Duhalde
A un a?o de las manifestaciones, los saqueos y las caceroladas que provocaron la ca¨ªda del Gobierno del ex presidente Fernando de la R¨²a, los l¨ªderes de las jornadas de protesta en todo el pa¨ªs -que concluyeron el viernes por la noche en la Plaza de Mayo, ante unas 80.000 personas reunidas bajo la consigna de que "se vayan todos"- coincidieron en la necesidad de "construir entre todos una herramienta pol¨ªtica para hacer la revoluci¨®n que Argentina necesita".
El presidente Eduardo Duhalde, dijo ayer nuevamente que convocar¨¢ a esas organizaciones sociales para colaborar en la distribuci¨®n de alimentos y en el dise?o de planes de asistencia para que "no haya un solo ni?o con hambre". Los principales dirigentes del Bloque Piquetero Nacional y del Polo Obrero rechazaron la propuesta y dijeron que s¨®lo participar¨ªan en una asamblea popular en la que se discuta el "cambio radical del modelo econ¨®mico".
Sin muertos en la madrugada, tras la desconcentraci¨®n de las columnas que hab¨ªan asistido al acto, sin heridos y sin incidentes de importancia, la calma y cierta sensaci¨®n de paz largamente deseada eran ayer las noticias del d¨ªa en Argentina tras casi dos semanas de amenazas, rumores y presagios dram¨¢ticos. La noche del viernes se cerr¨® con una rebaja ostensible de la tensi¨®n. Los servicios de orden montados por las organizaciones que reunieron a decenas de miles de manifestantes en la Plaza de Mayo se encargaron de contener la furia de los m¨¢s exaltados, que intentaban provocar a la polic¨ªa.
S¨®lo en las fachadas de las sucursales bancarias, de las empresas extranjeras y de los edificios p¨²blicos quedaban las marcas de los golpes sufridos. La polic¨ªa no intervino ni reaccion¨® tampoco ante el insulto de los manifestantes. En la Plaza de Mayo las vallas abr¨ªan un espacio vac¨ªo de unos treinta metros entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad.
Uno a?o despu¨¦s de firmar la renuncia al cargo, el ex presidente Fernando de la R¨²a segu¨ªa los actos desde Villa Rosa, la casa de campo situada en Pilar, 60 kil¨®metros al norte de la capital, donde permanece desde que abandon¨® la Casa Rosada, sede del Gobierno, en un helic¨®ptero la noche del 20 de diciembre de 2001. Por su parte, el presidente, Eduardo Duhalde, de aspecto relajado y tranquilo, segu¨ªa desde la sede presidencial el desarrollo de la concentraci¨®n en la Plaza de Mayo. Duhalde reconoce la legitimidad de los peticiones. "Nadie duda que la gente ha soportado demasiado y tiene motivos para protestar", dec¨ªa el jefe del Estado.
Por otra parte, ayer se difundieron tambi¨¦n los pronunciamientos de las empresas privadas, ejecutivos y grupos de prensa argentinos que reaccionaron corporativamente en defensa de Ernestina Herrera, viuda de Roberto Noble, fundador del peri¨®dico Clar¨ªn, de Buenos Aires, y actual directora de la publicaci¨®n, que est¨¢ procesada por supuesta falsificaci¨®n de documentos de sus dos hijos, de los que se sospecha que nacieron en campos clandestinos de concentraci¨®n cuando sus padres fueron secuestrados por la dictadura militar.
El juez Roberto Marquevich, que orden¨® el arresto domiciliario preventivo de Ernestina Herrera, no ha dado se?ales de ceder ante las presiones y denuncias que se suman en su contra por presuntos errores de procedimiento. El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) observ¨® que "la detenci¨®n previa a la sentencia es una medida excepcional", la agrupaci¨®n Periodistas hizo saber de su "profunda preocupaci¨®n" por las consecuencias para la libertad de expresi¨®n.
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