No hay l¨ªmites para un superviviente
"Cuando eres Lance Armstrong y has sobrevivido a 12 tumores en los pulmones, dos en el cerebro y a un test¨ªculo machacado por el c¨¢ncer del tama?o de un lim¨®n, los Alpes son como un bache en la carretera", escribi¨® Rick Reilly, el columnista de Sports Illustrated.
A lo que se podr¨ªa a?adir: cuando eres Lance Armstrong, y has sobrevivido un c¨¢ncer llevando la contraria al 80% de posibilidades de morir que te daban los m¨¦dicos; y no s¨®lo eso, cuando despu¨¦s has vuelto a ser ciclista, y m¨¢s fuerte que antes de la enfermedad todav¨ªa; y no s¨®lo eso, cuando has ganado cuatro Tours consecutivos, has aniquilado a la oposici¨®n, te has convertido en el m¨¢s fuerte de tu deporte en t¨¦rminos absolutos; y no s¨®lo eso, que mientras tanto has aprovechado el proceso para transformar el deporte que dominas, o, si no tanto, al menos s¨ª la percepci¨®n del deporte en el que eres el rey; y no s¨®lo eso, has vivido y has crecido y has formado una familia; y no s¨®lo eso, cuando has logrado multiplicar tus ingresos, hacerte millonario; y no s¨®lo eso, que te has convertido en una figura que trasciende los l¨ªmites de tu deporte y de todos los deportes, que te has convertido en una m¨¢quina de esperanza para millones de enfermos de c¨¢ncer, que leen el libro que has escrito, Mi vuelta a la vida, y creen leer la biblia, y se aferran a tu experiencia como ¨²ltima medicina; y si todo ello es as¨ª, que lo es, entonces tienes derecho a buscar sin cesar los l¨ªmites a la vida, buscarlos sin miedo, y a no encontrarlos: tendr¨¢s derecho a pensar que tu vida no tiene l¨ªmites. Te sentir¨¢s dios.
Se sabe desde hace mucho que Armstrong es un talento ¨²nico con una capacidad extraordinaria
Ha reducido el ciclismo al Tour, la ¨²nica carrera capaz de generar leyendas perdurables
Algunos hablar¨¢n de milagro. Creer¨¢n en ello, creer¨¢n en ¨¦l y se convertir¨¢n en sus profetas. Otros dir¨¢n: Armstrong no es humano.
Lance Armstrong es un talento deportivo ¨²nico con una capacidad extraordinaria. Se sabe desde hace mucho. A los 16 a?os se hizo profesional del triatl¨®n. Era el mejor. Las pruebas de esfuerzo dejaban alucinados a los m¨¦dicos y cient¨ªficos. Despu¨¦s se limit¨® al ciclismo y sigui¨® asombrando. Ten¨ªa cuerpo de clasicomano. Musculoso y fuerte. Pesado. Pura potencia. Y car¨¢cter tambi¨¦n. El punto justo de ambici¨®n y de agresividad. Un d¨ªa de agosto de 1993, cuando a¨²n no hab¨ªa cumplido los 22, un d¨ªa de lluvia fr¨ªa en Oslo, Armstrong, insolente, barras y estrellas empapadas en el pecho, gan¨® el Mundial. Segundo qued¨® un tal Miguel Indurain. Lance Armstrong es un cuerpo reconstruido.
Pocos meses despu¨¦s de ganar otra gran cl¨¢sica, la Flecha Valona de 1996, durante los Juegos de Atlanta, Armstrong comenz¨® a sentir los primeros s¨ªntomas del c¨¢ncer. Se lo detectaron. Le trataron con quimioterapia. Le operaron. A los cinco meses volv¨ªa a subirse a una bicicleta. Volv¨ªa a entrenarse. Se hab¨ªa quedado sin m¨²sculos. Atrofiado. Ten¨ªa que salir de cero. Hacerse de nuevo. Renaci¨® convertido en un hombre Tour. En un escalador que sub¨ªa como nadie, ni Bahamontes, ni Gaul, ni Perico, un hombre capaz de desarrollar, por ejemplo, subiendo el Alpe d'Huez, una potencia superior a los 450 vatios, un rendimiento que los fisi¨®logos cre¨ªan imposible. Y que algunos a¨²n no se creen. Convertido en un contrarrelojista como pocos se han visto antes, como Indurain o como Merckx o como Anquetil, capaz de romper los usos y las tendencias, capaz de frenar el desaforado crecimiento de los desarrollos para volver al molinillo. a los desarrollos de pocos metros, a la alta frecuencia de pedaleo.
Lance Armstrong, nacido en Dallas, (Tejas, Estados Unidos) hace 31 a?os, no tiene muchos amigos en el pelot¨®n. Tampoco los busca. El pelot¨®n, el Tour, es simplemente su territorio de expresi¨®n, la geograf¨ªa variable de sus haza?as. El Tour es el ¨²nico espacio ciclista capaz de generar leyendas de largo alcance. Lo sabe bien Armstrong, que ha reducido el ciclismo al Tour, desde?ando todos los meses que no sean julio. El Tour es, para ¨¦l, 21 etapas que se conoce de memoria desde meses antes de disputarse; contrarrelojs en las que mide el viento, su direcci¨®n, su fuerza, sus obt¨¢culos; subidas, ascensiones que hay que conocer metro a metro, curvas, baches, desniveles. El Tour es un plan dise?ado semanas antes, trabajado por un equipo, su equipo, el US Postal, que es un equipo como los equipos de antes: un l¨ªder, solo y ¨²nico, y ocho gregarios, elegidos por el l¨ªder en persona, que s¨®lo existen en funci¨®n de su l¨ªder: sin voluntad, sin libertad, sin capacidad de elegir o de decidir. El Tour es, para Armstrong, un guardaespaldas y un autob¨²s que le lleva a la salida de las etapas. Dos conferencias de prensa m¨¢s varias confidencias personales a personas debidamente elegidas. El Tour es un juego t¨¢ctico y estrat¨¦gico y varios d¨ªas de exhibici¨®n. El Tour es, para el americano incre¨ªble, unos rivales sometidos desde el primer d¨ªa, o casi.
El Tour es, sigue siendo, un desaf¨ªo hist¨®rico, y varios escalones a¨²n por ascender para que su haza?a est¨¦ a la altura de su grandeza ¨²nica. Armstrong ha anunciado que, posiblemente, se retirar¨¢ en diciembre de 2004. No es una fecha cualquiera. Si todo va bien, y siete meses antes no hay ning¨²n motivo para dudar, el Tour del centenario, el que comienza y termina en Par¨ªs, le permitir¨¢ al tejano conseguir su quinta victoria consecutiva, alcanzar el tope que nadie ha superado y que s¨®lo uno ha tocado hasta ahora. Anquetil, Merckx e Hinault han ganado cinco Tours, pero s¨®lo Indurain ha ganado cinco seguidos. Pero igualarlo, si lo consigue, no le valdr¨¢ a Armstrong, el hombre sin l¨ªmites. Para superarlo, para convertirse en el ¨²nico que ha ganado seis Tours deber¨¢ esperar un a?o m¨¢s, deber¨¢ esperar al Tour de 2004. Tendr¨¢ 32 a?os ya, la edad a la que ni Merckx ni Anquetil ni Indurain ni Hinault fueron capaces de ganar el Tour.
Pero para Armstrong, el hombre que no es humano, no hay imposibles. Cuando llega su momento, cuando Armstrong decide marcar diferencias, ganar una etapa, ganar el Tour, los rivales le ven partir desde lejos y resoplan. Alg¨²n valiente intenta seguirle. Despu¨¦s se arrepiente.
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