Alfaro se despide sin l¨¢grimas
Una lesi¨®n retira a los 31 a?os al ex jugador del Atl¨¦tico, el Villarreal y el H¨¦rcules, famoso por sus opiniones y su afici¨®n al rock duro
Contra la ¨²ltima moda de llorar ante las c¨¢maras a la m¨ªnima ocasi¨®n, Manolo Alfaro (Alcal¨¢ de Henares, 1971) ten¨ªa claro que comunicar¨ªa el viernes su despedida del f¨²tbol tras 12 a?os de profesional sin una sola l¨¢grima. El adi¨®s, por supuesto, era doloroso; la emoci¨®n, muy fuerte, pero... "Siempre hab¨ªa rajado de los que tienen mucho car¨¢cter y despu¨¦s lloran ante las c¨¢maras", explic¨® el hasta la semana pasada delantero del H¨¦rcules, de Segunda B, que se retira por culpa de una tendinitis aqu¨ªlea cr¨®nica que le ha martirizado en los dos ¨²ltimos a?os. As¨ª que Alfaro se marcha a la fuerza, pero fiel a s¨ª mismo. Sin grandes palabras ni grandes gestos.
Eso s¨ª, ech¨® el viernes la vista atr¨¢s y record¨® con pasi¨®n a quien fue su verdadero ¨ªdolo, dentro y fuera del campo: el ex delantero del Real Madrid Juan G¨®mez, Juanito, fallecido en accidente de tr¨¢fico el 2 de abril de 1992. "A veces me han comentado que me parec¨ªa a ¨¦l, y para m¨ª es lo m¨¢s bonito que pod¨ªan decirme". Extremo r¨¢pido y con chispa, de disparo colocado, especialista en faltas y en penaltis, Alfaro se gan¨® las habichuelas en la periferia del f¨²tbol: tres temporadas en el Atl¨¦tico de Madrid, donde debut¨® en Primera el 25 de abril de 1990, con Joaqu¨ªn Peir¨® en el banquillo, una campa?a en el Valladolid, dos en el Villarreal y siete en el H¨¦rcules, con un breve paso por el Murcia. M¨¢s que atl¨¦tico, se consider¨® herculano: "En Alicante me hice futbolista, aunque siempre le tuve cari?o al Atl¨¦tico".
Si no el primero, s¨ª fue uno de los precursores en celebrar los goles levant¨¢ndose la camiseta para ense?ar otra interior en la que figuraba una dedicatoria. La suya fue de las m¨¢s comentadas y expresaba sus peculiares gustos musicales: los grupos AC / DC y Barricada. "Morir¨¦ con mi m¨²sica. He sido muy tradicional en eso. Me identifico con las letras del rock duro".
Letras desgarradas y m¨²sica de alto voltaje, como la carrera de Alfaro, que, sin embargo, se gan¨® bien la vida como futbolista. "S¨ª, aunque no para quedarme en el sof¨¢. La mitad de lo que he ganado se lo he dado a mis padres, tal y como me propuse cuando empec¨¦", cuenta el ex delantero, que tiene muy presentes sus or¨ªgenes. "Viv¨ª 18 a?os en un barrio muy bajo en el que la polic¨ªa no se atrev¨ªa ni a entrar. Lo llam¨¢bamos Lian Shan Po ".
Desde que comenzara de juvenil en el Atl¨¦tico hasta ahora, el juego, dice Alfaro, ha experimentado un cambio "bestial". "Sobre todo por la intensidad. Los jugadores t¨¦cnicos lo pasan peor porque los poderosos f¨ªsicamente les hacen la vida imposible. Butrague?o, hoy, lo pasar¨ªa muy mal: no le dejar¨ªan recibir el bal¨®n".
Con todo, los grandes siempre encuentran espacios. Bernd Schuster, por ejemplo, el futbolista que m¨¢s ha maravillado a Alfaro y con quien comparti¨® dos t¨ªtulos de Copa del Rey (1991 y 1992) en el Atl¨¦tico de Madrid. Pero ¨¦sos no fueron los mejores momentos de su carrera, sino sendos ascensos a Primera con el H¨¦rcules (1996) y con el Villarreal (1999). "Un ascenso es algo muy especial", afirma.
Y ahora, ?c¨®mo sobrevivir sin el f¨²tbol? "Toda la vida levant¨¢ndome y cuid¨¢ndome para el deporte. He tenido mis escarceos, no lo voy a negar, pero mi familia sabe lo que me he cuidado. Y me duele especialmente que ahora una lesi¨®n me retire. Pero no quiero que mis hijas me vean abatido".
Por eso ha decidido regresar a su pueblo, Alcal¨¢ de Henares, y "montar quiz¨¢ un negocio". "All¨ª no me conocen por la calle. Quiero que mis hijas [Sarai, de tres a?os, y Nerea, de uno] vean que su padre trabaja, que aqu¨ª no se regala nada".
Enemigo de la sentencia Bosman, de los fichajes millonarios y de la violencia en las gradas, Alfaro siempre tuvo una voz propia en el f¨²tbol espa?ol. "Se me tach¨® de rebelde. Pero simplemente fueron mis opiniones". Unas opiniones que mantuvo hasta el ¨²ltimo d¨ªa, hasta decir adi¨®s sin una sola l¨¢grima. Al menos delante de las c¨¢maras.
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