?ngel Pavlovsky retoma el teatro con un mon¨®logo sobre lo humano
Se pas¨® siete a?os interpretando Orgullosamente humilde, un mon¨®logo que, con permiso de su colega Pepe Rubianes, bati¨® en su d¨ªa marcas de permanencia en la cartelera. Tras un tiempo dedicado esencialmente a la televisi¨®n y la radio, el artista ?ngel Pavlovsky retoma el teatro con un nuevo trabajo en solitario. En O¨ªd, mortales, que as¨ª se llama la propuesta, repasa los temas universales del ser humano, las grandes preguntas, en un espect¨¢culo intimista atravesado de humor que se presentar¨¢ en el Teatreneu de Barcelona a partir del 27 de diciembre.
Estaba previsto que Pavlovsky regresara a los escenarios durante la ¨²ltima edici¨®n del Grec, con un espect¨¢culo de cierta envergadura. Una enfermedad de la que prefiere no hablar dio al traste con ese montaje, y ahora encara el regreso con modestia de medios pero abundancia de ilusi¨®n. "He hecho este espect¨¢culo con nada", reconoce. Y, con cierto apuro, a?ade que "el texto est¨¢ hecho especialmente para m¨ª por m¨ª, la escenograf¨ªa la he hecho yo, las luces tambi¨¦n son m¨ªas, me he dirigido yo mismo y el vestuario es un traje antiguo, muy apropiado para esta ocasi¨®n". Con filosof¨ªa casi zen explica: "Aprend¨ª que las cosas no salen como uno deseaba pero que hay que seguir trabajando. La realidad conspira contra la inspiraci¨®n".
El tiempo y las experiencias acumuladas han llenado con un plus de responsabilidad las alforjas del artista. Y por eso dice que ¨¦ste es "el espect¨¢culo m¨¢s dif¨ªcil con el que me he enfrentado hasta ahora". Y en ¨¦l ha tratado de poner "lo que a m¨ª me gusta encontrar como espectador: sorpresa, emoci¨®n, diversi¨®n. Mi intenci¨®n es que el p¨²blico se vaya del teatro pensando".
Argentina
El t¨ªtulo del espect¨¢culo coincide con las dos primeras palabras del himno de Argentina, el pa¨ªs natal del artista. Lo escogi¨® como una forma de situarse, de entrada, ante el espectador. Pavlovsky plantea el espect¨¢culo como un discurso o una conferencia en la que "recordarle a la gente que son mortales, porque ahora se vive como si no se tuviera en cuenta esta circunstancia".
De nuevo se transmutar¨¢ en su yo femenino, la Pavlovsky, el personaje que siempre le arropa. "En mis anteriores personajes, la Pavlovsky trataba de encontrar respuesta a las grandes preguntas: ?por qu¨¦ la belleza es ef¨ªmera?, ?por qu¨¦ unos son ricos y otros no?, la vida, la muerte, el amor... Nunca encontr¨® esas respuestas", reconoce. As¨ª que ahora sigue plante¨¢ndo las mismas cuestiones, aunque sin esperar resolverlas.
El int¨¦rprete se?ala que este mon¨®logo tiene otra diferencia esencial con sus anteriores trabajos. A diferencia de aquellos, en O¨ªd, mortales no canta. "Lo hago como un regalo al p¨²blico que me sigue y que tanto me quiere. Para ¨¦l es mucho mejor y para m¨ª mucho m¨¢s dif¨ªcil", reconoce. Como coincidencias, aqu¨ª seguir¨¢ potenciando la participaci¨®n del espectador, el di¨¢logo con ¨¦l, y eso, asegura, dar¨¢ pie a un nuevo espect¨¢culo cada d¨ªa.
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