Cuando falta ternura
La idea parec¨ªa excelente. Despu¨¦s de Te quiero, eres perfecto, ya te cambiar¨¦ (T'estimo, ets perfecte, ja et canviar¨¦ en la versi¨®n catalana), un musical de ingenio y ternura infrecuentes, Joe DiPietro y Jimmy Roberts abordaban algo parecido a una continuaci¨®n de la misma historia. Pero Amants -cuyo estreno mundial ha tenido lugar en Barcelona, incluso antes de llegar a Broodway- se basaba, adem¨¢s, en una pel¨ªcula -Hombres, hombres- de la alemana Doris D?rrie, directora de mirada tan ir¨®nica como penetrante en lo que respecta a las relaciones hombre-mujer en la sociedad contempor¨¢nea. Tal vez la historia haya envejecido algo, porque cuando la D?rrie estren¨® el filme (1985) estaba en auge la cultura del pelotazo, y un ejecutivo agresivo era entonces un modelo todav¨ªa envidiable.
Amants
De Joe DiPietro y Jimmy Roberts. Adaptaci¨®n libreto: Paco Mir. Adaptaci¨®n letras: Pere Bardag¨ª, Paco Mir. Direcci¨®n: Paco Mir. Int¨¦rpretes: Jordi Boixaderas, Muntsa Rius, Nacho Vidal, Merc¨¨ Mart¨ªnez y Xavier Lite. M¨²sicos: Cindy Izzillo, Miguel Angel Cordero. Esenograf¨ªa: Jordi Bulbena. Iluminaci¨®n: Roger Puiggnener. Sonido: Jordi Bonet. Vestuario: Olalla Calvo. Villarroel Teatre. Barcelona, 23 de diciembre.
Ejecutivo agresivo, eso es lo que es el protagonista de Amants. Es ¨¦l quien un buen d¨ªa descubre que su mujer lo enga?a con otro hombre. Decidido a enfrentarse al amante de su mujer, los sigue con instinto asesino y, abandonando el hogar conyugal, acaba, por un extra?o azar, compartiendo piso con ¨¦l. El marido no llega a cumplir sus planes criminales porque lo que descubre es un retrato de s¨ª mismo: un retrato de antes de haber renunciado a los ideales de juventud. El amante de la esposa es un artista que sobrevive en un barrio que en otro tiempo se hubiese llamado bohemio. Justo lo que ¨¦l quer¨ªa ser cuando se cas¨®.
Amants es, pues, una historia de amor concebida como un cuentecillo moral, con moraleja y final feliz. Y la historia, francamente, se mantiene con notable frescura, pese a la inevitable reducci¨®n que exige, por un lado, su traslado al teatro y, por el otro, su conversi¨®n en musical. Pero es en la parte musical donde Amants chapotea en todos los t¨®picos, con m¨²sicas acarameladas y, sobre todo, una incapacidad absoluta de penetraci¨®n psicol¨®gica que hace que la iron¨ªa sociol¨®gica de la D?rrie se desmorone en un gracejo insustancial.
Tambi¨¦n es verdad que la direcci¨®n de Paco Mir no acompa?a y que donde hab¨ªa t¨®pico ¨¦l pone t¨®pico y medio. A la puesta en escena le falta densidad de signos y, si es cierto que la direcci¨®n es ¨¢gil, tambi¨¦n lo es que es escu¨¢lida de ideas. Lo mejor de Amants son los actores, encabezados por un Jordi Boixaderas m¨¢s que correcto en su papel de marido despechado.
Amants puede evolucionar, y la evoluci¨®n deseable ser¨ªa dotar a este espect¨¢culo de humanidad, ternura y realismo.
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