Cotejo del 2002
Resulta demoledor rememorar lo que ha sido el a?o pol¨ªtico en Euskadi. Es como si con la muerte de Chillida, este pa¨ªs hubiera perdido su inteligencia y el buen sentido (... y cierta elegancia en el estar). Todo, dicen, es susceptible de ser empeorado. Tambi¨¦n es posible que lo sea este curso pol¨ªtico. Pero uno no recuerda antes otro peor (habr¨ªa que remontarse a los tenebrosos a?os de Franco). Incluso la manifestaci¨®n del pasado domingo, ETA kanpora!, que pudo haber sido algo especial -un d¨ªa festivo, campo de solidaridades y reencuentro (y en parte lo fue gracias a la mayor¨ªa y al ponderado texto le¨ªdo por Maixabel Lasa-, se convirti¨® en un peque?o fiasco. Esa gente insultando a quienes han puesto el dedo en la llaga, insultando a ?Basta ya! por exigir libertad (y Xabier Arzalluz y otros alentando esos sentimientos) es la imagen m¨¢s descorazonadora del d¨ªa.
Porque es cierto que este pa¨ªs necesita libertad. Un concepto m¨¢s amplio que el de democracia. ?sta tan s¨®lo la articula, le da forma pol¨ªtica. Pero la libertad es un derecho esencial del hombre, o no es hombre. Libertad de circular, libertad de pertenecer a un club taurino o antitaurino, libertad de expresarse art¨ªstica o prosaicamente, de ser debidamente informado, de cr¨ªtica, de reuni¨®n, de manifestaci¨®n. Libertad de prensa (algo que no ocurre, por cierto, ni en EITB ni en TVE). Todo eso lo amenaza ETA con sus atentados. ?Basta ya! lo proclama, y por ello le quieren excluir. Qu¨¦ mayor prueba de que la ponzo?a de la intolerancia y rasgos fascistizantes y bajos instintos est¨¢n arraigando en un sector social que sobrepasa a Batasuna y se adentra entre la militancia del PNV y EA. Falta libertad y hay miedo. No es probable que en las reuniones familiares de estos d¨ªas hablemos de pol¨ªtica. De todo, antes que de pol¨ªtica. Nos da miedo que el vecino, y hasta que el familiar conozca lo que pensamos.
El a?o empez¨® con una negociaci¨®n de alto riesgo en la que, bajo la direcci¨®n de Idoia Zenarruzabeitia -Sudupe y Bergara amordazados-, el nacionalismo puso en serio riesgo uno de los artefactos m¨¢s preciados de nuestra autonom¨ªa (y nuestra econom¨ªa): el Concierto. Como si las instituciones que tenemos no contaran. ?stas han sido otras de las v¨ªctimas de un a?o para ser olvidado. La valoraci¨®n de las instituciones -y todo el entramado constituyente que lo soporta (y soporta nuestra libertad y derechos): el Estatuto y la Constituci¨®n- ha ca¨ªdo espectacularmente gracias, y es lo m¨¢s grave, a la campa?a hecha desde las propias instituciones. Lo cierto es que ello ha sido posible gracias a la articulaci¨®n en a?os de un partido monopolista, el PNV, desde el gobierno (estilo PRI mejicano: buena parte del PIB vasco depende de la inversi¨®n oficial). Pero tambi¨¦n por la inexistencia de una oposici¨®n seria. El PSE-PSOE se debate en la nada y el vac¨ªo: ?qu¨¦ dijo del Concierto, pongamos por caso? Por su parte, el PP deja en minor¨ªa a la l¨ªnea m¨¢s sensata y probada, impulsada desde ?lava, y sostiene esa l¨ªnea esencialista que tan poco conecta con la gente. Vista las nefastas maneras del gobierno Aznar en el asunto Prestige, uno se teme lo peor: que sea cierto que el asunto vasco sea, en Moncloa un tema de rentabilidad pol¨ªtica.
A empeorarlo todo (fantas¨ªa pol¨ªtica, desgobierno, desorientaci¨®n y fractura social, desprestigio internacional) vino la propuesta de "libre asociaci¨®n" de Ibarretxe. Se ha dicho ya todo sobre ello como para abundar ahora. Pero s¨ª quisiera subrayar que, a pesar del descenso general del flujo internacional de bienes y capitales, la ca¨ªda de un 89,34% de la inversi¨®n extranjera en el Pa¨ªs Vasco (mientras en el conjunto de Espa?a crece un 21%) es verdaderamente preocupante. Si le a?adimos ocho a?os de retraso en la red vasca de comunicaciones, la ignorancia de lo ocurre en Europa, el desenganche de los grandes circuitos del continente, la inflexi¨®n hacia la marginaci¨®n econ¨®mica es un peligro real.
A pesar de ello, se mantiene una cierta sensaci¨®n de bienestar, gracias, siempre lo hemos dicho, a una excelente gesti¨®n del segundo nivel de la administraci¨®n vasca y a que no se ven s¨ªntomas de declive. Tenemos, pues, una sociedad satisfecha, pero sin acicates de futuro, no tensionada sino amedrentada y conservadora. Que termine pronto este a?o capic¨²a (2002) y que el n¨²mero 3 nos d¨¦ suerte.
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