?De qui¨¦n son los hijos de la se?ora?
El juez y las Abuelas de Mayo creen que son hijos de desaparecidos. El c¨ªrculo del poder protege a la directora de 'Clar¨ªn'
Los polic¨ªas cruzaron la puerta y entraron en el sal¨®n de la casa. La se?ora no daba cr¨¦dito a lo que ve¨ªa. "Queda usted detenida", dijo en forma escueta el comisario Carlos Sablich mientras exhib¨ªa una orden judicial. Todo sucedi¨® la tarde del pasado 17 de diciembre en la localidad de Mart¨ªnez, en la provincia de Buenos Aires, donde tiene su mansi¨®n Ernestina Herrera de Noble, directora y propietaria del diario Clar¨ªn, s¨ªmbolo del poder period¨ªstico en Argentina y en Am¨¦rica Latina. Durante 66 horas la se?ora estuvo bajo arresto en la unidad policial de Delitos Complejos, despu¨¦s de ser fichada en el Departamento Central de la Polic¨ªa, hasta que el juez autoriz¨® la detenci¨®n domiciliaria.
Ernestina Herrera de Noble no puede salir de Argentina, ni dejar su casa m¨¢s de 24 horas
"En Felipe y en Marcela hay serias presunciones de que pueden ser los que buscamos"
Los presuntos delitos cometidos por la imputada se refieren a falsificaci¨®n de documento p¨²blico, falsedad ideol¨®gica, uso de documento p¨²blico falso e inserci¨®n de datos falsos en un documento civil. Todos ellos tienen su origen en los tr¨¢mites de la adopci¨®n de sus dos hijos, Marcela y Felipe, en 1976. El tribunal federal de San Mart¨ªn levant¨® la orden de arresto domiciliario de Ernestina Herrera, que est¨¢ a la espera de que el juez que decret¨® su detenci¨®n, Roberto Marquevich, resuelva en los pr¨®ximos d¨ªas sobre su situaci¨®n procesal. Mientras tanto, la libertad de la directora de Clar¨ªn es relativa, a la luz de las restricciones dictadas por el juez: no puede salir de su casa por m¨¢s de 24 horas ni abandonar el pa¨ªs sin pedir autorizaci¨®n al juzgado y tiene que abstenerse de tomar bebidas alcoh¨®licas.
El juez Marquevich, titular del juzgado federal n¨²mero 1 de San Isidro es un viejo conocido de los medios de comunicaci¨®n por la repercusi¨®n que han tenido algunas de sus decisiones. La de mayor relieve fue la detenci¨®n y procesamiento del ex dictador Jorge Rafael Videla por apropiaci¨®n y suplantaci¨®n de identidad de beb¨¦s nacidos en los campos de concentraci¨®n clandestinos del r¨¦gimen militar. Nadie derram¨® una l¨¢grima por el anciano general ni por ninguno de los apropiadores de beb¨¦s procesados por el juez en 14 causas. El robo de hijos de opositores a la dictadura es uno de los cr¨ªmenes m¨¢s aborrecibles de cuantos cometieron los militares.
Pero dictar una orden de detenci¨®n contra la se?ora Ernestina Herrera, de 77 a?os, presidenta de uno de los mayores grupos multimedia de Am¨¦rica Latina y viuda del abogado, legislador y periodista Roberto Noble, fundador del diario Clar¨ªn, son palabras mayores. M¨¢s a¨²n si la detenci¨®n est¨¢ vinculada con una vieja denuncia de que sus dos hijos adoptivos, Felipe y Marcela, podr¨ªan ser hijos de detenidos-desaparecidos durante la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983).
No hay duda de que se ha tocado un poderoso resorte de la estructura de poder en Argentina. A la vista est¨¢ el alcance de la reacci¨®n corporativa, que incluye a empresarios, periodistas, pol¨ªticos, sindicalistas, obispos y jueces. Con escasos matices han calificado de "abuso judicial" y "decisi¨®n arbitraria" la detenci¨®n de la directora de Clar¨ªn, lo que no es sorprendente en un pa¨ªs donde el poder judicial est¨¢ seriamente cuestionado por su demostrada falta de independencia. Hasta el presidente Eduardo Duhalde ha salido a la palestra para criticar indirectamente al juez. Marquevich no ha tardado en responder al jefe del Ejecutivo: "Me sorprende que un presidente de la Rep¨²blica, que es un intruso del poder judicial, pueda sin conocimiento de un rengl¨®n de la causa decir que ha sido mal tratado el tema, lo que demuestra c¨®mo est¨¢ el pa¨ªs". En la ola de solidaridad con la se?ora Herrera llama la atenci¨®n el hecho de que casi ning¨²n comunicado entra a rebatir las causas de la detenci¨®n y buena parte de ellos se dedican a descalificar al juez Marquevich, a quien identifican con cap¨ªtulos oscuros y personajes turbios de la historia reciente argentina. El rotativo reflej¨® hasta los a?os setenta las ideas del movimiento desarrollista, auspiciadas por Arturo Frondizi y la Uni¨®n C¨ªvica Radical (intransigente). Roberto Noble falleci¨® en 1969 y la viuda hered¨®, no sin controversia, una fortuna y un poderoso medio de comunicaci¨®n que se estaba convirtiendo en la principal referencia en Argentina. Desde entonces ocupa la direcci¨®n del diario, un cargo que en el caso de Clar¨ªn es m¨¢s formal que ejecutivo.
En marzo de 1976, los militares tomaron el poder en un golpe que abri¨® un ciclo de terror. Aquel mismo a?o, seg¨²n consta en el expediente judicial, Ernestina Herrera adopt¨® a dos ni?os, Marcela y Felipe. Veintis¨¦is a?os despu¨¦s, el juez Marquevich desentierra una causa a ra¨ªz de la querella que present¨® a comienzos de 2001 la asociaci¨®n Abuelas de Plaza de Mayo. Alcira R¨ªos, abogada de Abuelas, explica que la asociaci¨®n ha recibido desde 1985 "denuncias de que los hijos adoptivos de la se?ora Herrera de Noble eran hijos de desaparecidos, y que se los hab¨ªa dado el general Camps. Otras denuncias dicen que se los dio monse?or Plaza, que fue obispo de La Plata y colabor¨® activamente con la represi¨®n".
El voluminoso sumario en manos del juez Marquevich tiene dos partes claramente diferenciadas. La que se refiere "a los dos expedientes que fueron falsificados para obtener la inscripci¨®n en el registro y retener a estos chicos" y la que plantea el interrogante del origen familiar de los dos hijos adoptivos. "Nosotros siempre advertimos a los familiares que presentan una reclamaci¨®n que hasta que no tengamos los resultados de los an¨¢lisis no podemos saber que es el nieto", dice la abogada R¨ªos. "En los casos de Felipe y Marcela hay serias presunciones de que pueden ser los que buscamos".
El abogado de la directora de Clar¨ªn, Eduardo Padilla, reconoce que las Abuelas de Plaza de Mayo han pedido desde hace a?os los ex¨¢menes gen¨¦ticos a los dos hijos adoptivos. "Se les dijo: '?ustedes tienen elementos objetivos que hagan sospechar que estos chicos son hijos de desaparecidos? Tr¨¢iganoslos, vamos a analizarlos'. En aquella ¨¦poca los chicos eran menores, por lo tanto, era la se?ora quien iba a tomar la decisi¨®n. No lleg¨® nunca a tomarla porque las Abuelas nunca vinieron con datos concretos. Las Abuelas cuando denuncian, denuncian en el aire. No han mostrado ning¨²n dato". La realidad es que desde que Marcela y Felipe son mayores de edad se han negado repetidamente a los requerimientos de las abuelas y del juez a someterse a los an¨¢lisis de sangre. Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, no cree que sea una actitud totalmente libre. "Creo que estos chicos est¨¢n condicionados en su respuesta cuando dicen que sufren. Ac¨¢ no hay duda de que est¨¢n como esclavos".
Los abogados de una y otra parte est¨¢n en las ant¨ªpodas a la hora de evaluar la actuaci¨®n del juez Marquevich. No pod¨ªa ser de otro modo, en un caso donde se respira desconfianza entre unos y otros. "Siempre actu¨® impecablemente en el caso de ni?os, j¨®venes, hijos de desaparecidos. No podemos opinar sobre otras causas", se?ala Alcira R¨ªos. El abogado de Clar¨ªn, Eduardo Padilla, replica que el juez ha condicionado sobremanera a los hijos a la hora de decidir sobre los an¨¢lisis. "Ha indagado y ha metido presa a la se?ora, le ha dicho que ¨¦l hubiese querido que estuviera detenida durante todo el proceso por falsificaci¨®n de documentos p¨²blicos, y ac¨¢ los procesos duran muchos a?os. ?En qu¨¦ circunstancias los hijos Marcela y Felipe deben tomar la decisi¨®n? No es una circunstancia de consulta amigable". A?ade el abogado: "Antes de la denuncia penal, si a los chicos se les hubiese planteado realizar el ADN quiz¨¢ habr¨ªan dicho s¨ª. Pero las Abuelas, por ejemplo, dijeron que el doctor Marquevich las invit¨® a presentarse en el expediente. Ellas se presentan invitadas por el juez. ?Cree que ese expediente me da tranquilidad? El juez, que debe ser imparcial, invita a una parte como querellante".
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