Una aventura muy personal
Miguel Merino, de la exportaci¨®n de 'riojas' cl¨¢sicos a la elaboraci¨®n de caldos renovadores
Miguel Merino, de la exportaci¨®n de 'riojas' cl¨¢sicos a la elaboraci¨®n de caldos renovadores
Este licenciado en Derecho, especialista en comercio exterior, es tambi¨¦n un hombre decidido que no tiene dudas de que su vino est¨¢ a la altura de los hist¨®ricos, aunque haya fundado la bodega en 1994. Miguel Merino es uno de esos personajes hecho a s¨ª mismo, con una vida plagada de an¨¦cdotas y sucesos; historias que salpican la conversaci¨®n mientras recorre las instalaciones de su bodega de Briones (La Rioja), donde disfruta como un ni?o en la elaboraci¨®n de sus vinos.
Como muestra, valga el relato de su presentaci¨®n en los exclusivos grandes almacenes Harrod's londinenses. Merino acababa de sacar a la venta su primer vino, un reserva del 94, y se present¨® all¨ª con una cajas debajo del brazo, un buen dominio del ingl¨¦s y su capacidad de convencer. Se daban a conocer en Harrod's los ¨²ltimos caldos de las mejores bodegas espa?olas. Como consideraba que el suyo ten¨ªa que estar presente en esa selecci¨®n, se lo transmiti¨® as¨ª al responsable del evento. Tras una conversaci¨®n en la que el bodeguero ten¨ªa todas las de perder, el de Briones consigui¨® convencer al responsable de Harrod's, que le situ¨®, eso s¨ª, en un extremo de la sala, en tierra de nadie. All¨ª, con el oficio de buen vendedor de quien durante 20 a?os ha llevado los vinos de Berberana por el mundo, Merino complet¨® una buena lista de clientes de uno y otro lado del Atl¨¢ntico, con los que iniciaba una traves¨ªa que ahora comienza a llegar al lugar de donde parti¨®.
Todo hay que contarlo: sus vinos son m¨¢s conocidos en el extranjero que en la propia Rioja. Quiz¨¢, por la inercia de quien ha trabajado en la exportaci¨®n, en los cinco continentes, pero sobre todo en Europa. Tanto que incluso lleg¨® a ser el asesor del Monopolio de Importaci¨®n de Suecia. Desde aquellos tiempos, Merino mantiene un buen n¨²mero de amistades que le han ayudado en su nueva andadura, que va a cumplir el primer decenio.
Fue en 1993 cuando adquiri¨® una finca en la entrada de Briones, con una casa de piedra, construida en 1818 y rehabilitada para vivienda y oficinas, y una amplia bodega dividida en salas de vinificaci¨®n y crianza. A partir de esa fecha, se inicia la aventura, deseo ¨²ltimo de todo amante del vino: elaborar tus propios caldos y, encima, ganarte la vida con su venta.
En este caso, el tiempo de espera fue eterno. Gracias a la propia confianza en que el trabajo hab¨ªa sido el correcto pudo Miguel Merino esperar casi seis a?os, desde que compr¨® la uva a unos veteranos viticultores del pueblo hasta que sac¨® a la venta su primer reserva. Esta tensi¨®n del principiante no ha desaparecido. Consciente de sus carencias t¨¦cnicas y cient¨ªficas, el de Briones interroga a los visitantes sobre sus vinos con esa sinceridad de quien est¨¢ todav¨ªa empezando en un mundo complicado, donde las relaciones p¨²blicas forman parte imprescindible del negocio.
Merino, buen conocedor de todos los entresijos de la venta, se mueve con agilidad en este ¨¢mbito. Pero bien sabe ¨¦l que no hay caldo sin sustancia, as¨ª que procura guardarse las espaldas con vinos que respondan a su capacidad oratoria. Y, seg¨²n los mejores expertos internacionales, cumple con creces.
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