Terap¨¦utica, s¨ª; reproductiva, no
De la clonaci¨®n reproductiva -la que supuestamente han realizado los raelianos- a la clonaci¨®n terap¨¦utica -permitida por pa¨ªses como el Reino Unido y B¨¦lgica- hay un mundo, pero el comienzo de la t¨¦cnica es el mismo.
En ambas se extrae el material gen¨¦tico de una c¨¦lula de un adulto. ?ste se introduce en un ¨®vulo al que se le ha extra¨ªdo el n¨²cleo, su material gen¨¦tico.
En la clonaci¨®n reproductiva, el n¨²cleo se implanta en una hembra para que se desarrolle. En condiciones normales, el ¨®vulo aporta la mitad de los cromosomas que tendr¨¢ el descendiente. Aqu¨ª el descendiente tiene los mismos genes que el adulto del que se extrae el material gen¨¦tico. Es su clon. La teor¨ªa es sencilla, pero tanta manipulaci¨®n afecta al desarrollo y el porcentaje de ¨¦xito en los mejores casos no supera el 2%. Para llegar a la oveja Dolly, en 1997, muchas ovejas murieron durante la gestaci¨®n del clon, que adem¨¢s padece envejecimiento prematuro.
En Espa?a, como en toda la UE, est¨¢ prohibida la clonaci¨®n de seres humanos.
En la clonaci¨®n terap¨¦utica no se llega nunca a implantar el ¨®vulo al que se le ha introducido el material gen¨¦tico del adulto. Cuando llega a ser un blastocisto, una pelota de entre 100 y 200 c¨¦lulas, se destruye para obtener c¨¦lulas madre. Estas c¨¦lulas pueden formar cualquier tejido. Los cient¨ªficos esperan que sirvan en el futuro para reparar cualquier tejido da?ado.
La ventaja de las c¨¦lulas obtenidas mediante clonaci¨®n terap¨¦utica frente a las extra¨ªdas de los embriones que sobran de los tratamientos de reproducci¨®n asistida es que son gen¨¦ticamente iguales a las del adulto y no producen rechazo inmunol¨®gico.
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