El numerito de la Navidad
Las navidades son aritm¨¦ticas. Tendemos a quererlas blancas, solidarias y llenas de buenos deseos, pero s¨®lo est¨¢n llenas de turr¨®n y de n¨²meros. Sobre todo de n¨²meros. Ah¨ª tenemos los dos sorteos extraordinarios de loter¨ªa que nos hacen desear que se produzca una desgracia para comprar un d¨¦cimo donde tuvo lugar, pero no es por falta de moralidad sino por exceso de n¨²meros. Los n¨²meros, tal vez porque se hacen numerarios, nos emborrachan m¨¢s que el champ¨¢n con que celebramos que no nos ha tocado mientras los afortunados se beben directamente de la botella los n¨²meros de su suerte. Y es que la Navidad es un bingo. Am¨¦n de un inventario. Conforme se acerca el fin de a?o nos gusta contabilizar todo lo que pas¨®, porque record¨¢ndolo con n¨²meros la cosa se vuelve m¨¢s as¨¦ptica y bien est¨¢ que nos conmiseremos con todo lo malo que ha sucedido a lo largo del a?o, puesto que s¨®lo sucede lo peor. Pero a nada que nos lo tomemos a la tremenda, no nos endulzan la vida ni las anguilas, las anguilas de mazap¨¢n. Por eso la Navidad es un n¨²mero. Un n¨²mero que se retuerce sobre s¨ª mismo.
Y donde hay n¨²meros no pueden faltar expertos. Por ejemplo, los contratados por el Gobierno vasco para realizar una encuesta que le ha dicho que lo suyo va mal. Hubieran preferido sin duda decirle que lo suyo iba mejor, pero los n¨²meros cantan. Una cosa son los mensajes propagand¨ªsticos para los que Euskadi no puede ir mejor de no ser que se pusiera en marcha un Plan que hiciera que las cosas fueran requetemejor, y otra muy distinta la estad¨ªstica. Que se lo pregunten si no a ETB. El d¨ªa que la fat¨ªdica encuesta anunciaba un retroceso del nacionalismo se las arreglaron para decir, sumando churras con merinas, que el deseo de independencia superaba el 57%, aunque para ello tuvieran que ocultar que el porcentaje de nacionalistas era s¨®lo del 36%, porque habr¨ªa cantado mucho -exacto, los n¨²meros cantan- que hubiera m¨¢s independentistas que nacionalistas. Es como lo del Plan, ?c¨®mo se puede predicar un Plan para que las cosas est¨¦n mejor si el propio Gobierno -vasco- necesita defender que no est¨¢n mal, porque de lo contrario tendr¨ªa que reconocer su incompetencia para gestionar los asuntos de los vascos y neskitas desde hace veintitantos a?os?
Hombre, siempre cabe mentar la perfidia de una Espa?a que no acaba de cumplir al 100% las transferencias, pero lo gracioso es que Perfispa?a nada tiene que ver con la gesti¨®n del 85% ya transferido. Y aqu¨ª es donde los n¨²meros empiezan a bailar al son que Ibarretxe nunca hubiera querido. Su propia encuesta le est¨¢ diciendo que s¨®lo un 15% de los vascos rechaza el Estatuto, lo que casa muy mal con su propuesta de aparcarlo para introducirse en una v¨ªa que cuenta con menos respaldo en su propio partido, un 55%, que en el seno de la ex Batasuna, donde lo ven con buenos ojos el 79%. Y por ah¨ª empiezan a entenderse algunas cosas. El giro independentista emprendido por el PNV buscar¨ªa el respaldo de la izquierda abertzale para sumarlo a los fondos propios; unos fondos propios que votar¨¢n lo que diga el jefe por mera disciplina, ya que se trata de un partido muy diet¨¦tico donde predomina el r¨¦gimen y sobran, ?ay Arzalluz!, los michelines. Con toda esta aritm¨¦tica parda se pretende sobre todo hacer bulto, aunque el bulto no alcance para desvirtuar la realidad.
A?adir al 25% real de independentistas el 37% de quienes responden afirmativamente a la pregunta capciosa de si apoyar¨ªan la independencia en seg¨²n qu¨¦ circunstancias -v.g., la de recibir piso en Miraconcha y chalet en Neguri, as¨ª como un tren de vida de pach¨¢- constituye un insulto a la inteligencia, pese a que Ibarretxe haya dicho solemnemente que no insultar¨¢ a sus contrincantes. Claro que para eso ya tiene a sus lugartenientes y las manifestaciones de Bilbao. El n¨²mero navide?o que Ibarretxe se tiene que comer es el de que s¨®lo el 36% se considera nacionalista vasco mientras que el 55% no. Lo que tira por tierra sus teor¨ªas acerca de una mayor¨ªa nacionalista vasca y un constitucionalismo minoritario, y eso cuando el 75% de ¨¦ste tiene miedo a expresarse pol¨ªticamente. Lo ¨²nico que cabe desearle al lehendakari es que no se le atragante ese otro n¨²mero que son las uvas. Y a ustedes tampoco.
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