Exigencia
?Qui¨¦n no ha tenido que esperar y desesperar a que una furgoneta termine de descargar, fuera de horario y del lugar adecuado, justificando las protestas a gritos porque "est¨¢ trabajando"? Y si alguien en la cola tambi¨¦n trabaja, en ese momento est¨¢ descansando. ?A qui¨¦n no le han justificado el retraso de un operario con un agobio de trabajo que no le hab¨ªa dejado ni almorzar? Es muy de aqu¨ª lo de las disculpas emocionales que te hacen sentir hasta culpable. Con una buena idea de esas pueden dar cinco citas fallidas y tener al cliente una semana sin agua caliente. Y no digo que sea mentira, pero s¨ª digo que deber¨ªan saber organizarse mejor, de un modo m¨¢s moderno. Otra cosa es el tema de los multicines tan desagradables ?Para qu¨¦ sirven las entradas numeradas si no hay acomodador y la gente se sienta donde la da la gana?
Despu¨¦s est¨¢ el callar y aguantar lo que est¨¢ mal hecho por comodidad, una fuller¨ªa o alguien que pasa tirando al suelo lo que le sobra, por ejemplo, ?por qu¨¦ no recordarle que use las papeleras? Porque es f¨¢cil que conteste con un bufido y se puede salir escaldado. Diferente es exigir aquello a lo que se tiene derecho, y sin embargo nadie se enfada por un retraso, ni por malos olores, ni por falta de excusas o de explicaci¨®n o de respuesta, sino porque le corrijan el haber fallado en algo. En ese momento los dem¨¢s no tienen derechos.
Por eso y por otras muchas cosas similares creo que la segunda modernizaci¨®n podr¨ªa dedicar al menos un cap¨ªtulo al ciudadano y tratar de convencerlo de lo que se dice de tantas cosas y desde el colegio: que aunque todo vaya bien, aun deber¨ªa ir mejor, y que para eso es necesario que contribuya todo el mundo exigi¨¦ndose y exigiendo. Dicho en la tele y en la radio, en los momentos de mayor audiencia y con ejemplos.
Esta segunda puesta al d¨ªa deber¨ªa servir para acercarnos a una Sevilla limpia, cuidada, verde de ¨¢rboles, clara y sonora de fuentes, apagada de gritos y ruidos, segura y confortable para sevillanos y forasteros. Todas esas agradabilidades sin necesidad de batallones de polic¨ªas, barrenderos y amantes de la naturaleza, sino fruto de la voluntad y la exigencia del ciudadano. M¨¢s que un sue?o, es un deseo.
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