En el ojo del hurac¨¢n

Espa?a y Alemania van a tener que afrontar decisiones dif¨ªciles entre la guerra y la paz. Pero ¨¦sa es la obligaci¨®n que conlleva el haber vuelto a sentarse, desde el 1? de enero, en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la instancia m¨¢xima de legitimaci¨®n de actuaciones internacionales. En el horizonte inmediato est¨¢ la decisi¨®n que habr¨¢ de tomar el Consejo cuando Hans Blix, el jefe de los inspectores internacionales, presente el 27 de enero su informe sobre Irak. En la Administraci¨®n de Bush va ganando terreno la pol¨ªtica propugnada por el secretario de Estado, Colin Powell, de que, en caso de ir a la guerra, EE UU consiga la luz verde mediante una segunda resoluci¨®n del Consejo, tras la 1.441, que se aprob¨® por unanimidad el pasado 8 de diciembre.

Este nuevo Consejo resulta a¨²n m¨¢s d¨®cil a Estados Unidos, con la entrada de Espa?a, Alemania, Chile, Pakist¨¢n y Angola. En Washington se da por descontado el apoyo incondicional de Aznar a lo que pida Estados Unidos, y en Bagdad, como ha indicado su viceprimer ministro, Tarek Aziz, tambi¨¦n. Alemania, pese a mantener abiertas sus opciones sobre una nueva resoluci¨®n, est¨¢ haciendo esfuerzos para aproximarse a Estados Unidos. Schr?der y Fischer no concuerdan del todo, pero s¨ª al afirmar que en ning¨²n caso participar¨¢n soldados alemanes en dicha guerra, aunque se plantea el problema de los AWACS, radares volantes de la OTAN con tripulaci¨®n multinacional. Washington tambi¨¦n ha hecho alg¨²n gesto hacia Alemania, aceptando que presida el Comit¨¦ de Sanciones contra Irak.

Habr¨¢ cuatro miembros de la UE en el Consejo de Seguridad, pues Francia y el Reino Unido son miembros permanentes, con derecho de veto. Ser¨ªa una buena ocasi¨®n para aplicar el art¨ªculo 19 del Tratado de la UE que obliga a consultas mutuas entre aquellos de sus miembros que est¨¦n en el Consejo y a la "defensa de las posiciones e intereses de la Uni¨®n". Londres estar¨¢ plenamente con Washington. Y Francia, gracias a la cual el Consejo de Seguridad aprob¨® por unanimidad la resoluci¨®n 1441, evitar¨¢ quedarse fuera de juego en caso de conflicto. De hecho, todas las resoluciones aprobadas desde 2001, salvo cuatro, lo han sido por unanimidad, lo cual refleja la debilidad del Consejo de Seguridad ante la ¨²nica superpotencia. Est¨¢ por ver la actitud de China y Rusia ante una guerra contra Irak, especialmente cuando ha reventado otra crisis, la de Corea del Norte, en la que tienen intereses inmediatos.

Hay asuntos inmediatos que interesan particularmente a Espa?a en esta su tercera presencia (la segunda en democracia) en el Consejo. El 31 de enero expira la pr¨®rroga del mandato de la ONU sobre el S¨¢hara occidental. Espa?a ha venido defendiendo una soluci¨®n que no rechace ninguna de las partes, pero tanto EE UU como Francia se han ido escorando a favor del Plan Baker para una autonom¨ªa del antiguo territorio espa?ol dentro de Marruecos. ?ste es quiz¨¢ el punto m¨¢s caliente de disonancia entre Rabat y Madrid, y esta vez Espa?a no podr¨¢ escudarse tras una apariencia de neutralidad.

Adem¨¢s, Espa?a presidir¨¢ durante estos dos a?os el Comit¨¦ de Lucha contra el Terrorismo, creado en el seno del Consejo de Seguridad tras el ataque del 11-S. Y al coincidir con Chile y M¨¦xico, tendr¨¢ la ocasi¨®n de impulsar intereses iberoamericanos compartidos. Otro tema importante de este periodo ser¨¢ el de la unificaci¨®n de Chipre. Lo que no deber¨ªa faltar en las posiciones espa?olas es contenido pol¨ªtico. Pensando tambi¨¦n en una mayor autonom¨ªa nacional y europea. Sentarse en el Consejo de Seguridad no debe llevar a aceptar sin m¨¢s todo lo que proponga Washington.